El Secreto de los Hermanos Grimm - 2005 -
Eran tres, aunque solo se recuerda a los dos que se dedicaron a recoger el folklore de las regiones germanas que aún pervivía en las tradiciones orales del s.XIX, llegando a recopilar en sus antologías más de 200 cuentos, siendo los más conocidos los que se han llevado al cine tanto en imagen real como en dibujos, principalmente de mano de la Factoría Disney y sus artistas dibujantes que se reinventaron con la llegada de los ordenadores. Hoy en día se siguen haciendo versiones de los relatos que dejaron para la posteridad en la época en la que el Romanticismo se encontraba en auge y, curiosamente, ellos mismos tuvieron que revisar las versiones iniciales de las narraciones para hacerlas más suaves y digestivas sobre los originales de la tradición popular, incluido eliminar los pasajes de sexo.
Algo que en el siglo siguiente Disney volvería a remozar y pulir para hacer aceptables las historias a un público al que le gusta más el almíbar que la hiel.
Tal cosa no resulta sorprendente dentro del marco histórico en el que una burguesía con posibles empezaba despegarse del mundo natural que nos recuerda hasta qué punto hay suciedad por dentro y por fuera del mundo animal.
Quizá esto sea algo que resulte sorprendente ya que simplemente lo obviamos y nos centramos en trama y resultado, no en los detalles, pero es algo lógico...
Si tomamos, por ejemplo, la épica obra "El Señor de los Anillos", ya sea en formato papel, ya en su adaptación al cine, no se reflejan y pocos serán los que caigan en la cuenta de lo que implica la falta de jabón, agua corriente y papel higiénico a lo largo de semanas de viaje, con sus fatigas y sudores...
Como en otros ámbitos, simplemente la historia funciona porque es un cuento que en realidad, tiene muy poco que ver con la realidad, una concesión que permite centrarnos precisamente en el irreal componente romántico y en la moraleja de las tribulaciones que padecen y protagonizan los personajes.
Sin embargo, la historia de cruzadas y guerras, la misma trayectoria de la humanidad, se ha hecho con los ejércitos acompañados de suciedad, disentería y prostitutas. Lo que queda para los libros son las hazañas, raramente el trasfondo diario de tales gestas.
Los Grimm tuvieron que plegarse a esa sensibilidad y afectación que trata de alejarnos de los animales para asimilarnos a los ángeles, algo que cantaría sin mucho acierto Laura Pausini en su momento, por lo que ajustaron al gusto las historias de los oscuros bosques de Germania para que resultasen aceptables a los supuestos destinatarios: los niños.
Pero en el proceso se perdió y desvirtuó la esencia originaria ya que no solo se modificaba definitivamente la tradición oral, sino que como ellos mismos dijeron ante las insistentes críticas sobre lo escabroso de la mayoría de las historias: "Nuestros cuentos no están dirigidos a los niños."
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Y efectivamente, tenían razón...
Afortunadamente las historias que se prolongan en el tiempo y son populares suelen gozar de vida propia teniendo desarrollos y versiones que pueden volver a dar vueltas sobre el concepto original y aportar otros matices que resultarán más o menos llamativos pero que al igual que el cuento primero, se adaptarán al "zeitgeist" del entorno. Un claro ejemplo es la inversión en el orden del tradicional "Hansel y Gretel". No es una película para niños, a no ser que se les quiera hacer crecer demasiado deprisa o se busque fomentar rápidamente lo que las mismas circunstancias de la vida hará que se muestre y adapten por ellos mismos llegado el tiempo.
Cuando era una época en la que a los 20 eras un adulto experimentado y curtido, padre y madre con sobrados números de prole y a los 40 prácticamente un anciano extraño superviviente entre todos los que ya se fueron, podía tener cierto sentido el no proteger la infancia más allá de lo debido cuando la juventud era prácticamente el breve paso desde la niñería a cumplir con las obligaciones que el mundo natural, las hormonas y la sociedad esperaban de uno.
Pero eso ya estaba cambiando en las postrimerías decimonónicas, consolidándose plenamente y cada vez más en el siglo XX a medida que las vidas se alargaban en Occidente. Hoy se habla de "chavales" de treinta y tantos o de "jóvenes" cercanos a los 40. El problema, naturalmente, no es el aspecto de elfos atemporales, el problema es el comportamiento, la mentalidad del eterno adolescente y la falta de compromiso generalizado con nada que no sea uno mismo y los gustos de mi "menda lerenda". Es algo que va más allá del síndrome de "Peter Pan", es la consagración del infantilismo y el buenismo como sociedad en general por la sencilla razón de que conviene a quienes ejercen el gobierno de los países de la "antigua cristiandad", es lógico y coherente, cuanto más aniñados y sentimentales sean los ciudadanos, más sencillo será manipularlos y hacer que acepten cualquier cosa como buena, aunque les perjudique, lo que importa en realidad es el "buen rollo" y ser buenos, la maldad hay que evitarla.
El problema es, evidentemente, que "la maldad" no prescinde de nosotros y muchas veces, como suele ser la maldad femenina, tiende a mostrarse bajo bellas formas y buenas maneras. Algo que recogen muchas historias para advertirnos junto con aquello de que nadie regala nada si no es para algo que quiere obtener...
