viernes, 8 de marzo de 2024

METRO ROTW


Ahh, ¡sí aquellos creadores de contenido nos viesen ahora en vez de estar muertos!, ¿qué pensarían?, ¿qué dirían?, ¿qué harían?, en especial el Maestro Rotwang...

Seguramente que vamos por buen camino pero que nos falta la llave del engaño definitivo: la ilusión de la creación de la vida.

- ¿Y cómo lo haría usted Herr Doktor Rotwang?
- Primeramente pensé en llenarla de lombrices palpitantes, crearían una masa crítica de energía vital que nuestra propia aura podría captar de manera inconsciente. Haga la prueba con un bote opaco, o una pelota llena de ellas y fíjese en qué sensación le produce en las manos.
- Muy interesante Herr Lehrer, pero igualmente asqueroso, me parece.
- Tiene usted razón, además de ser poco práctico y necesitar renovación por muerte de los animales que tenían una duración muy limitada, en tales condiciones.
- ¿Entonces?
- Pasé a lo siguiente: un sistema circulatorio a imitación del humano, por él corría un fluido caldo de cultivo con billones de amebas y otros microorganismos. Alimentado por una bomba de circulación y varias fuentes de calor junto a tener además bajo la "piel" una capa completa y continua de este líquido lleno de vida, se completaba un pequeño ecosistema y una temperatura estable y cálida.
- La solución parece buena pues.
- A medias. La máquina, con sujetos a ciegas, era capaz de engañar al sentido del tacto de las personas tanto como no inquietar a los perros. Pero...
- ¿Si?
- Pero buscaba algo más, quería una máquina perfecta que no dependiese de la zoología para su funcionamiento. Y eso me llevó a buscar y finalmente encontrar lo que he llamado "radiación de vida". La energía vibratoria que sutilmente genera cualquier materia viva. Pude electrónicamente replicarla y hacer que fuese variable según lo que quisiera transmitirse al entorno exterrior, incluida su modulación que nosotros captamos automáticamente sin llegar a darnos cuenta de ello: ira, alegría, miedo, sensualidad....
- ¡Díos mío Meister! ¡Lo ha logrado!
- Así es, y puede adoptar la apariencia que desee. Esa máquina será el cebo de mis marionetas. ¡Mírela allí bailando!

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