lunes, 8 de junio de 2020

CITA CON LA MUERTE

Cuenta una fábula Persa que, hace tiempo, un joven que se encontraba en Jarmu, una mañana consultó a la más famosa adivina de la ciudad sobre su porvenir. La mujer le miró preocupada y le dio la mala noticia: en la línea de la vida había visto que él moriría aquella misma noche.
El pobre hombre se marchó al bazar a pasear, preocupado e inquieto pues no lo entendía, era joven, estaba sano y su ilusión por vivir le llenaba cada día. Pero en un instante se fijó en la blanca figura de una dama que le miraba fijamente desde uno de los rincones entre las tiendas, se quedó espantado, la mortaja que vestía, la nívea tez, aquellos ojos grises... sabía que era la muerte, había visto a La Muerte allí mismo.

Rápidamente salió corriendo a su casa, cogió todo el dinero que tenía y compró el más veloz caballo a lomos del cual abandonó a galope tendido aquellas tierras y sin parar llegó aquella misma noche a la ciudad de Ashur, reventando a su caballo y dejándolo muerto a las mismas puertas de la muralla. Siguió corriendo hasta encontrar un oscuro callejón, solitario y ciego donde aguardaría hasta el amanecer en la seguridad de que nadie podría encontrarle, ningún peligro, ni tan siquiera la muerte.

Ya sosegado al rato escuchó el sonido de unos pasos acercarse, empezó a sentir miedo, ya eran más de las 12 de aquella tormentosa noche sin estrellas y no había nadie en las calles. Al poco apareció en la entrada de aquel callejón sin salida la Dama Blanca que había visto por la mañana en el bazar y supo que la muerte le había encontrado.

Mirando hipnotizado cómo se acercaba hasta él empezó a llorar amargamente suplicando por su vida, por un instante la aparición se detuvo en su camino y le dijo: "Es tu hora, esta mañana te vi en el bazar de Jarmu y me quedé sorprendida de que estuvieses allí, porque te esperaba esta noche aquí."
Acto seguido le puso la mano sobre el corazón dejándolo muerto en aquel callejón sin salida.


Cuando uno recapitula sobre el reciente accidente ferroviario en Zamora encuentra que:

Un hombre de 89 años pierde el control del vehículo, un todoterreno, se desconoce si es que le dió un pasmo o se despistó justo cuando circulaba sobre el paso superior de las vías, los "quitamiedos" estaban mal instalados y no cumplieron su función por lo que se precipitó a las vías en el momento de pasar uno de los pocos trenes que circulan por esa línea al día, no hubo tiempo ni espacio para detener el convoy y quizá de haber sido otro tipo de coche más ligero, no hubiesen descarrilado. Una vez fuera de los raíles por desgracia la máquina volcó con la mala fortuna de impactar con un montón de traviesas que se encontraban precisamente allí y no en otro lugar.

El resultado fue la muerte de un nuevo maquinista en prácticas, la única víctima mortal de la tragedia.

De no haberse cumplido alguno de los 9 factores mencionados, posiblemente el resultado no hubiese sido de muerte. 

¿O sí?. Porque en realidad da igual, si ese día sale tu número (para la lotería no, pero para estas cosas hay que joderse...) la mano de La Muerte te encuentra, ya sea de forma espectacular o simplemente resbalando en la bañera...

Quizá el viejo dicho de "Folla, Fuma y Bebe, que la vida es breve" no sea tan incorrecto después de todo, ya que no sabemos cuándo las alas de la mariposa se irán volando a solo Dios sabe dónde.

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