lunes, 23 de septiembre de 2019

VAMPIROS PASIVOS

                                         ARS GRATIA ARTIS: Roman Polanski

"Vampiros emocionales pasivos..." así nos definió un crítico de cine (de cuyo nombre no me acuerdo) a los espectadores. Tras la incomprensión inicial, se me encendió la bombilla: el tío tenía razón.

Cuando vemos una película nos entretenemos y "alimentamos" con las emociones que representan los intérpretes y a su vez esta "nutrición" causa que nosotros mismos generemos emociones o indiferencia.... En realidad ¿cuáles son las mejores películas?: las que más nos emocionan, en el sentido que sea y del género que sean.

Si nos fijamos en el género "pornografía", el comentario citado del olvidado crítico cinematográfico brilla autoexplicativamente. No dejamos de ser pues una suerte de "espejos dinámicos" de los sentimientos que observamos en los demás, sean éstos reales o no...

En Hollywood, naturalmente, lo saben perfectamente y por eso cuidan tanto las bandas sonoras, porque "vibramos" con lo que vemos y también con lo que oímos, aunque no le prestemos atención, y es lo que en el subconsciente suele perdurar: las emociones y lo que asociamos a ellas.

Cuando en los establecimientos de comida rápida implantaron los parques de juegos para niños dentro de los mismos locales donde los clientes degustan sus viandas, no lo hicieron para que los niños se divirtieran y los adultos pudiesen comer con tranquilidad sin tener al crío molestando al lado, lo hicieron porque la infancia suele ser la época más feliz de la vida y la mente se suele configurar y asentarse sus patrones entre los 6 y los 11 años. Es decir, lo hicieron para que el resto de la vida de esos niños, incluso cuando lleguen a los 100 años, su subconsciente siempre relacionará la maravillosa y mágica etapa de la infancia con las hamburguesas y otras delicias que deglutían en esas cadenas de alimentación de alta calidad, y por tanto tenderán a repetir, seguirán siendo clientes, aunque les sirvieran veneno, porque inexplicablemente se sienten bien comiendo en esos establecimientos, todos muy similares...

El cine, la televisión, en realidad... deambulamos como vampiros por su inmensa oferta de buffet "libre" para "alimentarnos" de emociones. ¿Que no?. Durante 28 días hagan la prueba de no ver películas, ni series, ni TV, ni periódicos impresos o digitales, youtubers, música, sin radio ni libros de novelas, sin historias contadas a la luz de las velas o las fogatas, sin cotilleos... Al principio los síntomas son parecidos a los de una desintoxicación, luego pareciera que nos hemos quedado vacíos, marchitos y buscamos algo con lo que rellenarnos y revivir, incluso nos contamos historias a nosotros mismos... Las celdas de aislamiento en penumbra u oscuridad son una condena mayor de lo que nos podemos imaginar.

Y es posible, que no seamos los únicos seres que buscan alimentarse con entretenimiento y emociones...







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