Eran otros tiempos hace casi 100 años, eran los mismos tiempos que son ahora. La rueda griega de la historia sigue funcionando...
Financiada con la fortuna familiar por el argentino Hermann Weil a petición de su hijo Lucio Félix José Weil, "Félix Weil" para los amigos, tuvo sus inicios con el nombre de Instituto de Investigación Social ("Institut für Sozialforschung) adscrito a la Universidad de Frankfurt. La semilla de la institución fue cuando en 1922 el amigo Félix, que había cursado estudios en el Goethe-Gymnasium, la Universidad de Tübingen y conseguido el Doctorado en Ciencias Políticas en la Universidad de Frankfurt (Goethe Universität Frankfurt am Main), financió la primera semana simposio de "Trabajo Marxista" (Erste Marxistische Arbeitswoche) en Ilmenau con los camaradas Georg Lukács, Karl Korsch, Richard Sorge (el famoso espía Héroe de la URSS), Friedrich Pollock y Karl August Wittfogel. Empezaron sus trabajos en 1924 sumándose Max Horkheimer, Theodor Adorno, Walter Benjamin, Herbert Marcuse, Leo Löwenthal, Gershom Scholem y Eric Fromm.
No dejaba de ser irónico que el dinero proviniese de una familia rica para un grupo de personas que, en teoría, propugnaban el derrumbe del sistema capitalista que les había hecho ricos pese a lo cual, tenían como Biblia los escritos del jesuíticamente instruido Karl Marx. De las experiencias previas con las "reducciones" de la famosa Orden en Paraguay sacó el adalid del comunismo gran parte de sus ideas.
Otra filosofía que añadir a la pócima que estaban pergeñando fue el psicoanálisis del gran camarada Sigmund Freud, componente también de la "gran familia santa".
En 1933 el socialismo nacional de Adolf Hitler, consciente de lo que implicaban las ideas que promovían estos señores, aplastó la venenosa planta que ya empezaba a ramificarse, hasta el punto de dejar en ruinas el edificio que albergaba este maravilloso "think tank" social. Sus integrantes huyeron, arraigando con nuevos bríos en el ámbito universitario USA, donde han conseguido implementar muchas de sus teorías y materializando, gracias al dinero y el proselitismo, que prácticamente la totalidad de los profesores de universidad en EEUU sean consecuentes con el "espíritu izquierdista".
La praxis de esta rama comunista, que lógicamente en la Unión Soviética consideraban herética y aberrante, consiste en conducir los movimientos culturales hacia ideas, prácticas y tendencias que rompan la base de una sociedad, a saber: patria, familia y religión. Algo que lógicamente el amigo Stalin no quería para la URSS pero que naturalmente era conveniente promover en cualquier lugar donde se quisiese instaurar el "paraíso del proletariado", ya que, destruido el núcleo de la base humana tradicional (solve), las masas abrazarían la religión comunista global (et coagula).
Hoy en día, en lo que antes se conocía como "La Cristiandad", es decir Occidente, la misma receta se sigue para que la plutocracia de la sinarquía metabancaria logre sus lárgamente anhelados objetivos para la población bajo su dominio.
Y tienen diamantinamente claro que para lograrlo hasta el alma, literalmente, tienen que transformar al ser humano natural en otra cosa diferente, en una aberración moldeable fuera de las tendencias de la historia de las civilizaciones y de la herencia de la evolución en la Tierra. Tomaron buena nota de que el "proletariado" demostró no estar interesado por lo general en la "revolución" mundial y durante la Primera Guerra Mundial las poblaciones lucharon por sus respectivos países, del mismo modo que durante la segunda contienda civil europea los rusos lucharían por la Gran Madre Rusia y sus familias, no por el país de los soviets ni el ideario comunista. De hecho, el comunismo nacional siempre pondría énfasis en el trabajo, el heroísmo, la familia y la patria.
En esta colina de Volgogrado, la antigua Stalingrado, aún reposan los fragmentos de miles de soldados rusos y alemanes a los pies de la inmensa estatua "Madre Patria LLama".
Para darse de cuenta de hasta qué punto el comunismo es una bestia de mil caras hay que recordar no solo que en la España de los años 30 estaba controlado por los soviet, basta con ver grabaciones de la época y comprobar que en muchas de las arengas aparecía el busto de Stalin, y que buscaban reproducir el caos anárquico y las matanzas de Rusia en una revolución que tuvo su fallido intento de mano del PSOE, PCE, UGT, CNT y FAI en Octubre de 1934, queriendo replicar el "Octubre Rojo" de 1917 ruso.
También hay que añadir, por ejemplo, que Franz Leopold Neumann fue identificado como espía soviético gracias al "Proyecto Venona" y sus análisis criptográficos. Este individuo, que como podemos ver por su último apellido, forma parte de la "gran familia" del numeroso grupo de procedencia que han compuesto siempre las camarillas y líderes ideológicos de "la izquierda" en general y el comunismo en particular, estaba en contacto con personajes como Max Horkheimer, Theodor Adorno y la también espía Hede Massing, esposa de Paul Massing (otro de la Escuela de Frankfurt) que también llegaría a ser profesor en la Universidad de Columbia donde sus compinches trabajaban desde hacía tiempo, infiltrados y supervivientes del último intento por erradicar la hidra comunista en USA.
El desertor del KGB Yuri Bezmenov reseñó como información sobre el funcionamiento de la organización que solamente el 15% de los esfuerzos del "Komintern" para la Seguridad del Estado se dedicaban al espionaje, el otro 85% restante se invertía en la subversión ideológica.
La "Escuela de Frankfurt" es un factor más (hay que seguir la pista del dinero) que ha desembocado en la actual "cultura" de lo "políticamente correcto", "el nuevo feminismo", "las políticas de género", la entronización del mundo LGTBI+ y lo que se vaya sumando, la criminalización de los hechos y personas que fueron hitos de la historia europea y americana, salvo aquellos que el "diktat" buenista izquierdoso digan que son merecedores del "sello de aprobación y fomento" cultural para nosotros y nuestros hijos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario