miércoles, 23 de diciembre de 2020

LA VIRGEN DE STALINGRADO

 - LUZ VIDA AMOR, FORTALEZA STALINGRADO, NAVIDAD EN EL CERCO 1942 -

La imagen fue realizada a petición de algunos soldados por el Capitán Médico Dr. Kurt Reuber cuando tenía 36 años y estaba integrado en la 16ª División Panzer del VI Ejército asediado en Stalingrado. Dibujada con madera quemada sobre el reverso de un mapa ruso capturado, terminada en Navidad a 20 grados bajo 0, con escasez de todo y en la certeza de que ya no habría rescate, quedó expuesta en el bunker hospital en el que se encontraba trabajando. Iluminada tan solo por una lámpara se convirtió rápidamente en un pequeño santuario que muchos soldados se arriesgaban a visitar, para poder contemplar aquella pequeña obra inspirada por las palabras de San Juan: Luz, Vida, Amor junto al recuerdo de su familia en Alemania.

La pieza pudo escapar de los bolcheviques gracias a que el Comandante Wilhelm Grosse, herido de gravedad, se la llevó al ser evacuado el 13 de Enero de 1943 en uno de los últimos aviones que logró abandonar la ciudad asediada, junto con una carta del autor destinada a su familia en Wichmannshausen: "Contempla el primer hijo de la nueva humanidad, nacido con dolor ilumina toda oscuridad y tristeza. Sea para nosotros el símbolo de una vida triunfante y futuro feliz que tras tanta experiencia con la muerte, amaremos con aún más ardor y autenticidad, una vida que sólo merece ser vivida si es pura como los rayos de la luz y cálida como el amor."

El legado ha sido conservado por su hija Ute Tolkmitt y la familia entregó el original en 1983, a petición del presidente de la entonces RFA.

Actualmente se encuentra expuesta en la Iglesia Kaiser Wilhelm Gedächtniskirche en Berlín y en 1990 el gobierno alemán envió sendas copias a los gobiernos de la URSS y Gran Bretaña como símbolo de reconciliación, quedando expuestas en Coventry (U.K.) y Volgogrado (la antigua Stalingrado). Con posterioridad, los veteranos austriacos entregaron una réplica hecha en madera a la iglesia católica de Volgogrado en el 50 aniversario de la batalla. Esta iglesia se encuentra en el cruce de las cales Praga y Comunismo de la antigua Stalingrado, dedicada a San Nicolás alberga este curiosísimo icono nacido de los fuegos de la Guerra que configuró el mundo tal y como lo conocemos.
No en vano se la conoce como "Nuestra Señora de la Reconciliación" y actualmente copias del original o variantes talladas, bordadas o esculpidas se encuentran en diversas iglesias y museos de varios países, principalmente en Alemania.

El artista, Kurt Reuber también estudió Teología y fue ordenado pastor. Tenía puntos de vista críticos con ciertos postulados del socialismo nacional que dejaba reflejados en sus sermones. LLamado a filas en 1939 y a medida que avanzaba la Operación Barbarroja se acrecentaron sus dudas, lógicas desde el punto de vista de un hombre religioso: "Estamos llevando una cruzada sin cruz... En un año de la guerra rusa uno se vuelve más objetivo y justo en sus cualificaciones. He conocido a una gente formidable. Cuántos torrentes de sangre y lágrimas, terror de almas y cuerpos han atravesado este país."

Finalmente fue uno de los más de 95.000 supervivientes del VI Ejército que fueron hechos prisioneros y trasladado al campo de concentración de Oranki. Cayó enfermo de tifus y fue entonces trasladado al campo de concentración de Yelabuga, donde realizó un nuevo dibujo para los compañeros reclusos en las Navidades de 1943. Mucho menos conocida que la anterior, se llamaría "La Madre de los prisioneros" y llegaría a manos de la familia gracias a uno de los supervivientes de los campos de prisioneros que fueron liberados de la administración soviética a lo largo de los 15 años posteriores al final de la Guerra, en especial en la época de Nikita Khrushchev.

- "Gefangenen Madonna", Tartaria 1943 -

Como se puede apreciar, pese a ser la imagen muy similar, la Madre y lo que transmite es completamente diferente a la obra de un año antes.

Resulta comprensible, al ser normal que la visión de un soldado cambie cuando se convierte en prisionero de los que van a resultar vencedores, transitando sin pausa por el camino de penalidades en el que ya se encontraba desde el Otoño de 1942. En una de las últimas cartas a su familia en el Invierno de 1943 dejaría escrito:

"La concatenación de la culpa y el destino nos ha abierto los ojos de par en par a la culpa. Sabes, tal vez estemos agradecidos al final de nuestro difícil camino presente una vez más, que se nos conceda la verdadera salvación y liberación del individuo y la nación por la aparente decepción de nuestra "anticipación del Adviento", por todo el sufrimiento de la Navidad del año pasado y de este año. Según la tradición antigua, la temporada de Adviento es simultáneamente la temporada de la autorreflexión. Así que al final, enfrentando la ruina, en las garras de la muerte, ¡qué revalorización de valores ha tenido lugar en nosotros!. Por lo tanto, queremos utilizar este período de espera como preparación interior para una nueva existencia y un proyecto significativo en nuestra familia, en nuestra vocación, en la nación. La luz navideña de la alegría ya está brillando en medio de nuestro camino de muerte de Adviento como una celebración del nacimiento de una nueva era en la que, por más difícil que sea, queremos demostrar que somos dignos de la vida recién dada."

