Al igual que con otras armas, como el fusil M-16, empezó con una más que merecida mala fama para luego ir mejorando, pero como suele decirse, la "primera impresión es la que cuenta", y el carro en cuestión no logró sacársela de encima pese a las mejoras a lo largo del conflicto.
Nacido como respuesta al T-34 y sustituto del Panzer IV, no llegó a ser ni lo uno ni lo otro, ya que Guderian opinaba que directamente había que copiar el famoso blindado soviético y en origen, el proyecto era prácticamente igual, incluyendo un motor diésel. Pero las prisas por poder disponer en números significativos de un tanque que fuese superior a lo que tenían los rusos hizo que se modificase prácticamente todo de la idea original: torreta previamente diseñada, motor de gasolina HL-230 y un sucesivo aumento de peso por el blindaje, a requerimiento de Hitler, que terminaría por pasar factura en todos los aspectos. El único punto innegablemente positivo fue el arma principal, el KwK 42/L70 de 75 mm, superior incluso al 88 del TIGER I a las distancias habituales de combate y que tras la guerra sería aprovechado por Francia en el AMX-13, por USA en el M-50 e Israel en sus M-4 modificados.
La necesidad de tenerlo disponible para la Operación Ciudadela - Kursk, en 1943 hizo que se demorase el inicio de la ofensiva y los resultados de la nueva arma fueron pavorosamente deprimentes, de las aproximadamente 184 unidades disponibles a los 5 días de combate quedaban operativas tan solo 10. Para el día 20 de Julio habían conseguido volver a poner en funcionamiento varios hasta alcanzar los 41 luchando en la línea de frente. En total se les atribuiría la destrucción de 265 tanques enemigos. Lo cual, dado los contratiempos, era prácticamente un milagro.Los problemas mecánicos derivados del propio diseño inicial para un panzer medio, que terminó siendo pesado, sumado a la falta de materiales vitales como el níquel y otros minerales necesarios para las aleaciones tanto del blindaje como de la transmisión y otros engranajes, compartimento motor tendente a incendiarse, motores relativamente frágiles... hizo que la mayor parte de su vida operativa estuviese disponible de forma regular tan solo un tercio de los PANTHER en el frente.
Los números mejorarían significativamente en 1944 hasta equipararse al resto de tanques, pero sufrirían de males endémicos, como el resto de modelos, por motivo de la escasez de materias primas que irían empeorando la calidad del acero junto con la falta de repuestos, tripulaciones cada vez peor entrenadas y verse obligados a combatir en entornos inadecuados, de visibilidad limitada, donde los Sherman tenían ventaja y tanto los Panzer IV y sus derivados así como los pequeños y extraordinariamente capaces "Hetzer" tenían un desempeño mucho mejor en todos los aspectos que los grandes TIGER y PANTHER.
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