- H.H. escuchando a Ola Brenno y su langeleik. Noruega, Enero 1941 -
La visita no era ningún secreto, de hecho llegó hasta los diarios aliados con poca demora sobre el propio acontecimiento y agenda de visitas. Todos especulaban sobre el motivo y evidentemente temían que fuese algo relacionado con la gestión policial del país ocupado. Sin embargo, en su línea tradicional, el Reichsführer estaba mucho más interesado en los aspectos culturales y raciales de la tierra que sería una de las últimas fortalezas del III Reich, relativamente fuera del interés de sus enemigos.
Su avión aterrizó el día 18 de Enero y, tras realizar una ofrenda floral en el cementerio honorario alemán de Ekeberg, se dirigieron a contemplar los grabados rupestres próximos. En los días siguientes visitará diversos museos folclóricos y la Catedral de Nidaros.
En el Museo de Barcos Vikingos de Bygdoy asiste a diversos actos con bailes y canciones típicas, también escuchará lecturas de las antiguas sagas escandinavas. En su concepción del mundo, H.H. estaba convencido de que en el gran valle de Gudbrandsdalen se encontraban los ejemplares más puros de la antigua raza nórdica que contaban las leyendas. Las SS tenían planes para una Gran Alemania que incluyese los territorios norteños y se alentaba a procrear con mujeres que, los machos ibéricos, conocemos popularmente como las "suecas".
El 1 de Febrero su tren se detiene en la estación de Otta y en automóviles el séquito se dirige a la Granja Real Tofte en la localidad de Dovre. Tras terminar la visita, Himmler comenta a sus acompañantes que los expertos del Ahnenerbe deben investigar a fondo la posible conexión que habría existido entre la antigua Grecia y Escandinavia, ya que el Reichsführer SS les pone de ejemplo varios nombres de lugares en Noruega que se corresponden con nombres de lugares antiguos en la Hélade.
LLeva 13 días de visitas hasta el 1 de Febrero en una apretada agenda de actividades. En la documentación que nos ha llegado consta una estancia total de 21 días en Noruega, abandonando el país el 8 de Febrero. El día 2 realizaría una visita de inspección en Trondheim y luego no he podido encontrar más hasta su retorno a Alemania. O las fechas están mal, o hay documentación sin publicar/perdida, o Himmler estuvo tumbado a la bartola durante 6 días.
Claro que, pura especulación, también es posible que H.H. continuase su viaje más hacia el Norte o incluso al Este, por ejemplo en avión, desde algún campo de aviación alemán cercano a Oslo que ya se ha mencionado previamente en el blog.Si bien al Ahnenerbe le interesaba prácticamente todo, aunque se encontrase en las antípodas (literalmente), Himmler se desplazaba solamente si tenía un interés personal en ello. Ya lo había hecho unos meses antes en su visita a España y en Noruega, posiblemente, también quería ver con sus propios ojos algo que le interesase más allá del folclore tradicional y eso podría ser lo que las leyendas situaban en una zona fronteriza donde era mejor que el Reichführer pasase desapercibido.
El Monte Vottovaara (Montaña de la Muerte) queda cerca de la frontera finesa en el lado ruso, pero muy al Sur de Basis Nord, lo que no quita que la región al completo, conocida como Laponia-Karelia, sea extraordinariamente interesante y no solo por las minas de níquel de aquella parte de Finlandia o el mineral de hierro sueco. En el lago Seydozero se encuentran restos de lo que parce ser una actividad correspondiente a lo que se ha venido a denominar como "Civilización Fantasma" de hace 12.000 años. De ella quedan indicios por todo el planeta, pero resulta completamente desconocida, salvo por lo que le sobrevivió, sus trabajos megalíticos de piedra:
https://www.youtube.com/watch?v=zt9e0Dw9rh0
Los "Sami" ocupan el área del Gran Norte que actualmente se reparten Noruega, Suecia, Finlandia y Rusia, conocida habitualmente como Laponia, es decir, la Tierra de los Lopari, que es como denominan fonéticamente estos países al pueblo Sami. Su asentamiento en el lugar data de hace unos 11.000 años y ya eran conocidos en tiempos históricos por los griegos. El explorador Piteas (Pytheas) los menciona en el 325 a.C. como "finoi" y posteriormente los romanos se referirían a ellos como "fenni". Lo que nos da una idea de que antiguamente se conocía más del mundo de lo que popularmente se cree. Y evidentemente, los "Sami-Fenni" tenían y tienen sus leyendas.
Las piedras en equilibro que hemos visto en el artículo anterior, estos pobladores ancestrales las llaman rocas "Seid" y son sagradas. Los sami creían que cada chamán tenía su propia piedra y su espíritu permanecía en el lugar tras la muerte. Se realizaban sacrificios, incluidos los humanos y el término aplicado a estas piedras significa "magia/conocimiento oculto", naturalmente, la zona es considerada tener "portales" a otros mundos.
En las inmediaciones del misterioso lago Seydozero, se encuentra el Monte Ninchurt, que tradicionalmente se le tiene por ser el santuario de la Gran Diosa de tiempos Hiperbóreos.
Yuliya Vopseva, natural de la Península de Kola, ha revisado los archivos regionales encontrando documentación que refleja actividades alemanas (posiblemente incluyendo miembros del Ahnenerbe) en 1937, ya que oficialmente era una expedición geológica y la URSS dio el visto bueno a las exploraciones, como también lo hizo para levantar la cartografía ártica, realizada gracias a la tecnología de dirigibles y óptica de los alemanes.
- Bloques de piedra en el Monte Ninchurt -
Para lo que aquí nos interesa, nos centraremos en una expedición previa en Septiembre de 1922 al área de Luyavrurt, liderada por Alexander Barchenko.
Lo más llamativo fue que sus componentes resultaron ejecutados en las famosas "purgas" de los años 30 y la documentación de sus expediciones quedó en manos del NKVD. Al parecer los archivos existen todavía, pero no son de disposición pública.
En aquellos oscuros tiempos se rumoreaba en los círculos arqueológicos que la zona podría ser una suerte de "Shambala del Norte", debido a que Roerich la había explorado entre 1917 y 1918, mencionando en sus diarios haber encontrado lo que le parecía una entrada oculta con una cerradura de piedra en forma de loto.
En fechas recientes nuevas expediciones han encontrado lo que parecen ser ruinas ciclópeas de una cultura desaparecida hace unos 11.000 años, aunque los mismos exploradores rusos actuales reconocen que no pueden afirmar que sean efectivamente los restos de la legendaria Hiperbórea ni, desde luego, uno de los accesos a Shambala.
En cualquier caso, todo apunta a que hace unos 12.000 años había algo más que monos gritones practicando la endogamia cavernaria y pintarrajeando las paredes...
Que en aquel entonces sucedió algún acontecimiento cuya memoria se ha perdido, marcando un final desconocido y un principio de lo que ahora creemos conocer.
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