jueves, 31 de marzo de 2022

TRIBUTO

TRIBUTO: "Del Latín tributum, que ya tenía el significado de impuesto, tasa o contribución. La etimología popular vincula tribus con el numeral Tres (III), porque las tribus originarias romanas eran tres."
- Fuente: http://etimologias.dechile.net/?tributo

TRIBUNO: "Los tribunos debían su nombre a que eran representantes de las tribus, entendiendo que para los romanos una tribu no era ninguna agrupación de linaje, sino simplemente un distrito, una circunscripción territorial urbana o rural."
"La palabra tribunus tiene relación con Tribunal, en origen, un estrado elevado en el que se sentaban los magistrados y desde el que hablaban, que con el tiempo designó a lo que hoy entendemos por tribunal. Se deriva en efecto de tribus (circunscripción territorial), cuyo nombre parece que se debe a que en origen una tribu era la tercera parte del pueblo. La raíz de la palabra tribus es la del numeral latino Tres ( I I I ), tria (tres). Su raíz indoeuropea es *trei- (tres).
- Fuente: http://etimologias.dechile.net/?tribuno

Bueno, pues son ya dos años desde aquel Evento más o menos "planetario" del confinamiento. Han pasado despacio y han pasado rápido también, paradójicamente, cuando uno mira hacia atrás a ese día que empezó la pesadilla de acatar medidas que, como poco, son más que discutibles desde el punto de vista científico basado en pruebas y no en creencias sustentadas en la fe debida a la mejora económica de las empresas beneficiadas a cargo del Erario Público.

Pero se cumplió, a base de miedo, multas ilegales y presión de los perros pastores (pasma y milikos) que controlan adecuadamente al rebaño.
Por fortuna o por desgracia yo fui uno de los que tuvo disponible el salvoconducto para moverme por Madrid debido a las características de mi trabajo, y si bien es verdad que hubiese preferido quedarme en casita disfrutando del descanso, las virtudes del teletrabajo y teniendo el tiempo para, por fin, leer los libros que tengo en lista de espera hasta Dios sabe cuándo, si es que algún día llego a la jubilación digna de tal nombre...

Voy a considerar que fue en verdad Fortuna tener que seguir de pringue en el curro todos los días, porque, desde luego, fue una experiencia inolvidable y, me duele reconocerlo, tremendamente placentera.


Me dejaba alucinado las preocupaciones de la parentela por el hecho de que tuviese que salir a trabajar y fuese el transportista "oficial" de medicinas, alimentos y papel higiénico de las existencias que tenía atesoradas en la caja de zapatos donde vivo. Resulta que, efectivamente, sentían gran inquietud por mi obligación de salir de casa, ya que estaba "expuesto" al riesgo de caer contaminado (y por ende) fulminado por el bicho, mientras que ellos permanecían a resguardo y seguros en el hogar. Les entregaba los encargos dejándolos en la puerta sin vernos las caras o a una distancia de más de 2 metros.
 
La imagen de cabecera es un "meme", pero en aquellos días, resulta que muchos de los que permanecían "bunkerizados" se creían de verdad que nuestras vidas (la de los "tributos y otros tontos") estaban en auténtico peligro.

Pues francamente, en mi caso particular jamás lo sentí así. En el coche iba con las ventanillas bajadas, sin mascarilla y la música a todo trapo mientras hundía en el suelo el pedal del acelerador. Los radares ya sabes dónde están y tanto la pasma como los milikos ponían sus controles en los mismos lugares habituales a lo largo de los días, por lo que una vez pasadas estas zonas... ¡a correr!. 
Era una gozada, un trayecto de 15 o 20 minutos lo hacías en 3, o menos si te saltabas los semáforos. Había días que con la cafeína, el azúcar, la taurina y la B12 del Red Bull corriendo por mis venas, me animaba a batir mi propias marcas en la contra reloj del recorrido hasta el trabajo.
Había momentos en los que era inevitable sentir que el mundo era tuyo, vivir una película que de ninguna otra manera podría haberlo hecho, pues ni pagando todo el dinero se pueden lograr cosas como estas. 
Necesitas un planeta lleno de gente obediente y ovejuna, ya sea por miedo a la enfermedad y la muerte o por miedo a las multas. Dinero/Vida/Muerte/Miedo siempre de la mano e íntimamente ligados, a modo de los 4 Jinetes del Apocalipsis que empezó aquellos Idus de Marzo del 2020.

Apocalipsis que, lo que son las cosas de la vida, disfruté como nunca me hubiese imaginado. El viejo dicho de que "Cada uno cuenta según le va en la Feria" volvió a manifestarse palmariamente.
Una tarde que volvía de una entrega de medicamentos a la bruja de mi suegra, coincidió con la hora a la que los "balconeros" salían a chillar y aplaudir; en el coche sonaba, casualidades de la vida, una de las canciones de la B.S.O. de "El Gladiador", la verdad es que no recuerdo cuál, pero me quedé alucinado e inflado de orgullo como un sapo, porque parecía que me jaleaban y felicitaban a mi, que estaba solo abajo en el asfalto, desde ambos lados de la calle según pasaba. Estuve tentado de sacar el brazo y saludarles, pero me contuve, haciendo un buen esfuerzo tuve que recordarme lo que pensaba de tal comportamiento y en qué lugar me colocaría yo si participaba en ese juego, aunque fuese de manera fortuita.

Hubo momentos extraordinarios de soledad y silencio absoluto mientras contemplaba la luz del ocaso filtrarse entre el cristal del monumento de Atocha a los sacrificados en el 11-M; de escuchar el susurro cantarín del viento en los árboles del Paseo del Prado, la Vida recuperaba el Sonido de la Tierra libre de la diabólica cacofonía generada por las masas del animal humano. 

Fueron momentos únicos, increíbles y para recordarlos sin mácula para el resto de mi vida; y se los debo a un grupo de personas cuyo objetivo es la codicia infinita de dinero, dolor, sufrimiento y esclavitud, auténticos receptáculos y motores del Mal. 
Vivir para ver las contradicciones y los resultados...

Fueron momentos de ensueño dentro de una pesadilla viviente... Luego dejaron salir a los runners y el "encantamiento" se estropeó.

Me sorprendí a mi mismo pensando que los "ricachos", posiblemente, en sus planes anhelen esto por las mismas razones que pude contemplar y disfrutar yo: que el mundo se parezca a sus mansiones y fincas con silenciosos lacayos...

Por primera vez en la vida, Madrid dejó de ser la horrible puta chillona y maloliente que todos compartimos, para convertirse en una Exclusiva Dama que me ofrecía toda su serena belleza a mis ojos y oídos en un mundo sin molestias ni barreras...

«En los individuos la locura es poco frecuente, pero en grupos, partidos, naciones y épocas, es la regla.»
- Friedrich Nietzsche -

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