jueves, 9 de septiembre de 2021

Los aviones saben volar...

 

- Boeing AGM-86 y su cabeza termonuclear de guerra W80 -
- El misterioso avión (B-¿767?) gris que se estrelló contra la Torre Sur -

A diferencia de lo que cantaba AMARAL, los aviones sí que pueden volar ellos solos y lo saben hacer muy bien.
Ya a mediados de los años 90 se disponía de la tecnología para controlar aviones en vuelo desde un punto situado en tierra o en otro avión y, evidentemente, los misiles de crucero tenían la capacidad de autoguiado desde hacía bastante tiempo y en el cielo, a cierta distancia, todos los aviones se parecen mucho unos a otros, sin un ojo experto y alguna referencia para establecer el tamaño, en los breves segundos que pasan por delante de nuestra mirada cualquiera podría confundir un AGM-86, con un B-757 que, a su vez se podría confundir con un B-727 y vuelta a empezar...
- Un viejo B-727 -
Si a mí me dicen que en la lejanía lo que he visto no es un misil de crucero sino un avión de un tipo similar al de arriba y me enseñan la fotografía... puedo llegar a reconocerle al agente del F.B.I. que, efectivamente, ese fue el avión que vi aquella confusa mañana.

Todos podemos imaginar que el imparcial objetivo de una cámara va a captar y dejar reflejada la indiscutible realidad de lo que fue y no fue, pero, tal y como vimos en el vídeo en el que el WTC-6 parecía sufrir una erupción volcánica de polvo gris, la perspectiva y las luces nos pueden jugar malas pasadas incluso en las indiscutibles grabaciones de TV o fotografías. En parte debido a la falta de una definición y calidad suficientes, en parte a nuestra propia percepción y teorías preconcebidas, en parte porque nada está a salvo de ciertos espejismos de los juegos de luces y sombras.

En este excelente análisis sobre el misterioso 2º Avión, podemos comprobar que, ciertamente, por una imagen nos puede parecer una cosa que luego, resulta ser diferente:

http://911research.wtc7.net/essays/salter/pod.html#fairing

           
  
El estudio resulta extraordinariamente interesante debido a que aporta material comparativo coherente y, sobre todo, las lógicas conclusiones alejadas del histerismo que ha postulado que no hubo aviones, que fueron representaciones holográficas, que los UFOs tuvieron algo que ver en el asunto, que en realidad era un misil o el avión los transportaba con bombas externas, que era un aparato militar con aviónica especial en contenedor externo, que (como yo mismo creí) una bengala o "algo" que justo antes del impacto fuese el iniciador de la combustión del Keroseno... cuando lo más sencillo es lo más probable, tal y como el autor del estudio recoge en sus conclusiones: no es necesario nada de todo lo mencionado; las bombas se hubiesen llevado mejor en el interior del avión así como los iniciadores del incendio del combustible, algo completamente innecesario toda vez que en los choques de tales características el fuel arde sin necesidad de ayuda alguna, como trágicamente se ha repetido una y otra vez en los accidentes en los que se estrellan aviones comerciales y militares igualmente. Y, evidentemente, los aviones, de forma automática y sin necesidad de equipamiento especial, se pueden dirigir de forma autónoma en una ruta programada o guiándose hacia una radiobaliza.

En el 2001 puede que no estuviese perfeccionado y, lógicamente, ni entonces ni ahora es algo habitual en los aviones de línea en cuanto a su equipamiento de serie, pero la tecnología que hace prescindibles a los pilotos existe desde hace tiempo, incluyendo los despegues y los aterrizajes así como el carreteo por pista.

Como bien dicen las líneas finales del artículo en referencia a todo tipo de descabelladas opiniones postuladas al respecto del avión del WTC-2: "...sólo servirán como distracción de otras evidencias genuinamente creíbles para un 9/11 como "trabajo interno" y merecedoras de ser presentadas al público."

Y esto, es en realidad lo importante, como ya vimos en las "Tijeras de Golitsyn" una parte fundamental de la mentira a contar es la "consabida teoría de la conspiración" que haga creíble la primera mentira y en eso, la pieza de clave que demuestra de principio a fin que es un trabajo interno USA es precisamente el avión del Pentágono, más bien su ausencia, en concreto la de dos partes voluminosas de Acero y Titanio que no pudieron "evaporarse" como el Aluminio en el choque: los motores.
Y, podemos añadir, naturalmente, la ausencia de daños en la zona de la fachada donde hubiesen impactado las alas, incluyendo esta falta de daños a ventanas intactas a escasos metros del agujero de la explosión.
Pero si mantienes y fomentas cualquier teoría absurda sobre otros puntos de los acontecimientos del 11 de Septiembre del 2001, decir que un misil de crucero USA fue el causante de la explosión y perforación del Pentágono es otra teoría conspiracionista más, aunque todas las pruebas e indicios apunten a que eso fue precisamente lo que sucedió. Y si en verdad fue un AGM-86D la herramienta empleada, entonces, es absolutamente seguro que todo en el 9/11 fue orquestado y preparado minuciosamente con tiempo por los únicos propietarios de la tecnología y capaces de hacerlo: los militares que obedecen a los intereses del país y su casta dominante.

"No tenemos eternos aliados, y no tenemos enemigos perpetuos. Nuestros intereses son eternos y perpetuos, y es nuestra tarea seguir esos intereses."
- Lord Palmerston, Cámara de los Comunes, 1 de Marzo de 1848 -

En todo este tiempo, las personas han cambiado, la casta, sus sicarios y sus esclavos no.

Abajo podemos ver la silueta del avión estampado en la Torre Norte, como hubiese sido de esperar, más o menos, en la fachada del Pentágono. En el WTC-1 funcionó perfectamente el robusto diseño en malla con núcleo central pensado en origen para soportar el impacto de un avión y el consiguiente incendio, a más datos, la estructura interior estaba completamente revestida de Amianto (Asbesto) que le confería una extraordinaria resistencia al fuego. 
En la fotografía se puede observar que debe haber fuego porque hay humo, pero toda la energía calórica del combustible se ha consumido en los primeros segundos tras el impacto, lo que quedan son focos de algunas partes que han prendido en el interior y siguen ardiendo. No es sorprendente que los Bomberos estimaran que con "un par de líneas de agua" podrían controlar y extinguir lo que quedaba.
Pese a ello, la Torre Norte se colapsaría convirtiéndose en polvo a las 10:28 por ¿el fuego?.

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