Se trata individualmente de un trastorno volitivo del comportamiento que tiene su raíz en la asociación de la acción por realizar con el cambio, el dolor o la incomodidad (estrés). Éste puede ser psicológico (ansiedad o frustración), físico (cuando se requiere un trabajo fuerte o ejercicio vigoroso) o intelectual. El término se aplica comúnmente al sentido de ansiedad generado ante una tarea pendiente sin tener fuerza de voluntad para concluirla. El acto que se pospone puede ser percibido como abrumador, desafiante, inquietante, peligroso, difícil, tedioso o aburrido, es decir, estresante, por lo cual se autojustifica posponerlo a un futuro "sine die" idealizado, en que lo importante es supeditado a lo urgente."
Fuente: Wikipedia.
Es decir, que la palabreja resume lo contrario al famoso "No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy".
El gran problema de esta mentalidad, y por desgracia, modo de vida, es que se genera un círculo vicioso, ya que al dejar para luego las cosas aumenta la ansiedad y la culpa que a su vez genera más ansiedad cuanto más se posponen las cosas...
Hay un montón de libros de auto ayuda para poder romper esta horrible realidad, pero para un procrastinador nato, sin esperanza y en fase terminal como yo, la única opción parece que es hacer un poco de yudo: "La procrastinación eficiente" de John Perry.
Del libro en AMAZON:
"...un procrastinador estructurado que conseguía realizar un montón de cosas gracias a dejar de hacer otras tantas."
"Para ser eficiente siempre debes trabajar en algo importante que te sirva de excusa para no hacer algo aún más importante"..."por ejemplo aprender chino, actividad obviamente dejada de lado inmediatamente para poder dedicarse a otra cosa..."
"El que tal vez sea el bien más preciado de los procrastinadores es la posibilidad de conseguir hacer cosas sorprendentes y maravillosas sin atenerse a una agenda prefijada."
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