El espécimen de la fotografía tiene los extremos trabajados en forma de anzuelo para dificultar su extracción una vez clavado. Su nombre en Español procede de la planta Tribulus Terrestris, que, al parecer, tiene virtudes afrodisiacas al favorecer el incremento de la Testosterona y cuyos frutos caídos al suelo suelen dar serios disgustos a los ciclistas al pinchar con facilidad los neumáticos de las bicicletas.
Desde la Antigüedad se han venido usando con fines militares, al menos desde Gaugamela y en Japón se les conoce como makibishi / tetsubishi, formando parte, también, del repertorio de armas Ninja y siempre se han empleado como una suerte de mini-minas contra los medios pedestres antes de que existiesen los explosivos. De hecho, estos artefactos tuvieron un papel destacado en la trampa que era el desfiladero de la Losa durante los previos a la Batalla de las Navas de Tolosa en Julio de 1212 y que obligó a las tropas cristianas a buscar otro paso para poder enfrentar a los musulmanes en unas condiciones aceptables que finalmente llevaron a la Victoria a los ejércitos de Castilla, Aragón y Navarra.
En tiempos modernos el Vietcong los usaría, junto con las trampas de estacas de bambú envenenadas, contra las tropas USA en Vietnam, llevando a que las botas de servicio tuviesen que dotarse en el interior de las suelas con placas de acero y, posteriormente, con fibra Kevlar.
Actualmente han encontrado su continuidad como revienta neumáticos (que no sean de mousse o celdas de goma) en barreras para vehículos y, desde luego, siguen siendo tan efectivos como de costumbre contra milikos, pasma e intrusos varios que no dispongan de las placas de Kevlar en su calzado.
Como artículo de reproducción histórica se pueden encontrar en sitios tales:
https://lacasadelrecreador.com/es/187-abrojo.html
Pero también se encuentran disponibles, en diversas medidas, en lotes de 10 y a mucho mejor precio (¿cómo no iba a ser así?) en ALIEXPRESS, a cuyos ejemplares a la venta corresponde la fotografía de abajo.
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