Algo que resultaba evidente para nuestros antepasados, parece no importar a nuestros contemporáneos, creen que la Banca o la Unión Europea dan dinero a los países para "su desarrollo", sin esperar nada a cambio, o la increíble premisa aceptada con alegría de que es bueno dar los recursos del país y los que salen de nuestras horas de trabajo a personas que están aquí precisamente para aprovecharse de ello siendo ajenos, en vez de destinarlos a los propios que proceden de las generaciones que hicieron posible llegar a "el estado de bienestar" que cada vez lo es menos y parece tener ya fecha de caducidad.
Los cuentos advertían de cuál era la parte más débil y necesitada de protección, los niños y la inocencia, los encargados de velar de ellos debían ser los hombres con la capacidad de matar y hacer el mal con tal de proteger a la sociedad o comunidad a la que pertenecían, sin dejar de lado que todos, niños, mujeres y ancianos participasen, colaborando en esa lucha contra lo que siempre reclama para alimentarse una y otra vez: nuestros hijos.Hoy en día hemos delegado en los siervos de la Banca, nuestros amados políticos, cuanto más mansos seamos, mejor para ellos y el Gran Capital, hay que ser buenos, buen rollito muchachos y pagad los impuestos que os seguimos subiendo...
El resultado: la sagrada infancia y su futuro está en manos de los que buscan su corrupción hasta la médula y el alma.
Y lo están consiguiendo paso a paso ventana a ventana de "Overton".
La culpa no es de diablo ni de sus secuaces, ellos simplemente hacen lo que siempre han hecho y siempre harán. La culpa es nuestra ya que hemos declinado responsabilidades en "quien bien nos quiere", renunciamos a cualquier problemilla que nos amargue el día o dejar de ser integrantes ejemplares de lo "políticamente correcto". Y naturalmente, "condenamos cualquier tipo de violencia", incluidas las malas miradas, las malas palabras y la falta de sonrisas en todo momento, aunque ahora, gracias a las mascarillas, podemos disimular un poco si no somos tan felices como la democracia espera de sus ciudadanos.
Por desgracia, tal y como advertían las antiguas historias de tradición oral, no debemos esperar lo mismo del enemigo, que básicamente es el que se quiere aprovechar de nosotros, y no deberíamos olvidar que pese a todo el "flower power" imperante en las aulas y demás, "los otros", no están ahí, y por cierto, hacen bien en mantener su cultura...
Hay todo un mundo fuera de nuestras "fronteras colador", aeropuertos y ciudades lúbricamente acogedoras, deseando demostrar que los viejos cuentos tenían razón: vivimos en un mundo sumamente desagradable y mejor será que advertido reacciones en consecuencia, si no...
Esto no es una película de la Disney ni se puede esperar un final de "felices para siempre", la cosa va mal, es poco probable que la historia termine bien para Europa. Aunque, como en todos los cuentos, aún queda alguna esperanza...
Volviendo a las brumas del pasado y como curiosidades cabe mencionar que los Grimm también recuperaron en negro sobre blanco leyendas, aportaron estudios filológicos fundacionales sobre las lenguas de raíz germana, acuñando en 1822 la "Ley de Grimm" sobre el fenómeno de su evolución.
Expusieron su teoría sobre el origen divino del lenguaje, algo que, sorprendentemente, fue desechado al poco, quizá el amigo Darwin y su teoría evolutiva tuvo su peso en aquella época, el mono (primate en realidad) se vale por si mismo para todo, sin necesidad de intervención "divina" alguna.
Otra curiosa faceta es que publicaron una selección comentada de romances españoles: "Silva de Romances Viejos".
Si bien todos son cuentos, siempre hay algo, un átomo cierto que da origen a las historias que luego son adornadas y acrecentadas, un ejemplo sobre la obsesión por mantener la belleza que llegaría a los mal valorados y peor entendidos "cuentos de hadas", con lo más sangriento erradicado y el sexo totalmente omitido, sería la horripilante conducta de la Condesa Erzsébet Báthory, hallada en 1610 culpable del asesinato de 612 jóvenes. Reveladoramente fue condenada por el asesinato de nobles doncellas, no por las plebeyas, lo que da una idea sobre cómo ven los ricos a los pobres y cómo se arropan entre castas superiores, entonces y ahora. Alcasser es una vieja historia, en realidad muy antigua...
Siguiendo con las cosas curiosas cabe mencionar que los cuentos recogidos por los Grimm gozaron de gran popularidad durante el III Reich. Tras la Segunda Guerra Mundial fueron prohibidos en la zona inglesa ya que eran considerados una prueba (más) de la maldad de los alemanes. Por cierto, "grimy" en Inglés significa sucio/suciedad.
Con mejor criterio en el 2005 la UNESCO los incluyó en el "Programa Memoria del Mundo".
En cualquier caso, los Grimm lo que hicieron fue recoger algo que la humanidad y hasta los occidentales sabían, hasta que tomaron otros rumbos en fecha no muy lejana, que el mundo es cruel, desagradable y lleno de suciedad, que hay que desconfiar de quienes no conoces, que tengas cuidado con los que dicen que te quieren hacer bien y te dan "regalos", que contra la maldad, que adopta múltiples formas, a veces hasta agradables, hay que combatirla siempre, si es necesario con violencia, porque de lo contrario lo pagaremos con creces. Que con el sexo hay que tener cuidado, mucho cuidado y que no hay nadie libre de la sombra que acecha, aunque no la veamos, esta ahí, esperando que lleguemos a sus manos...
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