Pese a las esperanzas, moriría a causa del tifus el 20 de Enero de 1944, compartiendo el destino de la mayor parte sus camaradas del VI Ejército. De los aproximadamente 95.000 prisioneros alemanes capturados en aquella batalla, tan solo cerca de 5000 volverían a su patria.
El peso de las atrocidades siempre pasa factura a cualquier alma sensible y a cualquier persona que no sea un psicópata, da igual el motivo y una vez que empieza la máquina de la guerra lo único que hace es aumentar las tropelías y crímenes que, por lo general, ya se cometían antes. 
Verlas en primera persona parece hacerlas más graves que las matanzas a las que son tan aficionados los pilotos de bombardeo cuando tan solo ven una bonita explosión a sus espaldas. La cantidad de muertos civiles que los anglosajones han causado en sus guerras particulares y sus operaciones de "interés nacional" desde 1945 hasta la actualidad nunca podrán contarse con exactitud, pero para hacernos una idea, tan solo en Vietnam y Camboya asesinaron a más de 2 millones de personas, sin contar las que morirían y sufrirían malformaciones a lo largo de los años gracias al famoso "Agente Naranja", que en realidad era transparente.

Lo hicieron "oficialmente" por la libertad y combatir al comunismo, el mismo al que no habían tenido problemas en ayudar de 1941 a 1945... 
Traducido a la realidad: lo hacían (y lo hacen hoy en día) por sus intereses imperialistas y por el dinero que la guerra proporciona a los "señores" que regentan sus países y el mundo, en realidad.

No por ello en sus dominios, incluida España, Europa, Iberoamérica y demás, deja de resultar "chulo" y más que aceptado llevar en ropas o complementos la bandera de Estados Unidos o la de Inglaterra, hasta forma parte de la moda femenina en algunos diseños. 
Por contra, la de España es "fascista" si se porta en España y una esvástica de metal hindú colgada al cuello te señala como "la bestia" diabólica a la que hay que destruir por el bien de la humanidad.

Vae Victis...

Las cosas son más complejas de lo que transmite Hollywood y la propaganda de los vencedores de la Segunda Guerra mundial. Conviene no olvidar que vivimos en el mundo que ellos han creado y siguen creando. Aquellos que ganaron la Segunda Guerra Mundial son los mismos que hoy en día rigen los destinos de la humanidad, para ellos, los países y las poblaciones no son nada más que herramientas desechables y fácilmente sustituibles. 
El Imperio Británico tuvo su función y fue descartado al cumplirla, en las próximas décadas asistiremos al mismo proceso con el Imperio Americano, ya que la finalidad desde hace más de un siglo, es imponer un comunismo planetario, hoy sería relativamente suave en comparación con Castro, Mao o Stalin, pero es comunismo al fin y al cabo, también con su endiosada e inalcanzable casta superior.

Si alguien tiene dudas, basta con leer entre líneas lo que implica la mundialmente aceptada "AGENDA 2030" y la visión de futuro que algunos líderes tienen para ese año y sucesivos.

El III Reich inició la guerra contra la URSS porque no le quedaba más remedio si querían evitar unas Navidades rojo sangre en Berlín en 1941 y tratar de derrotar a Inglaterra con la opción "Oriente Medio", cuya llave pasaba necesariamente por Rusia, ante la incapacidad de conseguir estrangular por el mar aquella talasocracia anglosajona, sierva de la "City" londinense y sus dueños.

Resulta llamativo que Karl Reuber fuese incapaz de ver, o apreciar en su justa medida, que los alemanes, por convencimiento o por obligación, junto a tropas aliadas y miles de voluntarios de toda Europa, estaban luchando efectivamente una cruzada y que portaban una cruz, aunque evidentemente no era la del cordero, Cristo crucificado y ejemplo suicida que hoy en día se encuentra dando sus últimos estertores en occidente. 
¿Las horribles y pavorosas experiencias de la muerte y la guerra te pueden dejar ciego al hecho de que el comunismo había sido el causante de la muerte de más de 20 millones de personas en Rusia y Ucrania, incluyendo clérigos, monjas y campesinos para imponerse como ideología?, algo bien conocido en la época. Y que eso mismo era lo que se preparaba para Europa, en especial para Alemania en aquel Verano de 1941 como finalmente está saliendo a la luz con la documentación soviética liberada, junto los indudables indicios de ello encontrados durante el avance alemán en aquel lejano Verano de 1941: la asombrosa concentración de tropas paracaidistas y tanques preparados para circular por carreteras, unas carreteras que en Rusia escaseaban, pero que en Europa eran lo normal. 

¿En realidad este buen clérigo no vio que por donde pasaba la Wehrmacht las poblaciones recuperaban el culto ortodoxo que los comisarios comunistas habían prohibido y represaliado?, que por todas partes de Ucrania y muchas de Rusia les recibieron como libertadores. Los buenos cristianos al parecer siempre desean lo mismo: que todo vaya bien pero que no cueste nada de sangre, tan solo la de su dios, transubstanciada del vino en el caso de los católicos...

Los alemanes de aquel entonces no eran "santos y soldados", a diferencia de lo que transmite la propaganda de Hollywood para las tropas aliadas, todavía tras 80 años. Simplemente eran hombres que, conscientes de ello o no, siguieron órdenes del responsable en realizar el último intento de supervivencia de Europa, su cultura e independencia de las finanzas internacionales de raíz caldea.

El día que éste sea un mundo ideal, ya lo celebraremos. Mientras tanto es de suicidas, o algo peor, abandonar el puesto al pie del cañón, pero eso es exactamente lo que se ha hecho en occidente, la antigua "Cristiandad" y cada año, solo en España, el precio lo pagan 100.000 almas, en 3 años eso es la fuerza que tenía el VI Ejército al comenzar la Guerra....

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