miércoles, 29 de abril de 2020

GEHEIMNIS DER RUNEN

El título del artículo es una redundancia ya que la palabra "rune" tanto en su procedencia de las antiguas lenguas nórdicas, germánicas e inglesa significa "secreto, misterio". Así que lo podemos traducir, en cierto modo, como "secretos de los secretos" o "misterios secretos".

Las encontramos, en sus distintos sistemas, distribuidas por grandes zonas de Europa y la tradición les atribuye ser de origen divino, una obra de los dioses, en concreto de Odín y que éste regaló a los hombres.
Odin, el dios de un solo ojo, es el más enigmático y complejo de la Mitología Nórdica. El más grande de entre ellos; es el dios de las letras, maestro de las runas (secretos-misterios), la sabiduría, la magia, inspirador de la Verdad, de la poesía, Señor de los Cuervos y el Gran Padre de todos. Y por supuesto, Dios de la Guerra.

Para conseguir las runas Odín tuvo que pasar por un sacrificio muy similar al que aparece en la película EXCALIBUR para que Parsifal alcanzase la Iluminación y el Grial: con una experiencia cercana a la muerte, más allá de la frontera, que le reveló la Verdad y lo que buscaba.

La Edda Rúnatal recoge:

"Sé que colgué en un árbol mecido por el viento nueve largas noches, herido con una lanza y entregado a Odín; yo mismo ofrecido a mí mismo en aquel árbol del cual nadie conoce el origen de sus raíces.
No me dieron pan ni beber del cuerno. Miré hacia lo hondo, tomé las Runas las tomé entre gritos, luego me desplomé a la tierra."
Por lo que al igual que en otros mitos nos encontramos con un dios muy particular al que la humanidad le debe más de lo que imagina y raramente reconoce: el misterio, la magia y la gracia de la escritura. Algo que nos distingue por completo de los animales que a todo lo más que podrían aspirar es a una tradición oral similar a la de las ballenas. 
Letras que son símbolos por si mismos, reflejos de algo que tan solo los más osados pueden encontrar nuevamente revelados en los abismos del fluyente "Arbol del Mundo".

Quizá a las fronteras de la realidad se llega por el interior de nosotros mismos, sin tener que explorar extrañas regiones exteriores. 
La puerta en nos solo la encuentran y la traspasan aquellos que la buscan con la Sabiduría y ofrecen el Sacrificio. 
El conocimiento del camino con la familiaridad de lo ya visto y hacia lo nuevo que nos aguarda...

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