El CERN realiza distintos tipos de experimentos pero todos tienen un denominador común: las partículas se aceleran en túneles equipados con potentes electroimanes que mantienen su trayectoria y crean vórtices magnéticos.
Lo interesante es que esta mega estructura reproduce patrones que se dan en la naturaleza y que por lo general nos pasan desapercibidos.
Esta es una representación de una molécula de ADN vista desde su eje central:
Naturalmente, que sepamos, no acelera partículas ni tiene propiedades magnéticas significativas pero no deja de ser una espiral muy curiosa.
El Proyecto Genoma Humano finalizó en el 2003 concluyendo que tan solo el 1% de las secuencias generan proteínas, el 99% restante fue calificado como ADN "basura". Más adelante, en el año 2012, se sugirió que más del 80% del genoma servía para alguna finalidad bioquímica pero no se aportaron pruebas en ese sentido.
Sin embargo, parece ser que el ADN vibra produciendo una ínfima cantidad de luz llamada "biofotones".
Ya en 1994 biólogos y lingüistas de Harvard habían demostrado que el ADN "basura" tenía todas las características del lenguaje humano, con su sintaxis, semántica y gramática.
Científicos como Garjajev han introducido la expresión "genética de onda" para referirse al efecto, ya demostrado, de que el ADN vivo reacciona a las ondas emitidas al hablar si se usan las frecuencias adecuadas.
Las nanas que cantaba mamá puede que calmasen tanto la mente como el cuerpo, físicamente a un nivel que nunca hubiésemos imaginado.
En el 2004 otro grupo de científicos descubrieron que la mayor parte de moléculas implicadas en el estado de ánimo (Triptófano, Fenilalanina, Tirosina) y alucinoides (LSD, Psilocibina, Harmina) tienen fuertes propiedades flouorescentes y por tanto podrían interferir con los "biofotones" que el ADN puede que use para comunicarse.
Esta luz en las células fue descubierta en 1926 por Alexander Gurwitsh bautizándola como "rayos mitogenéticos" y su existencia fue reconfirmada por Fritz Albert Popp que fue quien estableció el término "biofotón".
Actualmente es aceptado ampliamente y se está investigando si las células se comunican usando esta débil emisión de fotones ya que hay diversos estudios independientes que han demostrado que las células vivas no solo emiten luz, también la absorben, por lo que tal comunicación podría ser posible.
Quizá tengamos miles de millones de "mini-CERNs" en nuestros cuerpos a los cuales les afecta la luz, vibraciones y "partículas contaminantes" que les alcanzan.
Hay que pensar en ello cuando bebemos, escuchamos, hablamos y miramos pues puede que afecte a las células de una manera determinante y lo transmiten... El CERN es un entorno controlado donde para obtener resultados deseados no se admiten interferencias. Nuestras células para funcionar óptimamente necesitan lo mismo.
Fabulosa información y estupendas fotos, muchas gracias. El tema me apasiona, pues lo que expresa es algo que llevo "sabiendo" desde que era una niña !!!
ResponderEliminarEl corazón/intuición pueden "ver" lo que muchas veces queda fuera del alcance de la razón, la lógica o los ojos.
EliminarUn saludo.