lunes, 13 de mayo de 2024

La horma de la herradura...

Cuando vi esta imagen me quedé alucinado, me costaba creer lo que estaba viendo, pero así es como se fabricaba la pieza que daba forma a la "herradura" de la torre del Pz.VI : a mano con una prensa hidráulica. 
Cada TIGER I era más un proceso artesanal que una cadena de montaje tal y como la entendemos hoy en día. La comparativa en rapidez de producción de los M4 o los T-34 estaba a, prácticamente, años-luz de la factoría alemana dedicada a estas herramientas cuyo sucesor, el modelo Ausf. B, sería una auténtica pesadilla de fiabilidad, los comandantes con bastante buen sentido, como Joachim Peiper en las Ardenas, dejarían siempre en cola de la formación a los KÖNIGSTIGER por si se averiaban que no bloqueasen a los demás el paso en los caminos y carreteras por los que transitaban las tropas.

Vamos a quedarnos con otra significativa instantánea en el proceso de fabricación de esta extraña máquina, el TIGER I, que así visto parece un raro bicho de cien pies. 
Para futura referencia recuerden la tremenda resistencia de los puntales de enganche por los que se encuentra suspendido semejante peso...

Y, en el camino de la evolución nos vamos a la "horma" que finalmente fue la Némesis soviética: el IS-2.

- En rojo una amplia perforación del 88mm -

En teoría iba a resistir el 88mm pero los primeros modelos eran penetrados sin problemas incluso por el 75 mm del PANTHER, siendo este último, el KwK 42 L/70 un cañón excelente que encontraría su continuidad en la posguerra y en el seno de otras naciones.
Las nuevas versiones del IS-2 podían aguantar relativamente bien a una distancia de 450 metros en adelante sin ser perforadas sus corazas, pero la pegada del 8'8 era todavía lo suficientemente fuerte como para desencajar la placas del IS-2, haciendo además que se desprendiesen astillas de acero en el interior siendo a veces letales para los tripulantes:


No sería hasta las últimas series con un acero mejor lo que solventaría todos estos problemas, funcionando como auténticas bestias demoledoras bastante difíciles de parar frontalmente. Tanto los laterales como la trasera seguirían siendo vulnerables al 88 del TIGER I. Pero con el nuevo frontal, al mencionado medio kilómetro (o menos), se necesitaba el 8'8 KwK 43 que montaba el NASHHORN, pudiendo dar cuenta de ellos aceptablemente bien.

Esto ha llevado a la común creencia de que el TIGER I ya no era rival para el IS-2, siendo las comparativas consabidas del tipo "IS-2 vs KÖNIGSTIGER", algo bastante erróneo puesto que a las distancias habituales de combate el Pz.VI con su convencional 8'8 KwK L/36 podía atravesar la torre del IS-2 desde cualquier ángulo, incluido el frontal. 
Si bien es cierto que en campo abierto eso requiere cierta dosis de puntería, en Berlín con las alzas a 0º y baja velocidad en el desplazamiento por las calles o los espacios de gran amplitud... el que primero avistaba y disparaba, ganaba el round, 

- Un par de IS-2 destruidos en el Zoo de Berlín -

El TIGER I "323" estuvo presente en la zona de la fotografía, junto a otros cuatro Pz.VI (destruidos allí mismo) de la División Müncheberg, es posible que tuviesen algo que ver en el destino final de varios "STALIN" que, por números, acabarían imponiéndose en todos los frentes y ganarse el apodo de "máquinas de matar fascistas".
El TIGER I seguía siendo rival pese a estar superado en cifras puras la realidad era la misma: un desfasado diseño y un arma algo "corta" para los tiempos que corrían, permanecían todavía como riesgos mortales a tener en cuenta para unos carros pensados, precisamente, para resistir la acometida de uno de los más famosos "felinos" blindados del arsenal alemán.

En cualquier caso, las últimas series del IS-2 resultaron ser excelentes máquinas de asedio y ruptura (su finalidad principal) tanto como indiscutibles destructores de cualquier tanque se les les pusiera delante y, en este sentido sí; tan solo el KÖNIGSTIGER tenía alguna posibilidad de resistir el bestial impacto de cualquiera de los tipos de munición que empleaba el cañón de 122 mm.

