"Me pareció que era una torre de cañón naval girando para apuntarnos"
- Tripulante de uno de los M4 que se enfrentaron al grupo de Wittmann -
Efectivamente, la impresión estaba justificada. El diseño de la torre era muy similar, a escala, a las formas bastante planas y verticales de las torres de artillería principal de los acorazados y cruceros de las diversas armadas del mundo en aquella época. En un tiempo donde todos tenían claro que era conveniente usar superficies inclinadas y formas redondeadas para mejorar las posibilidades de evitar perforaciones en la coraza y hacer rebotar los proyectiles, los diseñadores del que terminaría por ser el Sd.Kfz.181 del inventario en la WEHRMACHT insisten en las paredes verticales y curvas las justas.
Sin duda el TIGER era "cuadriculadamente alemán" en todos los sentidos, al punto que en alguno de los comentarios he llegado a leer que se le considera un tanto bizarro al compararlo con lo que, ya en tiempos de su desarrollo final era normal y la norma, es decir, placas de blindaje inclinadas y acero curvado lo mejor posible para conseguir lo ya comentado: mejorar las posibilidades de resistencia y, por tanto, de supervivencia.
Sobre "bizarro" tenemos una curiosidad: generalmente se emplea procedente del Inglés y a su vez del Francés con el sentido de extraño / raro, cuando en realidad, su origen etimológico procede del Italiano bizzarro, donde significa "iracundo", "furioso", "fogoso", derivado de bizza = "ira instantánea". Fuente: www.etimologias.dechile.net
Como vemos, la verdad, ambas acepciones encajan bien para la máquina que estamos tratando.
Cuando uno se fija en los desarrollos paralelos (PANTHER) y posteriores (KÖNIGSTIGER) se da cuenta de que, efectivamente, el TIGER I resulta ser algo bastante desfasado, lo que, evidentemente, ha llevado a criticar al propio diseño que, paradójicamente, ha resultado ser uno de los más populares para los aficionados a los tanques y efectivo (pese a todo) en el campo de batalla hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
Esta anomalía merece ser considerada sobre su razón de ser. Los germanos originarios siguen siendo un tanto cuadriculados para todo hoy en día. Revisemos el por qué lo fueron también entonces para crear este animal metálico que, durante un tiempo, fue el terror de las estepas rusas.
Para ello hay que dirigirnos al suministrador de la materia prima: Kruppwerkegussstahlfabrik, de Essen en el Ruhr.
El acero que fabricaban hasta finales de 1943 era de una gran calidad que no tenía nada que envidiar a la excelente producción del mismo material Made in USA, resultando en algunos aspectos superior al usar para los blindajes el proceso termoquímico de cementación, incrementando la dureza externa y manteniendo la tenacidad interna, lo que, por un lado reducía la velocidad de entrada y por el otro evitaba que se generase metralla en el interior del panzer tras "encajar" el impacto.
El problema: este tipo de acero por su propio proceso de fabricación es plano, teniendo que curvarse posteriormente "a mano", como ya vimos con la prensa hidráulica que daba forma a la "herradura" de la torre del TIGER I.
Por contra, tanto la URSS como los USA hacían blindajes homogéneos muy duros en moldes de colada pero menos resistentes que el de Krupp cementado. La ventaja evidente: más económicos y rápidos de fabricar, ideales para la producción en masa; que además permitían hacer fácilmente formas curvadas para conseguir con éxito que las cabezas perforantes "resbalasen" sobre la "piel" del blindado.
Con el desarrollo de la guerra, la falta de componentes esenciales para las aleaciones y la necesidad de acelerar la fabricación de carros de combate, la calidad del acero se vería muy mermada y empezaría a usarse también acero del mismo grado constante como USA /URSS, pero sin el proceso tecnológico-químico que diese la misma calidad al equivalente manufacturado por las factorías capitalistas/comunistas.
Todo combinado llevaría a observar fallos catastróficos (grietas y rupturas de trozos completos de las placas) en muchos de los vehículos acorazados de todo tipo (HETZER, PANZER IV, JAGDPANTHER, PANTHER, etc., etc...) desde principios de 1944 en adelante.
Pruebas de impacto sobre un TIGER I a la izquierda y un KÖNIGSTIGER a la derecha.
El Pz.VI no presenta daños catastróficos, a diferencia de su hermano mayor "Ausf.B"
Cuando diseñaron el TIGER I sabían lo que estaban haciendo con lo que tenían: acero Krupp y, por otro lado, la fórmula Krupp que, a diferencia de la conocida enunciada por Jacob De Marre, no utilizaba como variable el grado de inclinación de la armadura a penetrar. Para estimar la capacidad de resistencia se tenía en cuenta la media ideal del valor del acero, la velocidad, la masa y el calibre de la ojiva a enfrentar, algo para lo que, en la época de poner al Pz.VI en combate, presuponía, independientemente del nivel de inclinación del blindaje, que podría resistir a lo que en aquel entonces tenía el Ejército Rojo en su arsenal y, efectivamente, así era.
