Efímero sol creado con el poder de los dioses
Bueno, inevitablemente surge la gran pregunta: si cualquier persona en su sano juicio teniendo el arma atómica disponible la habría usado sin miramientos para vaporizar enemigos y si no ganar la guerra al menos conseguir una tregua o armisticio honorable, ¿por qué el gran denostado personaje y encarnación del mal en occidente no lo hizo?.
La respuesta es lógica: porque Alemania no disponía en la Primavera de 1945 de semejante arma. Es más, si la tienes disponible no hay por qué obsesionarse con conseguir un vector que la lleve a América, Nueva York más concretamente. Londres, Moscú y la línea de frente con las tropas enemigas concentradas quedan mucho más a mano, un avión de tamaño moderado como el He-177 "Greif" con una capacidad de carga de 14.200 Kg. incluyendo el combustible, podría haber hecho el trabajo sin problemas.
He-177
Evaluemos pues la lista de opciones a elegir:
1 - No pudieron ya que aunque el trabajo de investigación tenía la teoría avanzada, el programa nuclear no. Carecían de los materiales y el tiempo para concretar una bomba atómica, de hecho estaban muy lejos de haber podido hacer el desarrollo completo. Es la versión oficial ampliamente aceptada.
2 - Estuvieron muy cerca de lograrlo, tal y como mencionan algunas noticias de los periódicos de la época, pero la política militar de USA "Germany First", es decir que desde 1941 los esfuerzos principales debían centrarse en derrotar a Alemania, había dado buenos resultados siendo un éxito y logrando atajar la amenaza atómica del III Reich justo a tiempo para evitar la tragedia.
En este apartado todo son rumores. Manfred Griehl en su libro "Objetivo: América" recoge una inverificable reunión de Adolf Hitler con Heinrich Himmler y Albert Speer a finales de Marzo de 1945 en la que el Führer estaba decidido a que se usase un nuevo tipo de bomba con la que se había estado experimentando en las instalaciones de las SS en Turingia. Tanto Himmler como Speer se oponían, el criterio de ambos prevaleció, saliendo Hitler muy contrariado pero finalmente aceptándolo.
En esta línea tenemos unas declaraciones de Adolf Hitler del 13 de Marzo de 1945 dirigiéndose a la oficialidad del 9º Ejército: "Todavía tenemos cosas que necesitan finalizarse, y cuando estén terminadas, cambiarán la marea."
3 - Pudieron hacerlo y estaba todo preparado para ello, tanto las armas como los vectores listos y plenamente operativos para usarse.
En este sentido nos movemos ya en la frontera de la conspiranoia, la fantasía y la pura
especulación: del mismo modo que se había respetado el no emplear armas químicas ni bactereológicas, de las que ambos bandos disponían y tenían preparadas, por temor a unas represalias con escalada como había sucedido con los bombardeos de ciudades, prefirieron abstenerse ya que por un lado sólo tenían dos o tres bombas atómicas y no hubiesen podido fabricar más en un plazo inmediato.
Al desconocer el hecho de que los americano-británicos no tenían ninguna y no las conseguirían hasta Julio de aquel año, prefirieron evitar la opción de usarlas por temor a que Alemania fuese arrasada de una manera que ya sabían que podía ser definitiva (por sus propias pruebas realizadas) si los aliados empleaban la nueva arma en cantidad suficiente.
Es curioso que todos los hallazgos hechos por los aliados en la zona de pruebas SS en Turingia quedaron clasificaron como secretos durante 100 años por lo que, en principio, la documentación no saldrá a la luz hasta Mayo del 2045 y al igual que en otros asuntos nada obsta para que el secreto continúe por cualquier motivo que aleguen o resulte que los archivos se han perdido/destruido como ya ha sucedido en otras ocasiones.
4 - Prefirieron evitar males mayores y enviaron un aviso claro de que disponían de la opción atómica. Una apuesta final para tratar de forzar una paz negociada sin emplear la nueva arma sobre las ciudades.
