No es una moderna escultura abstracta de esas que, tiempos ha, tan de moda estuvieron.
Me ha gustado llamarla "El Trono", dejando volar un tanto la imaginación. Se encuentra a cierta distancia del conocido altar y, a mí me parece, que los huecos y sus canales para el fluir de los líquidos, o lo que fuere, debían tener cierta función que, conociendo las costumbres de toda la vida, pues...
Aunque, ¿quién sabe?, es posible allí que machasen uvas con los pies en cualquier festividad de vendimia. Es una pieza que tiene varias partes labradas y, de nuevo, se encuentra en equilibrio sobre su base.
Me pareció que la cavidad principal tiene su orientación al ocaso del Sol.
- El "Trono" y su entorno -
- "Caprichos"...
...y pareidolias abundan -
A medida que recorría el lugar surgían más y más figuras de fantasía e imaginación, en los juegos de volúmenes, luces y formas cambiantes según el ángulo de visión.
Abajo tenemos una perspectiva del lado Oeste del altar tradicional. En su parte central alguien debió de plantar una bellota que ha dado lugar al único árbol que crece por allí, un retoño de roble que ya ha conocido algún Invierno y al que deseamos la mejor de las suertes.
Si prospera, algún día, el árbol sagrado de los Druidas dará sombra y cobijo tanto al altar como a los que sus peldaños suban.
Quizá desvirtúe la sencillez desnuda de la despejada vista del Cielo y el Sol, que desde lo alto de esta ara inmemorial ha visto los siglos pasar; quizá, legado el tiempo, sus hojas filtren la cristalina luz en rayos blancos y verdes, dorados al Otoño, sosteniendo sus ramas las infinitas y destellantes estrellas de la nieve Invernal, que en Primavera volverán a la tierra para resurgir en los frescos manantiales en Verano, apagando la sed de los que caminen por aquella ancestral cumbre, donde los dioses de piedra siguen contemplando los astros y el tiempo pasar.
¿Quién sabe?, ya se verá...
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