Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=lDi9uFcD7XI
Cuando contemplé el vídeo bocabierto hace casi una década pensé que era un truco como tantos que tiene el cine; lo siguiente: ¡Dios yo quiero hacerlo también!Esto es algo que va más allá del "culo veo, culo quiero"; era la sensación crística de que la tecnología y el ingenio de otros me iba a permitir no ya caminar sobre las aguas, sino correr con rabia sobre ellas dejando a todos los mamabragas surferos y regateros atrás...
¡Coño, todavía se nota que soy consumidor de MONSTER!
En fin, luego "aterricé" de vuelta en el bendito puesto de trabajo y continué aquella noche sin novedad aparente, pero la chulada de tan poderosa osadía quedaría grabada hasta el día de hoy.
De joven tuve la oportunidad de llevar en varias ocasiones motos de cross, gracias al destino eran de 50 y 80 cúbicos respectivamente y nunca tuve una propia, de haber sido más potentes o haber dispuesto de ellas todos los días... hoy no estaría escribiendo estas líneas o, de hacerlo, sería al estilo de Stephen Hawking (R.I.P.), salvo milagros: siempre las llevaba a todo lo que daban, fuera por caminos, fuera por ciudad.
Con buen criterio, primiero mi madre y después mi mujer, me lo prohibieron tajantemente so pena de castigos infinitos en el primer caso y de abandono en el segundo: y funcionó.
Con el tiempo y la edad tuve que reconocer que existe una droga bastante dura, la velocidad en los vehículos, que se hace adictiva. Los motivos me resultan desconocidos y gracias a Dios desde hace un montón de años conduzco con los bríos de un caracamal y no he vuelto a tocar las motocicletas ni hacer amago de ello.
Pero no he dejado de pensar en ellas, en especial las de cross, lo más grande que he llevado fue una GPZ de 400 (para asfalto) y, evidentemente al ser prestada, fui de lo más suave y civilizado.
Pero el cross es otro mundo: cabalgar las curvas de la Tierra, montar a la puta Naturaleza. Hay algo mágico en levantar a toda velocidad el polvo del camino y volar coronando las lomas que anuncian el horizonte del cielo...
Esa tendencia y ansia de libertad y vuelos pueden colocar a sujetos como yo en situaciones de serio riesgo para la salud, incluso en ciudad, quizá especialmente en ciudad.
Una vez hice lo mismo que los actores de la siguiente escena en una calle de Madrid, solo que en vez de un precipicio a cada lado, lo que tenía eran hileras de coches circulado en sentidos encontrados, separados por una delgada línea blanca sobre la que me desplazaba a toda velocidad entre ellos, con esa deliciosa sensación de ser completamente superior a y libre de los "enlatados" encerrados en sus confortables úteros móviles...
Aquel día la cosa acabó bien. El "paquete" que llebaba detrás me echó la bronca del siglo, pero yo, aunque le entendía, no compartía su sentido de alarma y susto.
Hoy, tanto tiempo más tarde, me sorprende que no me diese una paliza por haber puesto su vida en semejante riesgo...
Para entender a ambos, se recomienda ver el siguiente vídeo, extraído de una película ya comentada por aquí.
Yo he tenido la suerte, el Ángel (y la falta de oportunidades), de no haber tenido nunca una caída propia con estos cacharros; y en la ajena (iba yo de paquete) que padecimos en una de esas "trampas" que son la pintura de los pasos de cebra, en especial para los neumáticos de tacos los días de lluvia, fue, gracias a Dios, sin rasguños en mi caso y con alguna magulladura leve para el conductor...
Y sin querer hacer nada de lo que sigue a continuación, no deja de ser una ilusión fantástica tener pasta de verdad, que no te importe ir a la cárcel, ni los tiburones, ni las cabezas de los nadadores y dominando el caballo de acero correr como un diablo sobre las putas aguas de Poseidón como un puto dios...
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=pu-mtVl5jmo
P.D.: repetimos con las aguas...
https://www.youtube.com/watch?v=lDi9uFcD7XI
Es posible, que los que montaron el tema del caballito y la chorba metálica para los JJ.OO. de París 2024 viesen el vídeo de DC&Mr.RM, ¿quién sabe?, ¿o será otra cosa?.