En esas fechas todavía hace frío y mal tiempo en el Atlántico Norte, un inhóspito entorno donde hace casi 78 años varias naves grises, finalmente apodados "ataúdes de acero", aguardaban sus últimas órdenes ante el inevitable final, que aún resuena en sus consecuencias todavía hoy...
Alemania no dispone de una constitución formal como se entiende habitualmente, sino de una Ley Básica (Grundgesetz) aprobada en Mayo de 1949 y que fue dictada por los U.S.A. en 1948. En su territorio hay tropas extranjeras acantonadas (actualmente 21 bases USA) junto a las correspondientes armas atómicas (aunque lo lleguen a negar, como sucede en España) y nunca se firmó un tratado de paz que pusiera fin a la Guerra entre el III Reich y las potencias vencedoras. Técnicamente Alemania sigue en un estado de guerra legal (del mismo modo que Móstoles, provincia de Madrid en España, con Francia hasta hace poco, cuando fue formalizada la paz con el embajador francés); naturalmente el caso español es simplemente un pintoresco anacronismo. Por contra, en el caso de Alemania, se derivan funestas consecuencias de aquella rendición incondicional sin tratado de paz.
Este pequeño detalle no debería obviarse a la hora de analizar el comportamiento del gobierno alemán en cuanto a la voladura de los gaseoductos, la aceptada destrucción de su economía, el pago de indemnizaciones de guerra, el envío de material militar a otros países tutelados por USA y la reorientación actual de su industria y ejército para servir a los intereses de los anglosajones.
Es la norma en Europa, feudo de USA-UK, donde los únicos que aparentan tener un ligerísimo grado de independencia son los franceses, el resto somos "paganos"; y "los mariachis", tal y como muy acertadamente nos definió cierto ciudadano y militar ibérico.
¡Vae Victis!
Hoy, cuando ya la Primavera se anuncia en su llegada, recordamos las palabras de quien tuvo que acceder a todo tras haberse perdido todo, otra vez....
"¡Mis submarinistas! Seis años de guerra submarina quedan a nuestras espaldas. Habéis luchado como leones.
Una aplastante superioridad material nos ha limitado a un espacio muy estrecho. La continuación de la lucha es imposible desde los territorios de los que disponemos.
Submarinistas, intactos en vuestro coraje guerrero, estáis bajando los brazos después de una lucha heroica que no conoce igual. En un respetuoso recuerdo pensamos en nuestros camaradas que han sellado su lealtad con el Führer y su patria hasta su muerte. Camaradas, mantened en el futuro vuestro espíritu submarinista con el que habéis luchado en el mar valientemente y con resolución durante largos años para el beneficio de la patria.
¡Larga vida a Alemania!”
-Karl Dönitz a las tripulaciones de la U-Bootwaffe, 5 Mayo de 1945 -
Los tiempos han cambiado y las mentalidades también. Casi 80 años son demasiados como para tener nada en cuenta de aquella época, salvo las indemnizaciones y la culpabilidad eterna, claro, algo que sigue explotándose para todo lo que interese, lo usan los anglosajones, lo usa el pueblo santo, y también los rusos además de todo el mundo occidental, incluida España, para las palabras "policía" y la Reductio ad Hitlerum; algo procedente de una propaganda de guerra por parte de los vencedores que no ha finalizado porque, a diferencia de otras guerras, la lucha contra el III Reich (aún vigente), lo es contra una ideología y creencias que había que aniquilar de manera similar a como se hacía antaño con las religiones declaradas heréticas y falsas: nada en ellas es verdadero o bueno; todo está mal y es maligno.
Habría que preguntarse el por qué de semejante insistencia a lo largo de estos años, tanto como en otro sentido, cuestionarse la "normalización" (y casi que beatificación) del Comunismo v.2.3 en occidente...
En cualquier caso, y terminando con las curiosidades, la denominación Bandera de Guerra del III Reich (Kriegsflagge) inició su andadura en la Marina Imperial a finales del s.XIX transformándose en 1935, con variaciones en 1937, hasta tener su aspecto definitivo que pasó a la Historia, quedando indisolublemente asociada a ese periodo de Alemania, con todas sus implicaciones, incluida su prohibición e inclusión en el código penal alemán como delito para aquellos que osaran usarla en cualquier ámbito fuera de la recreación histórica autorizada.
Algo de lo que no se salvó tampoco, en medio de diversas polémicas judiciales, la antigua con el águila y los viejos colores en blanco y negro de la Primera Guerra Mundial.
En los últimos tiempos, al igual que en España, se está remodelando la normativa en el ámbito federal con el debate de que lleguen a estar encuadradas bajo el amplio epígrafe del "delito de odio", donde entra cualquier cosa que no sea: multicultural, "verde", aperturista de fronteras, pro Agenda 2030, fluidez sexual-animalista, buen rollista y de transición alimentaria...
Esta bandera es también conocida como Kriegsmarine Fahne, no solo por ondear en los barcos de la Marina de Guerra del III Reich, también porque, a diferencia de las otras armas (Heer - Luftwaffe), nuca fue arriada en rendición a lo largo de aquellos seis años de lucha hasta que finalmente no hubo más remedio que obedecer las órdenes, del Mando primero y de los vencedores después.
En 1964 permitieron el uso del águila en la enseña negra, roja y dorada; pero la cruz sigue estando desaparecida de la bandera, aunque adorne los vehículos militares siguiendo la tradición. Pero no parece que vaya a ir más allá el asunto de las cruces.
El ejército alemán carece de medallas específicas para el servicio militar en zona de guerra y no prosperó el intento de resucitar la Eisernes Kreuz como tal, por lo que es poco probable que en el futuro superen sus complejos, del mismo modo que los españoles tampoco hemos podido hacerlo, resultado ser auténticos lameculos del reverenciado amo anglosajón, en todos los aspectos; con la diferencia de que España, a diferencia de Alemania, nunca fue invadida y castrada, nosotros solitos hemos preferido cortarnos el cuello y ponerlo alegremente a disposición de cualquier enemigo tradicional: USA-UK, Marruecos, Francia y los que vayan saliendo; el entreguismo de los gobiernos españoles y de gran parte de la población es leyenda en el Infierno desde hace más de 200 años.
El 10 de Mayo de 1945, por última vez, se arriaría esta bandera pasando capturada a manos británicas en la sede del último gobierno independiente alemán.
Pero en el mar, contra todo pronóstico, aún perduraría unos meses más en naves U-Boote que, aparentemente, hicieron caso omiso de entregarse a los representantes de los causantes de la destrucción de Europa.
Unos episodios misteriosos que forman parte de esos años, tan distantes y tan presentes en sus consecuencias; aunque las nuevas generaciones y el vulgo en general no tenga consciencia alguna de ello, todavía pagamos, especialmente los alemanes, unas facturas y unas deudas cada vez más grandes y peores.
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