La novela es una obra del autor alemán Patrick Süskind, publicada en 1985 narra una extraordinariamente original y curiosa historia que al igual que el "Ekpharasis", tan solo está al alcance de muy pocos el poder comprender todo el significado que encierran sus palabras e ideas.
Sería llevada al cine en el 2006 por Constantin Film con el aclarado "Historia de un asesino" y rodándose principalmente en España, en concreto por varias provincias catalanas, donde se recreó perfectamente el mundo francés de la época, el siglo XVIII. Fue un éxito de taquilla al igual que el libro lo fue mundialmente, aunque ambos trabajos recibieron críticas desfavorables con un mismo sabor: el aburrimiento.
Como reza el viejo aforismo: "El que sabe y puede, lo hace; el que sabe y no puede, enseña; y el que ni sabe ni puede, critica." Efectivamente, pocas inspiraciones realizadas tienen el fantástico nivel de la que nos ocupa, que además utiliza como otras (una vez más) la icónica figura de las pelirrojas, siendo el trascendental hilo rojo al llevarse a la pantalla y teniendo un destacadísimo papel de Alfa y Omega en los trabajos del "artista" del perfume.Del mismo modo que hacen los olores y aromas, ya que el olfato, evolutivamente, es anterior a la vista, tremendamente primigenio algo nos atraerá, o lo rechazaremos, según los gustos personales, por lo que nos llegue a través de la nariz, independientemente del aspecto que tenga. No es extraño que uno de los perfumes sea referido en la obra como "Amor y Psique".
Es inevitable, tal y como recoge el libro: "Porque los hombres podían cerrar los ojos ante la grandeza, ante el horror, ante la belleza y cerrar los oídos a las melodías o a las palabras seductoras, pero no podían sustraerse al perfume. Porque el perfume era hermano del aliento. Con él se introducía en los hombres y si éstos querían vivir, tenían que respirarlo."
Y efectivamente, el sentido del olfato es mucho más importante de lo que habitualmente se le atribuye al punto de poder emitir y detectar el aroma de ciertas emociones, tal es el caso del miedo, que los perros se dan cuenta perfectamente cuando lo sentimos y se envalentonan aún más. Por contra, a los olores habituales y constantes, por desagradables que nos parezcan, termina desapareciendo su percepción por saturación y normalidad, algo que nos deja a las claras que lo que nos llama la atención es "el cambio" que notamos en el aire, como le sucede a los animales cuando en su entorno natural detectan el "olor humano" del que nosotros no somos conscientes, para ellos es manifiesto, al punto de que los pájaros pueden llegar a repudiar huevos que hayan incubado o crías que hayan alimentado si huelen a humano o a otro olor que les cause rechazo o alarma.
En cuanto a las pelirrojas y su destacado papel en la imaginería de ciertos autores, artistas y otras personas, así como en el inconsciente colectivo de occidente, principalmente, seguiremos investigando a ver qué aparece entre las sábanas y velos de lo que hemos perdido y casi que olvidado en el largo tiempo...
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