Por tanto optaron implementar esta configuración con una base coherente y algunas otras razones de peso que tuvieron en consideración, además, la muy buena calidad del acero que en aquel entonces eran capaces de fabricar.
Cabe mencionar que inclinar las planchas del blindaje deja menos espacio en el interior, tanto para munición y equipamiento, como para la propia ergonomía y espacio habitable que favorezca a la tripulación en espera y en combate.
Cambia el centro de gravedad del vehículo hacia adelante, una verdadera complicación para el tren de rodaje agravado con los cañones largos.
Cuanto mayor es el grado de inclinación de las placas en la barcaza del tanque menor es el tamaño de del anillo de la torre (a no ser que el chasis se haga más ancho en consecuencia para compensarlo) y por tanto más complicado resulta poder encajar un gran arma como el 88mm de manera equilibrada y operacionalmente factible. El IS-2 padecía de todos estos problemas, incluido el no poder girar la torre si no se encontraba en terreno nivelado; a partir de cierto grado en desnivel, la inmensa caña del 122mm y el pesado frontal de la torre resultaban demasiado para el motor de giro del carro soviético. Con su evolución, el IS-3, se llegaría a extremos en todo lo mencionado, al punto de portar 28 cartuchos para la batalla en un cubículo tan espartano como asfixiante, mientras que el TIGER I era capar de almacenar 92 en un espacio razonablemente cómodo para sus tripulantes.
Las ventajas de una armadura inclinada son de sobra conocidos, pero lo que se protege (en volumen) es principalmente espacio vacío sobre el tanque, cuanto más inclinada es la coraza menos espacio disponible se tiene en el interior.
Comparativamente, los modelos actuales occidentales tan solo tienen inclinado el frontal, por lo que los diseñadores del Pz.VI, en realidad, tampoco estaban tan equivocados.
Fuente: https://www.youtube.com/watch?v=4sJVrrH3Nlo
En cualquier caso, los alemanes eran perfectamente conscientes del valor añadido físicamente objetivo que proporciona el presentar un ángulo pronunciado a la trayectoria incidente de la amenaza enemiga que pretende amargarnos el día.
En el imprescindible complemento de la dotación que es el Tigerfibel, se deja claramente indicado colocar la esquina de barcaza del carro al frente de la procedencia del fuego a resistir, lo que daba una inclinación relativa de unos 45º (en el mejor y más ideal de los casos) a la perpendicular sobre el blindaje.
Esto explicaría el comportamiento del último TIGER que destruyeron junto al "007" de Wittmann: no estaba dando vueltas buscando una escapatoria a la emboscada de los SHERMAN, como supusieron los tanquistas anglos aquel día; en aquellos angustiosos momentos finales el conductor estaba tratando de mantener colocado de la mejor manera posible el "trébol" que aparece en el Tigerfibel con respecto a unos impactos que les estaban llegando por todas partes hasta que el "FIREFLY" los sentenció...
Se recomienda el vídeo fuente de la imagen superior, tanto por ser un buen complemento al artículo como por representar una interesante producción aclaratoria para "generales de sillón" y gamers de todo pelaje.
Al respecto de esto, no puedo evitar mencionar lo obvio que los tertulianos suelen olvidar entre humos de cigarros/vapeadores y fluidos varios que generalmente contienen alcohol: los juegos, las simulaciones virtuales o reales (pongamos airsoft o paintball) tienen muy poco que ver con la realidad en el campo de batalla, aunque nos pareciese lo contrario. No solo porque el peligro de muerte es real, sino algo tan sencillo como el estado físico o la sensibilidad al ruido son cruciales. Un ejemplo: disparar 20 cartuchos del 7'62x51 te puede cansar más de lo que te imaginas y otros 20 te deja resentido (en mi caso bastante) el hombro, eso estando tranquilo y cómodo.
En un combate auténtico, salvo que uno se encuentre en buena forma, supongo que te puedes quedar agotado y sin aliento en 20 minutos o menos, dependiendo de la carga, la temperatura y el entorno.
Lo que a lo largo de la Historia han tenido que sufrir los soldados hasta el día de hoy, podemos imaginarlo, pero no podemos saberlo ni juzgarlo. Esperemos que así siga para la mayoría en los tiempos venideros.
En fin, como ya se dijo en su momento, el TIGER fue una extraña criatura, tan anómala en su día como a posteriori, pero, por sorprendente que parezca, sentó el camino para lo que en el futuro serían los MBT occidentales: buena coraza, movilidad y velocidad razonables, ergonomía, espacio interno, calidad en cada pieza y materiales, tripulaciones especializadas de élite e incluida la capacidad de disparar con puntería en movimiento (gracias y precisamente) por su intrincado y denostado sistema de rodadura y suspensiones, el Schachtellaufwerk.
Fue una máquina tan obsoleta como adelantada a su tiempo, no han dejado de criticarla tanto como no ha dejado de ser extraordinariamente popular y, en todo ello, KRUPP tuvo no pequeña parte precisamente.
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