Tal escenario lo explora novelada y magistralmente Felipe Botaya en su libro "Operación Hagen", donde aporta documentación e interpretación de hechos históricos hasta formar una coherente teoría sobre los acontecimientos de los días finales de la Segunda Guerra Mundial y la conexión "Tunguska". Imprescindible su lectura.
El incandescente y letal "hongo" atómico.
5 - SS Ahnenerbe. Esta misteriosa organización abarcaba prácticamente todos los ámbitos culturales y más allá. Su máximo responsable era Himmler el cual mantuvo una constante relación con Hitler hasta los días finales. Alemania había realizado excavaciones en Mesopotamia desde los años 20 y además de llevarse la Puerta de Ishtar de Babilonia a Berlín, actualmente en exposición en el Pergamon Museum, recuperaron miles de tablillas de arcilla.
La traducción de este lenguaje ya se había iniciado a finales del s.XIX y tanto en los textos de Enki - Enlil como en los de Ninurta se describían armas con unos efectos terroríficos así como el destino que siguió aquella civilización: desapareció como resultado no solo de las explosiones atómicas, sino también por los residuos radioactivos que se extendieron con el viento.
Había paralelismos con el relato bíblico de Sodoma y Gomorra, pero también con la mitología de un ámbito completamente diferente: en el libro más antiguo de la India, el Mahabharata, donde se recoge una detallada descripción de los efectos de un arma desconocida en la época de la publicación del libro traducido en occidente pero que, por primera vez tras miles de años, se podía interpretar correctamente por quienes estaban en el secreto y habían realizado las pruebas de esta tecnología: las SS y Oppenheimer, recitando este último una frase del mencionado texto indú y que pasaría a la Historia, "Ahora me he convertido en la muerte, la destructora de mundos".
Tras la exitosa detonación de la bomba Pu-239 USA "Trinity" el 16 de Julio de 1945, el director de la prueba, Kenneth Bainbridge, dijo unas curiosas palabras al Dr. Oppenheimer: "Ahora somos todos unos hijos de perra".
De esta frase surge una pregunta: ¿quiénes eran los "otros" en el selecto club de "los hijos de perra"?.
Cuando se leen los testamentos políticos de Hitler y del Dr. Goebbels al final de ellos se desprende una cosa, ambos tenían el deseo y la convicción de que Alemania seguiría existiendo, que habría un mañana y una reconciliación para su pueblo, algo que de haberse empleado las bombas atómicas sobre el frente, en Londres y Moscú, no hubiese sucedido, no solo porque no hubiese habido cortapisas al plan Morgenthau y la previsible venganza total de rusos y anglosajones, también porque los vientos de muerte radioactiva habrían anegado Europa con unas consecuencias que podrían haber significado el fin de la civilización tal y como la conocemos.
Como ya sabemos, los norteamericanos no tuvieron esos reparos y por dos veces hicieron desaparecer instantáneamente a decenas de miles de personas causando muerte y enfermedades pavorosas a cientos de miles más, no solo en el momento de las explosiones, también en los años sucesivos como resultado de la radiación extendida por la "LLuvia Negra" sobre el país.
En este orden de cosas cabe preguntarse el por qué centrar los esfuerzos en alcanzar a bombardear Nueva York. Puede que no solo fuese porque queda en la necesaria trayectoria ortodrómica más cerca que Washington y que es un centro de la Banca Internacional junto con la City de Londres y el BIS en Basilea, algo de lo que carecía Moscú. También hay un océano de por medio entre los vientos radioactivos y el continente europeo.
Los efectos de varias armas atómicas empleadas en los extremos de Europa y en su mismo centro hubiesen sido apocalípticos y quizá el fin para una civilización ya hundida en su propia sangre.
Si el III Reich disponía de estas armas de los dioses ¿prefirieron no emplearlas y dejar que la Banca Internacional ganase, una vez más, la Guerra para evitar males mayores sobre Alemania y su pueblo?.
La misma Banca que hoy en día tiene el control del planeta y que sin prisa, suavemente y sin pausa ya ha conseguido la eliminación cultural de Europa y en pocos años finiquitará también su acervo y reserva genética...
No hay comentarios:
Publicar un comentario