Espero de todo corazón que haga ya muchos años que el Sr. Gurdjieff tenga fijada su residencia en esa misteriosa y brillante Metropolis.
¿Pero cómo llegar?. En realidad ese es el problema que exploró Abel Posse en su trabajo "El Viajero de Agartha".
Porque soñadores que las han diseñado siempre han existido y tenían un denominador común: la gandiosidad.
Lo que ha limitado siempre estos proyectos ha sido el mismo factor que condenó a la antigua Penn Station: el dinero.
Y mientras el dinero siga siendo el dios, la "Gran Dio Sí Dad" será un sueño inalcanzable que se le escapa a toda la humanidad.
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