GENERAL von SOFA

                       - Que no cunda el pánico. Dejadles pasar y luego los embolsamos y luego los liquidamos y...

Sip, efectivamente, yo, que en "POPULOUS" hice apariciones divinas, que he levantado civilizaciones desde el barro y la madera hasta las estrellas, que he conquistado imperios y dominado la galaxia con tan solo un par de dedos y mi fiel ratón de "gamer", en verdad os digo: no hay nada mejor que ajustar el nivel de dificultad hasta la altura de las propias limitaciones, pues qué mayor gloria puede haber que utilizar una ametralladora o morteros bien cargados contra conejos atados a palos y drogados para que no se muevan demasiado.

Así es, cuántas batallas que resultaron imposibles en el pasado para auténticos tarados que sangraron y murieron, mientras que nosotros las ganamos pues la solución era obvia y sencilla: embolsadlos y los tendréis en el bolsillo.

Resulta sorprendente la cantidad de generales de sofá que hemos aparecido como legión infinita en los virtuales juegos de "RTS" y sus variantes, crecidos ante el desafío y el destino hemos logrado hazañas inauditas y probablemente imposibles fuera de los dominios digitales de la fantasía de los programadores. Hoy en día hasta niños de 8 años se pueden colgar las medallas que quieran llevando a la Alianza Rebelde a la victoria democrática total contra el malvado Imperio.

Pero... por muy buena que sea una simulación, raramente hay un paralelismo exacto con la realidad. Tan solo los ordenadores y programadores de lugares como el Pentágono pueden tener en cuenta las miles y miles de variables junto diversos factores de azar e imprevisibilidad para ajustarse automáticamente a los resultados, que por lo general están claros: el jugador con más recursos suele ganar.

Los ordenadores en realidad se emplean para afinar teorías procedentes de los "think-tanks" militares o de contratistas y ensayarlas antes de llevarlas a la práctica, así como las fórmulas de dominación posteriores. Porque, ¿realmente alguien tiene dudas del resultado de una guerra entre USA y Andorra?, ¿y entre España y Marruecos?. En este último ejemplo ya no está tan claro.

La teoría pluscuamperfecta la podemos encontrar aquí:

https://publicaciones.defensa.gob.es/

https://publicaciones.defensa.gob.es/la-posverdad-seguridad-y-defensa-libros-papel.html

Incluido el ver a la propia población como el "enemigo", por ejemplo en el asuntillo de las vacunaciones.

La práctica, esperemos, que nunca haya que llegar a verla, ni en lo referente a las solitarias plazas de Ceuta y Melilla o las desamparadas Islas Canarias, porque Marruecos y los marroquíes tienen las ideas claras, los españoles no tanto, o bueno, quizá resulte que también las comparten en sintonía con el amado vecino del Sur y por eso no dejamos de darles facilidades y dinero.

- Algo imprescindible, junto con el monitor de 34", para los mejores generales. -

Y es que lo que más abunda en el mundo son las opiniones, todo el mundo tiene una y por lo general más de una idea sobre cualquier cosa. El mundo de la Historia no es diferente y cómodamente resolvemos batallas perdidas, incluso las más difíciles.

¿Cómo ganaron los soviéticos en Stalingrado?: fácil, rodeando a los alemanes y embolsándolos.

¿Cómo podían haber ganado los alemanes?: fácil, rodeando a los soviéticos y embolsándolos.

Si bien la teoría es perfecta, la práctica, para más allá de una batalla, por no hablar de la guerra, es un poco más complicado. Por lo general.

Valga desde aquí pedir perdón por nuestras especulaciones a la memoria de todos aquellos que con lo que tuvieron disponible, ciegos por la falta de información, otros inundados por el humo, la metralla y el estruendo de la batalla, tomaron decisiones de vida o muerte que salieron mal y fueron juzgados sin piedad por quienes lo más cerca que han estado de una batalla es pidiendo archivos, leyendo documentos y libros, por no hablar de los que lucharon denodadamente en las rebajas, o en las bacanales festivas habituales que degeneran en riñas tumultuarias de fin de semana y patronímicos locales. Altos mandos de tascas cavernarias que entre cerveza y cerveza dibujaron en servilletas grasientas los magistrales planes de victoria que a otros, auténticos incapaces, les resultó imposible darse cuenta de lo que tenían delante de las narices.

Durante milenios todo el mundo ha tratado de adelantarse y dominar la realidad. Hoy gracias a los ordenadores y las personas más capaces, se encuentran más cerca que nunca de conseguirlo y el modelo a seguir es China.

Recuerdo hace muuuchos años cuando competíamos en resultados un grupo de afortunados poseedores de los AMIGA 500/2000 en un juego titulado SUPREMACY/OVERLORD. Yo trataba de hacer unos desarrollos que en conjunto pudiesen elevar los planetas en una red homogénea y casi ideal para la población. Por contra uno de los componentes lo que hizo fue que se disparase la cantidad de población para después exterminarlos, literalmente, a impuestos. Despobló por hambre varios planetas pero consiguió el dinero y los recursos necesarios para ganar el juego antes que los demás.

Era un amigo de juventud, no tenía escamas ni ojos de pupilas verticales, pero valía para político o banquero, sin duda. Los mejores resultados, por desgracia, en este mundo los consiguen quienes no tienen piedad ni consideración alguna, la realidad y el propio sistema premia este tipo de comportamientos con resultados óptimos.

Eso es el ser humano, no es necesario recurrir a lagartijas galácticas, porque como dijo Groucho Marx: "Estos son mis principios y si no le gustan tengo otros".

"Arriba" llegan los que valen para ello, por desgracia, también se puede decir, que "abajo" quedan los que se merecen que así sea, precisamente porque son los que aúpan y mantienen a los de "arriba" día a día, año a año. Algo para pensar.

Reza el dicho que para haber un malvado tiene que haber un tonto, o un débil, o ambas cosas a la vez. Malvados es verdad que hay pocos, relativamente, pero si los tontos volasen, no se vería el cielo...

- Otro complemento imprescindible para cualquier "sofa general" que se lo pueda permitir -