miércoles, 14 de octubre de 2020

U-BOOTE: BAUVORHABEN-211

 

Nada puedo aportar que no se haya dicho ya sobre la supuesta Base-211 ni tampoco sobre los misterios acaecidos en 1947 en el entorno de la Antártica. Para documentarse no hay mejor obra que el libro del Dr. Botaya "ANTARTIDA 1947: La guerra que nunca existió", de forma novelada el autor nos presenta una serie de misterios y hechos, que como en otros de sus trabajos, hilvana magistralmente para que cada cual saque sus propias conclusiones y medite hasta qué punto la novela no lo es tanto como pudiera parecer a primera vista.

Aquí vamos a repasar ciertas curiosidades que ante los acontecimientos de 1947 y la Operación "Highjump", suelen pasarse por alto o no prestarles la debida atención, empezando por el nombre. La denominación asignada no está clara de dónde procede y al referirse a algo que en realidad, oficialmente, nunca existió, resulta dudosa la paternidad de la designación que podría proceder perfectamente de los tiempos de guerra y fuese así denominada por ser el enclave germano 211 conocido por los aliados o como en los hoteles, la base 11 del hemisferio 2, es decir de la zona Sur del planeta, lo que deja a la imaginación dónde estaban las otras 210 instalaciones en el planeta o las otras 10 o 12 o más de la zona austral. O procediese ya en plena postguerra, apareciendo mencionada como B-211.

Conociendo la nomenclatura de los alemanes de la  época podría ser perfectamente como sucede con el B-711, es decir "Bauvorhaben-711" = Proyecto de Construcción 711, una fortaleza construida en Mimoyecques entre 1943 y 1944 para alojar a los Cañones V-3 destinados a bombardear Londres. De ser así, el numeral 211 correspondería a una fecha bastante anterior a 1943.

Aunque el nombre real puede que nunca se llegue a conocer, podría haber sido también algo así como "Hüttenkäse". Pese a lo pintoresco tiene su gracia y hay paralelismos en la denominación con, por ejemplo, el complejo "B8 Bergkristall" (Cristal de Roca/Montaña) en Austria o "Weingut I" (Viñedo/Lagar I) en el bosque Mühldorfer Hart.

En cualquier caso, resulta sorprendente la pervivencia de los intentos para dejar el tema como cosas de chiflados, magufos y conspiranoía general tras haber pasado más de 70 años desde aquellos turbulentos y decisivos días para la historia del mundo. 

Sin ir más lejos en la revista "POPULAR MECHANICS", hacen nacer el origen de la historia en grupos nacionalistas alemanes que en los años 50 relacionaron las olas de avistamientos OVNI con la supervivencia de tecnología exótica del III Reich en remotas regiones del globo. Por su parte "HISTORY CHANNEL" basa el mito en el verano de 1936, cuando Hitler y Göring en el marco del desarrollo económico y alimenticio del país idearon el "Plan de Grasa Germano" para aumentar la disponibilidad de mantequilla, leche, queso, detergentes, combustibles y pinturas evitando la dependencia de importar la base de estos productos encontrando una fuente alternativa, en concreto el aceite de ballena que si bien lo importaban de Noruega, pensaban en abastecerse por sus propios medios por lo que se inició la planificación para la construcción de bases balleneras en los océanos australes ya que la parte boreal del Atlántico y el Pacífico habían sido bien esquilmadas de ballenas durante casi un siglo. En teoría, según el artículo de "HISTORY", la Oficina de Asuntos Exteriores del III Reich se fijó en una zona entre los 20 grados Este y los 10 grados Oeste que se encontraba entre las áreas reclamadas por noruegos y británicos, lo que llevaría a la ya conocida expedición del buque Schwabenland, transformado en rompehielos, de 1938-1939. La mayor parte de los datos científicos obtenidos durante la expedición se perdieron en los fuegos de la guerra o se mantuvieron en secreto y teóricamente quedó todo publicado en 1958. Por lo que el artículo finaliza diciendo que no hubo mayor interés ni evidencia de que Hitler tuviese otras intenciones para el continente helado y la cultura popular, siempre ávida de cosas raras, relacionó esta famosa exploración con las actividades militares en el continente tras finalizar la Segunda Guerra Mundial.

No obstante, el hecho es que durante la guerra hubo actividad militar en la Antártida, tanto por parte de los británicos como por los alemanes.

En concreto la Operación "Tabarin" se inició por parte del Reino Unido en 1943 como respuesta precisamente a las actividades del III Reich en la zona, ya que las aguas eran recorridas tanto por los corsarios camuflados de superficie como por los U-Boote. Algo muy llamativo ya que, en principio, las únicas rutas comerciales allí abajo son las de los balleneros y si bien en tiempos de guerra el aceite y la grasa son recursos valiosos, tampoco es que sea algo especialmente precioso como para dedicar recursos a la zona. En el caso de los ingleses tenía sentido porque los "outpost" establecidos sirvieron para la exploración científica así como fomentar la base de la reclamación territorial de U.K. para la zona. La misión finalizó en 1946.

