Esta vez nos vamos a ir algunas cuantas millas al Noroeste de Arizona para llegar hasta el gran estado de Oregón, donde el conocido como "Chief Red Cloud" estuvo a finales de los años 30 del siglo XX tratando de difundir su mensaje tanto en escuelas, auditorios y organizaciones juveniles de aquella región sobre el papel de los nativos americanos en el país y los peligros derivados del enemigo global de moda desde hace siglos. Consideraba a Adolf Hitler como un hermano espiritual y mostraba una visión en la que cristianos e indios se uniesen para derrotar al supuesto enemigo común.
Tras la figura se encontraba el Sr.D. Elwood A. Towner, abogado, que continuó incansable sus actividades por aquella parte del continente: San Francisco y Los Angeles, Alaska, Méjico y Canadá... siempre advirtiendo sobre la amenaza que representaba el comunismo y sus adalides para América y los Nativos Americanos.
Solía estar presente en las reuniones de la "German-American Bund" y siguiendo una tradición de siglos generalizaba en cuanto a los indiferenciados responsables de todos los males, sugiriendo un tratamiento nada cariñoso de ellos. Lógicamente atrajo la atención de la Liga Anti-Difamación "B'nai B'rith" que no podía pasar por alto el hecho de que se refiriese a los judíos como "chuck-na-gin", algo así como "hijos de Satán" y merecedores por tanto de medidas excepcionalmente malas.
En contra de lo dicho por la mala prensa que le perseguía, el Sr. Elwood "Red Cloud" era el líder de la Reserva de Tribus Confederadas "Siletz", sirvió en los Marines USA durante la Primera Guerra Mundial cuando los nativos norteamericanos no eran todavía considerados "ciudadanos" (algo que llegaría en 1924) ya que tan solo podían conseguir tal "status" los indios que sirviesen en el ejército tras licenciarse. Se graduó en leyes por la Universidad Privada "Willamette" de Salem, Oregón, tras lo cual estuvo trabajando en asuntos legales para los nativos y atendiendo clientes de las tribus. Desconfiaba profundamente del gobierno federal y en especial de Franklin D. Roosevelt, junto a las políticas del ya mencionado "Bureau of Indian Affairs", en teoría todos en manos del odiado enemigo común.
Pese a las simpatías y fondos recibidos de organizaciones afines a su línea de pensamiento, el discurso no caló ni tuvo muchos seguidores entre una población que había prácticamente desaparecido en las guerras contra el ejército, la tecnología y la presión demográfica de los Estados Unidos, tan pujante desde mediados del s.XIX. Paradójicamente muchos hombres de las tribus supervivientes darían voluntariamente el paso para convertirse en guerreros sirviendo precisamente en el mismo ejército que había masacrado a sus antepasados y ahora peleaba contra alemanes, italianos y japoneses.
La ironía es notable toda vez que según el Jefe Nube Roja: "Hitler nos considera Arios Honorarios, porque sabemos cómo vivir de forma beneficiosa, en armonía con la tierra y somos grandes guerreros".
- Mujeres de Alemania ataviadas como Indias Mawantani o Mandan en 1970 -
Y efectivamente no exageraba, siendo el III Reich y su fundador (aficionado a las novelas "western" de Karl May) un producto mítico emanado directamente del Romanticismo decimonónico en sabia mezcla con la industrialización de precisión, la idealizada figura del "noble salvaje" tuvo un repunte en la cultura popular germana y aún colea en nuestros días, quizá como un ancestral eco de las innumerables generaciones que en las umbrías forestas de Germania fueron emergiendo alrededor de la "Kulturkampf" de tribus hasta ser la nación más notable de Europa en el siglo XX y enemigo a batir por el mundo imperial anglosajón. Cabe preguntarse hoy en día hasta qué punto y de forma inconsciente muchos alemanes se sienten emparejados a la historia y destino de los Indios Americanos, derrotados sin paliativos y confinados en reservas gestionadas por el antiguo enemigo participando como comparsas militares en las aventuras imperialistas de USA por todo el planeta.
En aquel ya lejano tiempo, Alemania envió antropólogos, estudiantes y reporteros gráficos a las reservas indias USA, obteniendo también los últimos testimonios de los que habían padecido las tropelías de la moralmente superior democracia que les gobernaba, modelo insuperable por antonomasia de tal sistema y ejemplo a seguir todavía en este avanzado s.XXI donde ese "gran país" sigue dando lecciones de moral, perfección plebiscitaria y paz rapaz al resto del planeta.
Volviendo al Jefe Nube Roja, dejó escrito en 1939 que "Adolf Hitler está imbuido con el espíritu del Gran Profeta Indio y ha establecido una forma de Gobierno Indio en Alemania. Los Indios han estudiado a Hitler y le han encontrado ser un sabio líder, prominente, fuerte y valeroso". Tal admiración llegó al punto de proponer que una Delegación de Tribus Indias viajase hasta Alemania para obsequiar al Führer con la corona penacho de guerra.
Una vez iniciada la guerra abierta europea, en Septiembre de aquel año (dos años antes de Pearl Harbor) la presión sobre los simpatizantes del III Reich fue aumentada de forma oficial, incluidas investigaciones del Congreso, sobre las organizaciones afines a quien se perfilaba claramente como enemigo a batir para la joven nación sierva de la Reserva Federal. Tras el 7 y el 11 de Diciembre de 1941 Elwood "Red Cloud" así como sus camaradas se moderaron, finalmente disolviéndose en una lógica reacción para evitar la cárcel.
Naturalmente muchas tribus alejadas de Arizona también usaban la swastika como buen símbolo entre ellas, este misterio que salpica el mundo desde hace al menos 7000 años tuvo su lugar entre las "gentes de piel roja" y si lo dejaron públicamente relegado fue por dos buenos motivos: el victorioso "Tío Sam" y naturalmente el turismo con sus ingresos derivados para ellos.
- Jefe Red Cloud -
Sin embargo, no habría que pasar por alto el hecho de que otras tribus y culturas a lo largo de la Historia y ancho del planeta han tenido y aún tienen este símbolo como parte de la tradición y lo sagrado. Que en occidente esté proscrito y simbolice el mal pone a las claras quienes son los dueños del redil. Adolf Hitler usó algo consciente de sus cualidades y que como entidad refleja existía antes de nosotros y lo seguirá haciendo cuando nada quede para contemplarlo. No se apropió del símbolo, sino que otros le atribuyeron interesadamente su exclusividad para desvirtuarlo tanto como al enemigo caído, con una propaganda que sigue implacablemente activa tras más de 80 años, a la par que la humanidad sigue conservando su auténtico significado fuera del corral occidental.
- Jefe Tommy Thompson -
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