Todo esto viene a cuento de que en la cultura popular, el misticismo aliñado o no con LSD, datura, psilocybe o peyote; se abre camino desde las más profundas simas de la Historia y la psique para "resonar" en el camino de los que retornan a ser "brujos" o buscan su conversión en cierto tipo de magos / hechiceros empleando herramientas que ayuden a experimentar en el peligroso ámbito de los estados alterados de conciencia, volcándose en el corazón / intuición / revelación (Nagual-Izquierdo) y modulando el racional (Tonal-Derecho), lo que exigirá, según ya señalara H.P. Lovecraft en sus relatos, pagar un cierto peaje en la cantidad de cordura de la que disponemos, lo que inevitablemente, provocará cambios no siempre positivos.
Los libros de Don Carlos Castaneda y su legendario y posiblemente inexistente chamán Don Juan Matus siguen publicándose, disfrutados todavía por las viejas legiones de "new agers" así como para las nuevas cohortes de los ubicuos millenials ET AL que encuentran su espacio en los peleados nichos de YOUTUBE.
Por ellos tuve conocimiento de los "depredadores-voladores", lo que me animó a echarle una ojeada a la obra "El lado activo del Infinito", en especial en lo referente al "parasitismo" energético de las entidades que nos devoran de una forma un tanto similar a como hacemos nosotros con las gallinas y sus huevos, por ejemplo, o las hormigas hacen con los pulgones. Nos pastorean y absorben nuestra energía (cuerpo energético) manipulando nuestra consciencia (dándonos la suya) para cebarse gracias a nuestra desgracia y dolor.
Citando la obra: "Descubrieron que tenemos un compañero de por vida... - El predador es nuestro amo y señor. Nos ha vuelto dóciles, indefensos... - Tomaron posesión porque para ellos somos comida y nos exprimen sin compasión. - Los chamanes creen que los predadores nos han dado nuestro sistema de creencias, nuestras ideas acerca del bien y del mal, nuestras costumbres sociales. Ellos son los que establecieron nuestras esperanzas y expectativas, nuestros sueños de triunfo y fracaso. Nos otorgaron la codicia, la mezquindad y la cobardía. Es el predador el que nos hace complacientes, rutinarios y egomaniacos. - ¡Nos dieron su mente! - Dijo que esa capa brillante de conciencia era lo que los predadores consumían, y que cuando un ser humano llegaba a ser adulto, todo lo que quedaba de esa capa brillante de conciencia era una angosta franja que se elevaba desde el suelo hasta por encima de los dedos de los pies. Esa franja permitía al ser humano continuar vivo, pero solo apenas. - ...los predadores crean llamaradas de conciencia que proceden a consumir de manera despiadada y predatorial. Nos otorgan problemas banales que fuerzan a esas llamaradas de conciencia a crecer, y de esa manera nos mantienen vivos para alimentarse con la llamarada energética de nuestras seudo-preocupaciones."Está claro que las drogas hacen mucho daño. En su justa medida pueden estar bien para divertirse y "abrir caminos", sea imaginativamente figurado, sea literal como en el caso del "popper". Pero al final, como de costumbre, le echamos la culpa de lo malo a alguien, pongamos por ejemplo al Diablo, y, los buenos somos nosotros, lógicamente. En un estado natural sin "voladores-depredadores", todos seríamos valientes, generosos, indómitos, nobles, etc., etc., etc...
Acojonante.
Sin embargo, hay algo que sí que vienen diciendo culturas ancestrales desde hace milenios: que tenemos un "compañero" de por vida, que hay seres que nos han otorgado todo lo que nos aleja de la animalidad y que son capaces de crear notables auras de luz (las mencionadas llamaradas de conciencia) en nosotros manipulándonos, transformándonos en una especie de "antorcha" invisible a los ojos de los mortales, aunque quizá los gatos puedan verlo...
En la serie de Netflix "(Des)encanto", a la protagonista (Temporada 1) unos magos de las tierras de los zigurats le asignan por hechizo un personaje llamado "Luci", que casi como una sombra de ella, no se podrá desprender de él, siendo su demonio personal y, en principio, intransferible. Parece casi ser un 2D dimensiones mostrando siempre solo 1 ojo.
En fin, en fin, en fin... después de todo, podría ser que estamos viendo las cosas al revés de cómo son, confundidos por las sombras y los temores retorcemos lo que no sabemos para explicar lo inexplicable. No tenemos inconveniente en gastar dinero, tiempo y esfuerzos en una mascota, pero de existir lo "otro", no dudamos en calificarlo de "parásito" y tratar de hacer cualquier "exorcismo-receta" para sacárnoslo de encima, en vez de tener en cuenta lo que probablemente sea en realidad: un simbionte.
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