lunes, 15 de febrero de 2021

EXTERNSTEINE

"De las runas de los gigantes y de todos los dioses diré lo que es cierto, pues visité cada mundo, llegué a nueve mundos allá abajo en el Nifhel, donde mueren los hombres."

- Vafthrúdnir -


Bueno, pues para empezar, el nombre. Aunque algunos lo hayan querido traer como "stern" para quedar como "piedras estrella" o "estelares", lo más probable es que el nombre que ha llegado hasta nosotros sea de fecha relativamente reciente y pretenda significar lo que realmente son: piedras exteriores, es decir, los afloramientos rocosos que salen de la tierra al exterior.

Pasaron directamente de los años 30 hacia la actualidad como un santuario neopagano de tradición germánica, aunque siempre con la polémica a las espaldas de la falta de pruebas científicas que avalen el lugar como un enclave en el que, efectivamente, los antiguos habitantes de los bosques, realizasen rituales y entregasen ofrendas a los dioses en las propias rocas. Esto es simplemente buscarle tres pies al gato cuando es evidente que las gentes primitivas consideraban sagradas este tipo de cosas, incluyendo al roble más grande de la zona, las lagunas sombrías, la montaña del horizonte, etc., etc., etc. Poner en duda esto es simplemente demostrar una ignorancia supina sobre cómo es el ser humano y cómo eran las tribus. Otra cosa es encontrar pruebas tangibles que demuestren su uso como santuario. Algo ciertamente complicado tanto allí como en Stonehenge o Cornualles, ya que van apareciendo en los estratos restos orgánicos del paso humano pero, nada específico, tipo una inscripción que lo deje tan claro como la Gran Pirámide y Keops, en fin, algo tangible e inequívoco, como el pasaporte de Mohamed Atta en el WTC...

Los que no necesitamos meter la mano y la cabeza en la llaga para, más o menos, convencernos de la sacralidad del sitio, podemos centrarnos en los hitos más llamativos e ir directamente a lo que nos interesa: por qué los paganos y con posterioridad los cristianos, consideraron importantes estas llamativas formaciones naturales sitas en lo que en tiempos fue el Bosque de Teutoburgo, de infausta memoria para el Imperio Romano y flor nueva de romances para el nacionalismo alemán antes del triunfo de la posmodernidad multicultural.

Este relieve esculpido en la pared de roca viva lo realizaron a petición del obispo de Paderborn en el s.XII precisamente para conmemorar el triunfo del cristianismo sobre un centro pagano que aún debía ser importante en aquel entonces, pese al tiempo transcurrido desde la conquista y destrucción por parte de Carlomagno en el año 772. Así es como se ha interpretado, ya que, lo que en teoría sería el Irminisul (y que otros han querido ver como una silla muy elaborada) aparece doblado como base de sostén para el personaje cuya cabeza se encuentra en pleno centro del cruce de la cruz y que teóricamente es Nicodemo, aupándose para llegar al Cristo y descolgarlo. La mayor parte de las imágenes grabadas fueron obra de los monjes del Monasterio de Abdinghof, establecidos en las proximidades desde el s.XI. El lugar ya era por aquel entonces hogar de eremitas y actualmente todo el complejo está surcado por cuevas, cámaras y pasadizos, muchos de los cuales tienen más de mil años de antigüedad, junto al agua y sus corrientes subterráneas le asemejan a un mini, mini, mini, mini Montserrat con sus nacientes picos aspirando a la altura desde la llanura.

Por un lado, es poco probable que sea una silla debido a que semejante respaldo es incongruente, así como lo anacrónico del acolchado. Por el otro, estamos viendo con ojos actuales lo que hace 1000 años podría ser interpretado de otro modo: doblando el árbol cósmico y subiéndonos en él, llegamos hasta la cruz a la altura del Cristo. No sería extraño que, como en otras ocasiones, los artistas hayan dejado a la vista un mensaje para las personas analfabetas, muchos de ellos aún paganos de corazón, que tenían que leer la historia y su significado en imágenes y no en textos.

En las crónicas encontramos que en las luchas del s.IX el Rey Carlos conquistó la fortaleza situada en lo alto de Obermarsberg, posiblemente un ancestral "forthill" celta que en aquel entonces ocupaban los sajones por lo que el relato cita: "...pasó todo a fuego y espada, conquistó la fortaleza de Eresburg, destruyó el ídolo que los sajones llamaba Irminisul y se llevó el oro y la plata que encontró allí."

Parece claro que el ídolo se encontraba allí, lo que dejaría Externsteine como un lugar secundario y relativamente próximo al antiguo castro sajón. Pero en los "Annales Laureshamenses/Lorsch" (Reino Franco Merovingio) hay una variación importantísima: "...conquistó la fortaleza de Eresburg, luego llegó al Irminisul, destruyó el santuario y robó el oro y la plata encontrados allí."

