jueves, 30 de abril de 2020

HEXEN NACHT

Un año más llega la señalada fecha del calendario que, si bien es apenas conocida por estas latitudes, principalmente en centroeuropa va camino de convertirse en un segundo Halloween con el concomitante jolgorio general y la inevitable caída en lo grotesco. 
La Iglesia en su consabida tendencia a "oficializar" las tradicionales fiestas paganas ha establecido la noche del 30 de Abril al día 1 de Mayo como el homenaje a Santa Walpurga, abadesa francesa del s.VIII que, teóricamente, en Alemania se encargo de luchar contra diversas clases de males incluidas las brujas y convirtió a los buenos germanos de la época al cristianismo. 

En realidad estas fechas coinciden aproximadamente con la tradición celta de Beltane (luz-fuego) eclosión de la vida y la fertilidad, en el polo opuesto a Samhain.
Con el cristianismo la cosa cambió relativamente y la fiesta consistía básicamente en hacer ruido alrededor de las casas, poner crucifijos con hierbas medicinales en las puertas, escobas orientadas con las cerdas hacia arriba, sal en los umbrales y encender hogueras para espantar a las brujas voladoras que, como unos siglos más tarde harían la RAF y la USAAF, traerían la desgracia y la muerte desde el cielo.
Actualmente se ha recuperado en las montañas de la Sierra del Harz como atracción turística, fuegos artificiales, francachela y follasca incluidos.

La creencia popular de antaño era que las brujas se dirigían en estas fechas al Pico Brocken (Brockenberg) para unirse y ser "espectro" atravesando el Arco Iris asociado a este singular fenómeno de la región y cuyos radiantes destellos también se conocen como los "Anillos o Círculos de Gloria". Cuando se dan estas extraordinarias condiciones atmosféricas un paseante se puede convertir en un gigante y oscuro ente y circular por el túnel del Arco Iris, o emular al Indalo en todo su resplandeciente esplendor al "sujetar" los colores del cielo.
Hexe Kessel
Actualmente estas tradiciones de magia, hechicería, paganismo de la naturaleza y demás de acentuado carácter femenino suelen quedar amalgamadas en la religión "wicca", lo cual no deja de ser sorprendente ya que etimológicamente esta palabra en inglés antiguo es un nombre masculino que se refiere a un hombre brujo, hechicero, mago o astrólogo siendo la raíz de la palabra la misma que en "wise" = sabio. 
"Witch" = bruja derivaría procedente del arcaico "wicce" = maga, hechicera.

Un término misterioso relacionado es "warlock" que viene a significar traidor, mentiroso o diablo, con la raíz germana "wara" = verdad y "leogan" = mentir. Algo intercambiable en realidad ya que puede ser mentir diciendo la verdad o al revés, decir la verdad mintiendo. LLamativamente se descompone en "war" = guerra  de raíz germánica "werza" = confundir y "lock" = bloqueo, cerradura, de la raíz protogermánica "lukana" = cerrar.
Todo sumado se refiere al Diablo en persona, aunque se haya vulgarizado dejándolo en "el que mantiene tratos con el diablo" o sencillamente "brujo".

Lo curioso es que todo lo ya visto parece una reminiscencia de los cultos al semidios Pan-Fauno / Dioniso que aunque se relacione con la fertilidad, la sexualidad y la embriaguez tenían facetas mucho más oscuras y terriblemente siniestras en lo relativo al producto de sus actividades.

