No es necesario ser como Sherlock Holmes para imaginarse a quiénes podrían hacer referencia en singular el "jeroglífico" de arriba. Una combinación de elementos que transmiten varias ideas y un mensaje asociado para quien supiere interpretar la intención. En tiempos pasados en este lado del mundo, cuando la inmensa mayoría de la gente no sabían leer ni escribir, podían por contra interpretar el lenguaje visual de los artistas de un modo que nosotros, hoy en día y por lo general, no somos capaces de alcanzar, aunque el conglomerado de información y combinaciones gráficas llegue derechito a nuestro subconsciente.
El objeto de arriba es tan inquietante como real. La imagen corresponde a un parche para ropa donde, el imaginativo artista, ha plasmado su visión que el traductor de la tienda donde se vende, AMAZON, ha tenido a bien atribuirle la idea para nombrar al diseño como "ALMA FUERTE NUNCA MUERE".Disponible en: https://www.amazon.es/Parche-termoadhesivo-dise%C3%B1o-fuerte-nunca/dp/B08XQ2SPP1/
Acojonante...
En la misma categoría de la tienda aparecen otras creaciones, donde hay alguna que hasta a los más encallecidos insensibles les puede llegar a llamar la atención por la imagen creada y el mensaje asociado que, indefectiblemente, primero revuelve nuestro subconsciente y luego tomamos consciencia de lo que implica.
Seguro que Fulcanelli sabe más sobre las catedrales de Europa que lo que podamos llegar a saber nosotros por muchos libros que leamos, sencillamente porque quien fuere este autor sabía "leer" en la piedra lo que a nosotros se nos escapa y tenemos que sustituir por letras conocidas en negro sobre blanco de las guías de estos edificios, o ser sabiamente aleccionados por el personal a cargo de ilustrar a los turistas.
- Gárgolas en la Catedral de Burgos -
En cualquier caso, los diseñadores de estas máquinas tenían claro que en la casa de Dios había sitio para todos, incluidas sus infernales criaturas, que, al fin y al cabo, no dejan de estar al servicio del Creador, como todos.
En concreto las gárgolas no debemos dejar de contemplarlas como parte de la maquinaria del agua, cuando llueve, en estas creaciones de piedra que, antiguamente, aprovechaban para su funcionamiento las corrientes subterráneas así como los puntos elegidos para su construcción, por lo general encima de antiguos santuarios procedentes de la época prehistórica, lo que denotaba que seguramente ya eran lugares de "poder" desde tiempos remotos.
En especial las catedrales góticas, cuando funcionaban tal y como fueron imaginadas, debían ser una experiencia divina prácticamente en lo literal y, en los días de lluvia, con la vibración de música y los cantos, posiblemente fuera sentirse elevado en medio de una fuente de agua y algo más.
Si tienen la oportunidad, incluso hoy en día que se encuentran "desactivadas", no dejen pasar la ocasión de aprovechar una misa de Loas a María con el órgano sonando en buenas manos. De verdad, hagan la prueba que yo tuve por esas cosas que tiene la vida y la falta de higiene...
Hace una montonera de años en Mayo, cogí carretera y manta, literalmente. Con mi VW Polo en Rojo Tornado y Negro, el de los cuatro faros modelo de los años 80, con 198.000 Km. y pico entre las cuadernas, que había comprado de segunda mano a un vecino por 60.000 pesetas, una manta de las de avión y un cojín-manta de los de coche, me animé (por fin) a seguir la innumerables veces recorrida carretera de La Coruña (antigua Nacional-VI) hasta su destino anunciado, en vez de tomar el desvío hacia Ávila como había hecho toda la vida para ir al pueblo del Amblés.
No tener dinero, ni planes, ni navegador mas que un mapa-guía de carreteras comprado en una gasolinera, un reloj de pulsera y un ERICSSON GA-628 en amarillo y negro, no auguran un viaje cómodo ni para sibaritas. Pero, posiblemente, fue el mejor viaje que hecho en mi vida, sin más compañía que el sonido del motor y la cámara de fotos.
En cinco días hice más de 1000 Km. recorriendo carreteras y carreteruchas de todo el Noroeste, me encontré dólmenes y menhires que no aparecían en guía alguna, en un prado a la misma vera del estrecho asfalto que parecía desdibujarse ante la lujuriosa vegetación en lo profundo de Galicia; allí donde caía la noche apartaba el coche fuera del camino, asiento hacia atrás y a dormir. Se cumplía con la llamada de la naturaleza por el método ancestral, pues la única parada y posta la realizaba para rellenar el depósito con la preciosa y volátil esencia del petróleo que alimentaba tan añoso y fiable carruaje. Solo me faltó alimentarme de lo que pudiera haber encontrado como rapaz y recolector en la foresta, pero todos tenemos nuestros límites y nunca me faltaron blandos y pringosos emparedados envasados y refrigerados que abundaban en las zonas de pago próximas a los surtidores de combustible, tampoco escaseó el papel higiénico, ese imprescindible y banal elemento que, sin embargo, tanto ha hecho por alejar a la civilización de la animalidad.
