- HELLBOY, 2004 -
https://www.youtube.com/watch?v=boJYaHQR2WM
Parecido a cierto laberinto de cierta catedral, en su centro y en rojo aparecería como portal a una nueva vida para la ficción de un personaje imaginario, en tal relato, que sería reflejo fantasioso del hombre real, extraño monje y místico, que tuvo alguna influencia en la última corte de los zares de Rusia.
Si le traemos a colación es debido a cómo juegan las imágenes, conceptos y asociaciones de ideas en eso que vamos a llamar, más que sincronicidad, más bien paralelismos relativamente relacionados.
Y es porque, pese a todo lo que uno se pueda reír haciendo aspavientos sobre las cartas de Steve Jackson y los conspiranóicos, la de abajo es la menos importante y poco llamativa de entre las que se pueden encontrar en la baraja (deck) original de este controvertido autor, porque cualquiera diría que ha tenido desde los años 90 del siglo pasado un "buen ojo", al punto de la excelencia profética.
A cualquier curioso sobre estos temas se le recomienda echar una ojeada a la primera edición del juego ya que si no fueron los magos de Hitler los que ganaron, entonces fueron otros, evidentemente, los que manejan el juego. Pero, es curioso no obstante que se haya incluido de manera orientalmente llamativa a los perdedores pero aún supervivientes, según la particular concepción del Sr. Jackson, claro...
El concepto original fue inspirado por la trilogía satírica de 1975 "The Illuminatus!", tres novelas que terminarían por "iluminar" el famoso juego de cartas publicado en Julio de 1982.
Vivir para ver...
¿Sabias qué?...
El color rojo en la cultura China carece de ciertos tintes "diabólicos" que en Europa le son asociados a veces a esta gama cromática (los diablos rojos, Mefistófeles, el horrible dragón rojo, lo ojos rojos de los vampiros y otros monstruos, etc.), por contra en tan milenaria cultura que aún pervive, pese al comunismo, el rojo es de buen auspicio asociado a la generación de energía vital como lo son el Sol, la sangre y el fuego; además de ser el color de las celebraciones y la prosperidad.
Para Mao fue una suerte que tal fuera el color enseña del Comunismo para todo; y pese a los aproximadamente 55 millones de muertes causadas (entre revoluciones, ejecuciones y hambrunas) bajo la carmesí bandera en China, el color rojo no ha perdido su buen significado, a diferencia de la swástika, que en Europa ha quedado como ha quedado tras una guerra contra ¿quién?, en realidad de no haber sido contra el Comunismo / URSS (en apariencia), nunca habrían contado con voluntarios de toda Europa que, a diferencia de los europeos de hoy, sabían lo que implicaban las doctrinas de Marx y sus tutores... Aún así diversas variantes del partido comunista son legales en la mayoría de los países y los ricachos, sospechosamente, son simpáticos en sus filias y tendencias (incluido el Pontífice Máximo de los Católicos) hacia los causantes en total de más de 100 millones de muertes en todo el planeta.
El ser humano, en verdad os digo, es extraordinario...
En fin, pese a todo, insistimos con las llamas y el rojo en el escenario ante los espectadores.
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