Es decir, que tuvo que desplazarse para llegar al santuario, tal lugar posiblemente era las formaciones de roca arenisca, con más de 120.000 años, que sobresalen como gigantes de la tierra. Algo con sentido, ya que los claros en el bosque eran lugares habituales de culto para los germanos y anteriormente los celtas, del mismo modo que la ruta ancestral conocida como "Hellweg" atraviesa precisamente las famosas columnas de piedra.

En la Primavera de 1934, bajo los auspicios de Heinrich Himmler, Wilhelm Teudt inició una serie de excavaciones que atraerían a lo largo de los años a decenas de miles de visitantes. Los resultados serían más bien escasos y alejados de la "prueba irrefutable" de ser el santuario de una desarrollada y superior civilización procedente de las brumas del tiempo 10.000 años atrás y que ya en 1926 W.Teudt postulaba como el Stonehenge alemán, incluidas las supuestas alineaciones cósmicas y demás. Desde 1935 los trabajos estarían supervisados por las SS y W.Teudt inició la recuperación del bosque sagrado aledaño desmontando la infraestructura turística, como el hotel y el tranvía que había en la zona del santuario.

LLamativamente uno de los arqueólogos colaboradores, Julius Andree (miembro del partido), elaboraría una serie de conclusiones, sin mucha base, donde se refrendaba el punto de vista del santuario pagano central para la avanzadísima civilización ancestral germana, pero curiosamente, Himmler le prohibiría la publicación de su tesis, pese a lo cual apareció para el público en general en 1936 en la revisa "Germanenerbe". Las aguas no permanecieron tranquilas posiblemente debido a las personalidades de los implicados, pese a la sintonía en las ideas. Por muy apreciados que fuesen, tanto Wilhelm Teudt como Herman Wirth, el gran paladín del neopaganismo "völkisch" que postulaba el cristianismo y el monoteísmo como algo de origen nórdico, serían ambos despedidos por el propio Reichführer entre 1938 y 1939. En el caso de Wirth probablemente motivado por el tren de vida y su gestión de los recursos; en cuanto a Teudt tuvo discrepancias con su jefe, que le llegó a calificar de patológicamente adicto a los enfrentamientos y poco objetivo.

Sin olvidar que el Führer no era partidario de todas estas zarandajas por tres motivos: entendía que el Reich era heredero directo de Grecia y Roma como antaño lo habían sido tras la degeneración de los latinos recogiendo el testigo con el Sacro Imperio Romano-Germánico. Nunca ocultó su falta de simpatías hacia "aquellos que se pasean disfrazados con pieles y cuernos de ciervo sin luchar. Solo muere aquello que está dispuesto a morir tal y como sucedió con el paganismo ante el cristianismo." Amén de que como Tribuno no podía obviar el hecho de que Alemania era básicamente una nación cristiana que no vería con buenos ojos una nueva instauración del paganismo más allá de las fiestas folclóricas. Y por último, como dejó dicho en más de una ocasión, le ponían nervioso las excavaciones de Himmler, que según palabras de A.H., lo único que hacían era demostrar que mientras en Roma la civilización llegaba a sus más altas cotas, en los oscuros bosques de germania sus antepasados deambulaban entre el barro carentes de agua corriente...

En cualquier caso, las torres, con sus juegos de luces y sombras dan lugar a un montón de pareidolias. Una de las más llamativas la contemplamos arriba, donde no solo parece un gigante crucificado en el tronco de piedra, también tiene un notorio agujero en el costado derecho de lo que sería la parte baja del pecho. Puede ser un añadido cristiano para la historieta de Jesús. Pero innegablemente, la mente y la visión se van hacia "el colgado del árbol" que ya hemos visto previamente en el blog.

Aquí tendríamos otro curioso juego de luces y sombras que parece abrir una sonrisa vertical donde en realidad no la hay.

Quizá las cosas haya que verlas desde otra perspectiva y si bien parece ser que los sajones tenían allí una columna de madera en el destruido santuario del Irminsul, la propia roca serían las ramas superiores de la columna de piedra que desde las raíces del inframundo en la Tierra se alza al cielo. En ese nexo, en su mano, quedarían prendados aquellos que aspiran a más, a los misterios, como los gigantes que se quedaron en la piedra, aquellos minerales y formaciones que recuerdan lo que la humanidad ha olvidado hace largo tiempo.

Y visto desde las nubes de los dioses, Externsteine parecen dedos cercenados que surgen de Midgard hacia las alturas, el pulgar junto al agua y el viejo camino sagrado transcurre entre el anular y el corazón como recuerdo del paso intermedio de la puerta entre las torres, torres que pueden ser las ramas del inmenso y viejo árbol de piedra que yace abajo, junto al dragón, la antigua serpiente de Midgard que aparece en la zona del relieve tallado por los monjes, como una huella todavía visible de un escenario pagano más antiguo cuya sombra se extiende hasta hoy en día.

¿Cómo iban a encontrar los arqueólogos pruebas de la propia prueba que es un axioma en roca en medio del bosque?

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