- Vehículo casi gemelo del mío, actualmente "atrapado" en Madrid Central -
En fin, una experiencia única e irrepetible que no volvería hacer ni por todo el oro del mundo. Terminé destrozado y dolorido en partes del cuerpo que hasta entonces ni siquiera sabía que existían, con el brazo que apoyaba en la ventanilla tan requemado como la cara y el cogote (las virtudes de la trampilla transparente predecesora del techo "solar") y en un estado tan lamentablemente sucio que nadie podría imaginar que no acaba de salir de la alcantarilla más cercana. Y no, efectivamente, no llevaba ropa de repuesto ni sombrero, solo una pareja de calzoncillos extra y algunos calcetines desemparejados de reserva; las virtudes de hacer las cosas sin planificarlas debidamente.
En tales condiciones llegué a la afrancesada Catedral de León en mi katábasis de vuelta a Madrid, justo a tiempo para asistir a la misa que habían programado para la festividad de Santa María aquella tarde. Ocupé lugar en una de las bancadas laterales mientras que el organista concatenaba notas y cantaba haciendo vibrar con potencia el ambiente.
Hasta que me di cuenta de los efluvios que manaban de mis ropajes y persona, algo que por vergüenza me hizo levantar y ofrecer amablemente mi sitio a uno de los que estaban de pie, tras recibir el correspondiente agradecimiento por mi bello (pero forzado) gesto, busqué un lugar entre las sombras lo más apartado posible de la concurrencia al fondo de la nave, y lo encontré apoyando la espalda en una de las muchas columnas del bosque de piedra que suelen ser estos edificios. Y con la imperceptible vibración de aquella columna, la mía también lo hacía y de ahí hacia arriba...
Me quedé alucinado y salí de allí casi que "flotando". Ahora hay algunos que abrazan (literalmente) árboles para "conectarse" a la tierra y hacia el cielo, pero donde esté una buena máquina diseñada para eso... que se quiten "newagers" y demás historias.
La experiencia física fue similar a un buen masaje con final feliz, la espiritual, hay que vivirla...
En su época y a pleno rendimiento, estas máquinas crearían en muchos un "ajuste" y "elevación" de un modo diferente pero con resultados similares a lo que sucede hoy en día con la televisión que tenemos casi de manera constante en el hogar.
Luego, supongo que al igual que me sucedió a mí, la sensación y el estado mental creado empiezan a disolverse en cuanto se atraviesan las puertas de vuelta al mundo habitual.
Por eso hay que repetir experiencia de modo reiterado, por eso se repiten los mantras, por eso los medios de comunicación repiten una y otra vez exactamente lo mismo ininterrumpidamente las 24 horas del día en todo el planeta...
Un planeta muy grande con, posiblemente, más de tres dimensiones donde hay cabida para todas las derivadas del Creador, incluso eso que llamamos gárgolas, algunas de las cuales, incluso, tienen alas.
- Otro inquietante y pétreo habitante de la Catedral burgalesa -
La babeante imagen de arriba no incita precisamente a cantar con ABBA su canción I'm Dreaming (con su versión en Español "Estoy soñando") y su estribillo de "...creo en angelitos que..." pero, precisamente, conviene recordar que cualquier nido vacío o vivienda deshabitada siempre resulta mucho más fácil de ocupar que aquellos lugares que ya se encuentran habitados o vigilados. Sobre esto último la Iglesia Católica, como al fin y al cabo hacemos todos en mayor o menor medida, dice qué es bueno, qué es malo, haz lo que yo te diga, acepta que esta es la Verdad y mucho cuidado con el Demonio, que siempre está ahí esperándote para tentarte y zamparte.
Es curiosa la imaginería diabólica cómo se nos presenta: colmillos, alas de murciélago, cuernos, fealdad y maldad intrínseca... Cuando era pequeñito lo tenía claro: en un lugar en llamas el diablo rojo con cuernos, cola y tridente esperaba con las calderas hirvientes a los que no se portasen bien de acuerdo con las enseñanzas del niño-dios que posteriormente sería crucificado a los 33.
Luego la cosa fue perdiendo fuerza y descreyéndose a medida que crecía, hasta que un día, muchos años más tarde, caí en la cuenta de que el diablo debía de ser francamente limitado en sus funciones o le gustaba trabajar andándose por las ramas con rebuscadas artimañas en busca de la perdición de nuestras almas, con revueltas dignas de un enmarañado guion de trofeo... porque, ¿quién cojones va a querer andarse con tan feunas y amenazantes criaturas?. No, lógicamente, para los animales que principalmente nos entran las cosas por los ojos si, "il diábolo" quisiera obtener una autopista directa y sin peajes a nuestra alma para condenarla, lo primero que haría sería presentarse con un aspecto tan bonito como atractivo a la futurible presa...
No todos los monstruos se encuentran en las zonas en blanco de los antiguos mapas ni nos observan en forma de congelada piedra desde las alturas de obras maestras del arte y la ingeniería.
A veces están muy cerca las rosas que nos crucifican..."María, obra maestra de Dios, creador del cielo y de la tierra, sólo está al alcance de la fe y de una poesía inspirada por ella. Encierra tal perfección, tanta belleza, que sólo los ojos ahondados
por la presencia del Espíritu y tocados
por la gracia son capaces
de vislumbrar
su misterio."
De: http://www.visionlibros.com/index.php?route=product/product&product_id=5839
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