viernes, 28 de julio de 2023

AFINADOR CROMA

 

Si me enteré de la existencia de dicho artilugio y de la polémica 432 Hz. vs 440 Hz. fue por un viejo vídeo de Mundo Desconocido en YOUTUBE. 
Y efectivamente, la música, las diversas canciones, suenan diferentes. A 432 Hz. son, de alguna manera, más "suaves".

Y, naturalmente, los nazis detrás de cualquier cosa mala que haya en el mundo. Es increíble hasta qué punto personajes de todo pelaje y mentalidad / religión (me vienen a la cabeza un tal Vidal, un tal Gisbert y un tal Zorrilla, por ejemplo) mediáticos o no tanto, en el maravilloso occidente (la antigua Cristiandad), no pierden la ocasión de reconducir cualquier cosa que les desagrade al típico y manido cliché de refuerzo argumentativo profusamente utilizado en estos lares: Reductio ad Hitlerum-Nazismus.

En fin...

El cambio de frecuencia es algo que puede mejorar el matiz de muchas composiciones en tal sentido pretendido de, pongamos, "música de iglesia", New Age et al
Por ejemplo, yo creo que toda la obra de Enya es adecuada para la conversión, pero para mí, no todos los estilos son beneficiarios de este cambio y, al final, es como de costumbre una simple cuestión de gustos; esa "cosa" a la que mucha gente parece no darle importancia, cuando en realidad, para absolutamente todo, los gustos son fundamentales y esenciales, sea en pareja, sea en familia, sea en sociedad... 
Gustos y armonía resultan ser sinónimos, en caso contrario: conflicto y caos. 
Eso de que los contrarios se atraen y que lo diferente es complementario, no digo que no exista y que sea posible tal cosa; pero por lo general es por cortos periodos de tiempo, a la larga tales mezclas suelen parir amargos finales... 

Por eso, por lo general, todos los humanos deseamos que el Mundo sea según los gustos particulares de uno mismo y por ende, tenemos tendencia a querer transformar nuestro entorno acorde a nuestro gusto; cuando llegamos a los límites de nuestra mente, habitación, domicilio, etc., vamos a mostrar simpatía o apoyo a todo aquello que pensemos va a lograr cambiar lo que se nos escapa (al no disponer de poder para ello) en sintonía con nuestros gustos-creencias (suelen ser lo mismo, aunque busquemos razón en axiomas/dogmas para lo segundo), por ejemplo votando a nuestro partido político favorito, para que el entorno amplio de nuestra existencia tenga un desarrollo vital que nos guste a ¿la mayoría?.
Craso error, la diversidad y pluralidad lleva inevitablemente a los problemas surgidos del hecho de que cada persona es un mundo que ve el exterior desde sus propios ojos y gustos. Por vivir con los demás congéneres nos sometemos a lo que creemos razonable y toleramos lo que pensamos que es inevitable. Es lo lógico, pero, en realidad, la cuestión es ¿dónde se encuentra el límite para todo ello?.

Está claro que hay quienes han encontrado la "llave" de, progresivamente, llevar hasta el infinito y más allá (en un largo aunque razonable periodo de tiempo) cualquier límite al sometimiento y tolerancia que cierto tipo de sociedades humanas pudieran tener. 
Pareciera que tales gentes han dejado de ser humanos, en el sentido clásico de la palabra, para convertirse en seres huecos incapaces de rechazar cualquier cosa con la que se les quiera "rellenar"; sea la mente, sea el cuerpo. 
Actualmente, incluso, se han vaciado de casi cualquier instinto de supervivencia o defensa que vaya más allá de la amenaza de muerte física inmediata y personal; supongo que con algo más de tiempo, incluso este límite último desaparecerá de amplios grupos de personas...

Me asombro y quito el sombrero ante los artífices y matarifes que tan bien conocen a los animales que pastorean.

En fin, en cualquier caso, visto que esto no es el Paraíso, para gustos colores, afinamientos de frecuencia y lo que ustedes quieran. 
Para el que esto escribe, hay canciones que tienen que "brillar y raspar" para funcionar como se pretenden, ya que como reza el viejo dicho "El roce hace el goce" y hay versiones infinitamente mejores que la original (según mi gusto), que a un volumen alto y a 440 Hz. son auténtica cocaína sonora; ponerlas a 432 Hz. o menos es lo mismo que "descafeinarlas". 

Así que, como era de suponer, en realidad, todo depende del gusto, el día y el estado de ánimo (química corporal incluida) que tenga el oyente...

¿Quiere saber más?: https://www.muom.net/es/desmitificando-hipotesis-afinacion-432-hz

https://www.youtube.com/watch?v=sWVtgVzUvwg

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