Los corsarios alemanes se centraron en otras rutas comerciales y finalmente acabarían destruidos por los buques de la Royal Navy, el mayor éxito en aguas antárticas fue el del Pinguin que apresó 20.320 toneladas de aceite de una flotilla de balleneros noruegos el 13 de Enero de 1941. Pero pese a ello llama la atención que también por allí se paseasen, constando de forma documentada, un cierto número de U-Boote y también además del ya mencionado Pinguin, el Atlantis, el Komet y el Stier.

Si bien es ciento que la expedición germana de 1938-39 no portaba material pesado ni perros de tiro para exploraciones y acarrear, nada impide que dejasen una (o varias) pequeña base "ballenera" con poco personal, del mismo modo que harían los británicos en 1943 y con las mismas intenciones: exploración. En tal caso los merodeos de las naves del III Reich por aquellas aguas durante toda la contienda tendría algo más de sentido: aprovisionamiento y transporte de material.

James Robert, en la revista "NEXUS MAGAZINE", Volumen 12, Nº-5 (Agosto-Septiembre 2005) recoge interesante información de la presencia inglesa en la Antártida durante la guerra y antes de la famosísima operación USA de 1947. Aparecen un par de historias de testigos que, desde luego, resultan sumamente extrañas como para resultar creíbles, incongruencias incluidas, y que parecen más bien cuentos de marineros para sumar a la mitología del "Enclave-211". Pero merece la pena echarles una ojeada a los relatos, ya que concuerda con la existencia de bases a lo largo del continente siendo una de las "zonas calientes" las Montañas Mühlig-Hoffmann, a unos 320 Km. de ellas, se encontraba la base U.K. de Maudheim, siendo esos territorios testigos de los primeros enfrentamientos en una guerra desconocida que no ha pasado al reconocimiento oficial y donde ya se hablaba de "túneles en el hielo y las rocas".

Entre las cosas que postula cita una muy interesante. Los británicos habrían tenido conocimiento concreto de la naturaleza de los territorios reclamados por Noruega en la Antártida gracias a que en fechas de la invasión alemana de esta zona de la península escandinava, el gobierno pudo huir con el tesoro nacional y los archivos secretos entre los que se encontrarían mapas de la Tierra de la Reina Maud donde aparecían zonas desérticas libres de hielo y lagos, posiblemente de origen termal. Estos mismos descubrimientos los habrían hecho los alemanes en 1939 por lo que todos estaban sumamente interesados en las posibilidades que ofrecían estas desconocidas y extremas latitudes del Sur.

Otra de las consecuencias que apunta como resultado de las actividades en lo que llegaría a ser una zona sensible es la pretensión del Reino Unido de acaparar para su Graciosa Majestad una zona del continente que reclaman Argentina y Chile, quedando "oficializado" no solo por las mencionadas bases, sino también por su posesión de las Malvinas quedando reflejado incluso en un sello emitido precisamente en 1946 cuando ya daban por finiquitada la presencia del III Reich en la zona tras las "batallas" de finales de 1945 contra ellos.
James Robert señala, acertadamente, que por este motivo el Reino Unido nunca renunciará a las Islas Falkland: porque es la llave para justificar su porción de la Antártida.

Estas pretensiones británicas ya soliviantaron tanto a Chile como a Argentina, pero también al "amigo americano", que no deseaba que el Imperio acrecentase sus dominios. De hecho fueron los USA los responsables de que todo el mundo acatase el proceso descolonizador, para ocupar ellos el puesto de primera potencia económica imperial. En este marco de total subyugación al Imperio de Libertad USA se darían la transmisión de información y negociaciones para que los "yankees" reconociesen su "status quo", por lo menos en los nuevos territorios helados, que no tenían población alguna que descolonizar, pero que otros países también reclamaban y que ha dado lugar a una serie de incidentes "de fronteras" a lo largo de todos estos años hasta hoy en día.

Esa información facilitada por los servicios secretos ingleses a los gringos, tras la "declaración filatélica" de 1946 (o en realidad el sello se emitió con los acuerdos ya pactados), junto a la que los USA ya tuviesen anteriormente por sus propios medios llevaría a la operación americana de 1947...

Y surgen las inevitables preguntas.

¿Por qué mantener en secreto esta guerra contra los malvados nazis hasta finales de 1945?, ¿por qué no celebrarlo como una victoria más?, ¿qué más daban un puñado de fanáticos aunque estuviesen tan lejos si al fin los habían derrotado?, ¿a quién le iba a importar, del mismo modo que a quién le hubiese importado que "Schatzgräber" hubiese seguido funcionando en 1946?, ¿qué importancia tiene un agujero perdido en el hielo?.

Las respuestas pueden ser cualquier tontería intrascendente y trivial, habituales en la historia, aunque hay también un par que podrían resultar con cierta lógica y a tener en cuenta:

- Que el proyecto antártico del III Reich era mayor de lo esperado, algo quizá confirmado por las capturas e interrogatorios de dirigentes que podrían haber estado en el secreto: Himmler, Göring y especialmente Dönitz.

- Que en realidad las operaciones contra los restos del III Reich en una zona tan sensible para la codicia de las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial, como es la Antártida, no pudieron completarse ni en 1945 ni en 1946.



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