lunes, 23 de noviembre de 2020

NOEs - ECO

NOEs (Near Orgasm Experiencies) - ECO (Experiencias Cercanas al Orgasmo)

Ahí podemos estar algunos o incluso todos según lo que consideremos: un premio importante de lotería que nos pilla por sorpresa después de haberlo anhelado años y años tras una perenne situación de necesidad económica, comer según qué exclusivo manjar, momentos de pleno reconocimiento en la Fama, saltos de "puenting" o "benji", ASMR, cuando tienes 13 o 14 años (o incluso antes) magrearle las tetas y el culo a cualquier chavala..., sexo tántrico que no llega a la "cima"... y lo que se nos vaya ocurriendo según qué gustos personales.

Pero hay algo que a muchos les puede resultar sorprendente: matar en tiempos de guerra.

La Dr. Joanna Bourke del Birkbeck College, acostumbrada a tratar temas polémicos y tabú, publicó en el año 2000 el libro "An Intimate History of Killing: Face-To-Face Killing In Twentieth-Century Warfare", donde recoge las cartas, diarios, memorias e informes de los soldados que participaron en la Primera y Segunda Guerra Mundial y Vietnam, encontrando algo que no se esperaba: muchos de ellos relataban lo emocionante y enormemente placentero que era matar.

Encontró cientos de testimonios en la tónica de "pocas cosas hay mejores que embestir y atravesar el cuerpo de otro hombre con una bayoneta", "...conseguí un impacto directo con el mortero en el campamento enemigo y pude ver cuerpos y partes de ellos saltando por los aires, escuché los gritos desesperados de los heridos mientras corrían. Tengo que confesarme a mi mismo que fue uno de los momentos más felices en mi vida."

Estos sinceros sentimientos contados a la familia en la correspondencia, resultaban modularse hasta desaparecer tras dejar la línea del frente y en especial una vez de vuelta a casa trataban incluso evitar hablar de ello. La autora ha tenido que enfrentarse a las duras críticas de asociaciones de veteranos e historiadores bélicos convencionales como Anthony Beevor que siempre se han centrado en el sufrimiento, pruebas extremas y carencias de las tropas, pasando por alto el innegable hecho de que muchos experimentaban un auténtico, intenso y sincero placer en matar, y no solamente a soldados enemigos, también civiles.

Sus hallazgos sugieren que la propia esencia de la guerra incita a encontrar placer en la matanza y que gente perfectamente normal y ordinaria se pueden convertir en asesinos entusiastas sin necesidad de "brutalizarse" por entrenamiento o experiencia traumática alguna. Sin distinción de género, por cierto: las mujeres, aunque en porcentaje menor, tienen la misma tendencia.

El motivo que le llevó a meterse en semejante jungla fue que era una realidad tabú sobre la que nadie hablaba y que implica una verdad sumamente incómoda, contrapuesta a la visión tradicional de que los británicos eran los "asesinados" en las guerras, en concreto utiliza la expresión "hablamos de cómo nos asesinaban los asquerosos Hunos (término asignado a los alemanes) como si nosotros no hubiésemos ido allí a matar". Incluso va más allá al haber encontrado evidencia de las atrocidades de americanos y británicos, particularmente en el asesinato de prisioneros y violaciones. Curiosamente los implicados se refieren a las violaciones en términos de violencia y no de placer, pero llamativamente, cuando refieren que han matado es cuando hablan de algo "orgásmico".

Entre otras reseñas recolectadas: "...destrozar al enemigo es fantástico, tras eso una buena masturbación...", "...es como el mejor sexo que he tenido jamás...", "...tuve una erección..." y similares. La autora encontró tantos testimonios en la documentación que junto a otros que tras la publicación del libro le han llegado de excombatientes que le han confirmado lo que afirma, hasta tener que reconocer que la conclusión es correcta, no se trata de un grupo de personas con personalidades aberrantes básicamente diferentes de mi o de mis amigos... Es ver la guerra y a nosotros mismos como realmente somos: criaturas bastante desagradables.

Evidentemente estos sentimientos y comportamientos no son exclusivos del mundo anglosajón, sino de la humanidad en su conjunto, sumado al hecho del peso económico que tiene la industria de guerra en los países, en especial USA-UK, explica gran parte de por qué el mundo funciona como lo hace desde los años 30 y cómo para estos dos estados en especial les resulta necesario un estado de guerra y amenaza constante o algo que lo sustituya pero de características similares. Del mismo modo que sus ejércitos necesitan que no haya pleno empleo en las sociedades y fomentar "junkies" de la guerra para que no les falten carne de cañón y asesinos que disfruten con serlo.

Lo recogen sabiamente en una película protagonizada por Tom Cruise: "En el ejército solo se meten tres tipos de personas, los que lo hacen por tradición familiar o sentimientos alturistas, los que simplemente buscan un empleo y los que quieren matar de forma legal."

¿Quién sabe?, quizá los que diseñaron al ser humano incluyeron esta tendencia plenamente conscientes de lo útil que resultaría para las "guerras de los dioses", como el trigo espelta...


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