Sin embargo, hasta el día de hoy, el más y mejor conocido punto débil de todos estos ingenios, cuya utilidad es cada vez más discutible, es precisamente la parte superior. Si en tiempos un cóctel Molotov, de manera asombrosamente económica podía poner fuera de combate una carísima máquina y un AS como Hans Ulrich Rudel en alas de un vetusto Stuka cañonero pudo dar cuenta de medio millar de tanques, hoy los económicos drones y las asequibles Javelin siguen dando buena cuenta de unos carísimos productos industriales como en tiempos hicieron los Panzerfaust y los Bazookas.

Baratos y efectivos Panzerfaust en manos de quienes los oficiales
se referían jocosamente como "carne vieja y verduras frescas", 
en una fina asociación y paralelismo al Goulash Kanone,
Cannon Fodder para los anglosajones. 

La diferencia entre el ayer y el hoy viene dada por el hecho de que, paradójicamente siguiendo los pasos del III Reich, ya no se fabrican y emplean enjambres de tanques económicos, sino, al igual que los aviones, son series limitadas de muchísima calidad, difíciles de reemplazar y tremendamente caras. 
Estos cacharros cuestan, a precios del 2023 LEOPARD 2A6, alrededor de 9 millones de Euros. Comparativamente, en la Segunda Guerra Mundial, un TIGER I ocasionaba un dispendio similar en economía y recursos, y algo tan sencillo y barato como lo que vamos a ver, podía destruirlo y matar a la tripulación sin apenas correr riesgos...

- Fábrica de bombas PTAB -

La muchacha de la fotografía forma parte del proceso de fabricación de bombas de carga hueca que se lanzaban desde los aviones soviéticos sobre las formaciones blindadas alemanas. Soltadas como nubes de avispas en descargas de 200 en 200 unidades podían destruir con una pasmosa facilidad cualquier cosa que encontrasen en su zona de impacto en vertical, inundando el vehículo o cualquier somera fortificación de fortuna en las trincheras, con plasma que tras perforar el acero achicharraría cualquier cosa hecha de carne en las inmediaciones, incluidos los ocupantes de la "herradura" de la suerte que eran las torres de los TIGER I. 
Hay noticias de que en una pasada de tres aviones soltando estos artefactos pudieron aniquilar en segundos 40 vehículos de todos los tipos que componían las divisiones panzer en Kursk. Puede ser un tanto exagerado, pero no está fuera de lugar el suponer que, seguramente, algún gran felino de acero caería víctima de esta ingeniosa creación; algo que pasado el tiempo, alcanzaría su máxima expresión en las polivalentes, abyectas y destructivas bombas de racimo actuales.

Después de todo y efectivamente, el IS-2 terminó por ser la "horma" del TIGER I, y quedó para la Historia siendo el icono del tanque protagonista en la toma de Berlín por la URSS, tanto como el T-34 sigue siendo la imagen inevitable en la imaginería de su "Gran Guerra Patria".

Para finalizar esta entrada, cabe destacar que estos impresionantes carros blindados tuvieron muchos de ellos, en la Batalla de Berlín, pintadas las torres con un llamativo oso polar bajo la identificativa Estrella Roja. Esto fue debido a que la unidad de tanques pesados había estado previamente en zona polar, en un lugar que ya hemos visto anteriormente en el blog: Karelia.
Y surge la cadena de preguntas: si los IS-2 fueron diseñados teniendo en mente que su función principal sería atacar fortificaciones para romper el frente, es evidente que los alemanes las tenían tan arriba en el Norte, algo que revisamos en su momento. 
¿Pero para qué en una zona tan aislada y que, teóricamente, ya no tenía interés para la Kriegsmarine?, ¿qué extensión y entidad real tenían tales fortificaciones como para tener que emplear la misma división blindada que luego se necesitaría usar en Berlín?, ¿por qué para toda aquella zona quedaría prohibido el acceso y parte de las instalaciones alemanas serían aprovechadas en las décadas siguientes por las fuerzas armadas de la URSS?
- ARS GRATIA ARTIS: Dmitry Kiryasov -

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