No es difícil imaginar que todo resulte ser un formato de una ancestral tendencia humana, siendo los carnavales una muestra aceptablemente tolerable por el cristianismo. En el mundo de los oscuros bosques los seguidores de ritos prerromanos supervivientes harían sus fiestas de la fertilidad siendo el "Warlock"-Pan del lugar ataviado con sus pieles y sus cuernos, la figura central con la que copularían las "brujas", probablemente mujeres apartadas por los más diversos motivos de la sociedad medieval. Si con un tanto de alcohol ya "flotamos", con algo más fuerte desde luego que "volarían" en sus untados palos/palote entreperníl.
El producto de estas orgiásticas uniones serían efectivamente a los ojos de todos, en aquellos tiempos, auténticos "hijos del diablo" y su destino nada claro...
La Bruja: Un cuento de Nueva Inglaterra
Aunque la palabra bruja y su origen no tienen relación con el ámbito anglosajón, al final hacen referencia al mismo tipo de seres con un valor añadido en la zona de las lenguas romances.
El origen etimológico de "bruja" es completamente desconocido. Originariamente como en "Méjico" el sonido "j" se representaba con una "x" que ha llegado a nuestros días como "México" por lo que en realidad se escribía "bruxa" y podría proceder del latín vulgar "voluxa" = que vuela o del protocelta "brixta" = hechizo.
En cualquier caso el término aparece recogido ya en la Alta Edad Media refiriéndose no a una mujer fea o conocedora de la farmacopea del bosque, sino a un espíritu de apariencia femenina (los súcubos del cristianismo) con capacidad de volar, especulándose que el sentido original de la palabra era "lechuza". Algo que tiene resonancia en algunos de los seres mitológicos alados de las culturas griega y romana que tenían relaciones sexuales con los hombres.
A este respecto cabe notar que el término alemán "hexe" = bruja, tiene en el antiguo idioma germano-sajón un significado polivalente: "mujer del bosque o demonio", así como también "búho del bosque".

El trato dado, no a estos extraños seres, sino a las que se creía que lo eran, fue poco clemente durante siglos. En Salem las mujeres tuvieron un papel muy destacado en todo ello, se analiza de forma bastante interesante en la película de 1996 "El Crisol" que posiblemente hoy no pasaría la censura "femiguay".
Desgraciadamente si bien es cierto que en los países meridionales de Europa se levantó la mano y se hizo un tanto la vista gorda sumando alrededor de 300 ajusticiamientos en total por este motivo en España, en Alemania e Inglaterra se emplearon a fondo y junto con el resto de países del ámbito protestante, terminaron viendo brujas y gente teniendo tratos con el diablo por todas partes; incluyendo a los niños al final mandarían de vuelta con el Creador en el periodo de cuatro siglos a cerca de 60.000 seres humanos. 

Las distintas ramas del cristianismo que convivían en esos países junto a la tradicional buena vecindad que caracteriza como norma a pueblos y ciudades, hizo que los números subiesen con una alegría y entusiasmo del que no se hizo gala en la zona "PIIGS" (Portugal-Italy-Ireland-Greece-Spain). Por estos lares, siempre bastantes mas laxos con los pecadillos de la carne, había manga ancha y ya en 1436 el obispo de Avila Alfonso de Madrigal dejó escrito que "...los aquelarres eran fantasías producto de las drogas." Evidentemente sabía de lo que hablaba. 
Su homólogo de Cuenca tenía claro que era en todo caso paganismo del de toda la vida y que las gentes eran más bien imbéciles pues "...hay mujeres que llaman brujas, las cuales creen que de noche andan con Diana, diosa de los paganos, cabalgando en bestias pasando por muchas tierras y lugares... nadie ha de creer estas cosas salvo que sucedan en sueños o por obra de la fantasía." También sabía este buen hombre de lo que hablaba.


Los sueños, esa fase de nuestra vida, en algunos afortunados hasta un tercio de ella, que nos la pasamos en otro mundo diferente y donde todo es posible, incluso tener maravillosas (o no tan buenas) relaciones con unos seres que pululan por ellos "volando" por nuestras cabezas. Caso de existir tal lugar y criaturas es evidente que es, en efecto, su lugar de vida y trabajo porque pertenecen a las tierras oníricas y las frecuencias en las que nuestro cerebro se desenvuelve en esas horas nos llevan hasta allí. 
Pudiera ser que, en realidad, los intrusos y los visitantes del sueño no son "ellos", sino nosotros, que aparecemos unas cuantas horas y nos volvemos a ir hacia la esclavitud de la carne en el tiempo que permanecemos de vigilia. 

Sueños Lúcidos, los Onironautas, humanos capaces de controlar su consciencia en ese estado en el que por desgracia nuestro "sub" e inconsciente tienen todo el protagonismo y uno se encuentra desvalido ante cualquier manipulación de los habitantes de esa extraña región de los sueños, donde no resultaría sorprendente que Dios siga pagando su bien ganado salario a Satanás y nada sea lo que en realidad parece.

Independientemente de todo, sabiendo que tratamos con humanos, ese extraordinario ser, junto con quizá otras cosas que no vemos, nunca está de más ser prudente para evitar aberraciones que puedan terminar de una u otra manera en el consabido y mágico sacrificio "humano" tan querido por unos y otros, porque adentrándose por ciertos caminos, el final puede ser ciertamente horrible...

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