jueves, 1 de octubre de 2020

ED-209

Corría el año 1987 cuando se estrenó la película "ROBOCOP" y tuve ocasión de verla en VHS en casa de un amigo. Tenía por aquel entonces 15 años y la violencia mostrada, junto con la sociedad reflejada era el equivalente a la pornografía más ostentosa a la que se tenía acceso en aquella época. Los efectos sobre el espectador de las imágenes vertidas resultan difíciles de evaluar adecuadamente, pero un claro indicativo son las reacciones básicas: rechazo o aceptación.

En el caso que nos ocupa, particularmente, puedo decir que ya había visto películas violentas con muertes escabrosas y sumamente desagradables, por ejemplo en "RAMBO", pero la escena en la que se presenta ED-209 para la demostración y acribilla al voluntario, me dejó tan horrorizado como trastocado y aún hoy, me impresiona. Por contra, mi amigo se rió con ganas diciendo: "¡Qué tío tan gilipollas!"

En cierto modo, tengo que reconocer que tenía razón, al fin y al cabo no era algo real, es tan solo un espectáculo y mejor que así siga siendo...

Los guionistas Edward Neumeier y Michael Miner, junto con el director Paul Verhoeven mostraron en su trabajo un tipo de realidad desnuda sobre el propio animal humano, el poder corporativo y la política, el camino en el que ya se encontraba la sociedad occidental y desde luego, la brutal efectividad de las máquinas, así como el riesgo de averías o fallos de programa...

En estos 33 años transcurridos desde el estreno, la tecnología y potencia de los procesadores es más que suficiente para crear artefactos iguales o mejores que el protagonista del artículo y ¿quién sabe si no estarán disponibles?. En realidad básicamente es lo mismo que los robots exploradores y desactivadores, que como los "drones" volantes militares, siguen siendo manejados por humanos.

Si no se han desarrollado es, sencillamente, porque resultan más económicos y versátiles los "robots biológicos", es decir nosotros, los primates con capacidad de hablar. El término lo usan con bastante acierto en la serie de la HBO "Chernobil" (muy buena por cierto) para referirse a los operarios que realizaban las tareas en lugares tan radioactivos que las máquinas fallaban. Toda una lección del "soviet way of life and thinking" que llevó a tal accidente y gestión posterior.

Y, naturalmente, la obscenidad de máquinas matando personas que ya anticipaban en "TERMINATOR". Es curioso, como lo tradicional es que nos matemos unos a otros, no suele haber problema en ello, pero instintivamente consideramos una aberrante abominación que máquinas autónomas se dediquen a ello, por no sumar el riesgo de las muertes accidentales que podrían causar. Todos tenemos claro que siempre debe haber alguien a quien responsabilizar por sus acciones y evidentemente, una máquina, como los animales, no son sujetos imputables.

Ahora bien, casi completado el primer quinto del siglo XXI y pese al brutal atraso en robótica de consumo, el resto de cosas se han mantenido: difusión de todo tipo de violencia (salvo la prohibida por los "popes" sistémicos) que por lo general queda impune, el determinante poder de las grandes corporaciones y su influencia global, empezando por la Banca, agotamiento del planeta...

Si Dios quiere, aún queda tiempo para que se de todo...

"Un día los hombres dirán que Yo di nacimiento al Siglo XXI"
Paráfrasis de Jack. "El Destripador"

No hay comentarios:

Publicar un comentario