Sinestesia: al contrario que "anestesia" (ninguna sensación), se refiere al fenómeno de unión de sensaciones que en algunas personas hace que experimenten los sentidos mezclados: por ejemplo, ver colores al escuchar música o notar sabores cuando alguien te habla.
- Fuente: GOOGLE -
Me produce escalofríos contemplar la similitud entre ambas imágenes. Por un lado, en la parte superior, la interpretación artística de una comunidad cavernícola, por otro, abajo, los prisioneros en la alegoría platónica de la caverna y las imágenes proyectadas entre las sombras gracias a la luz.
El tema de los cavernícolas, cavernarios y demás me resulta llamativo porque me encuentro en el polo opuesto. Soy de montaña y cumbres, de hecho, si se tiene posibilidad de morir con preaviso y tiempo, ya tengo buscada una zona elevada y alejada de turistas donde los carroñeros podrán dar cuenta de mis restos llegado el momento; pero las últimas vistas que tendré, son, precisamente, lo más diferente a las que uno pudiera encontrarse en una cueva.
A mi mujer le encantan las cuevas y tengo compañeros de trabajo que en tiempos practicaron la espeleología semi profesional, pero aunque entiendo que es una cuestión de gustos, la cosa no me atrae en absoluto, no soy claustrofóbico, pero la idea de andarse metiendo en lugares oscuros y estrechos, con toneladas incontables presionando sobre los huecos en los que uno se mueve... No es lo mío. Donde estén los espacios abiertos que se quiten las aberrantes experiencias como las que relata uno de los habituales en CUARTO MILENIO, haciendo el paralelismo de su paso por una estrecha fisura de una de estas cavernas con su propio nacimiento.... grotesco, en todas sus acepciones.
Esto no quita para que pueda apreciar la belleza de ciertas inmensas e iluminadas cámaras. A instancias (e insistencia) de mi mujer me aventuré en la Cueva El Soplao y reconozco que es maravillosa, de hecho, la zona de la pequeña laguna es extraordinaria, crea el efecto de profundidad sin límite al reflejarse el techo en ella, me llegó a confundir, es sencillamente alucinante la perfección de la imagen especular que se crea. Luego la ruta seguía, estrecha, más hacia abajo para grupos selectos con guías, cosa que no haría ni aunque me pagasen.
Pero, para poner las cosas en perspectiva, hay que recordar que a diferencia del espectáculo de luz que proporciona el fluido eléctrico, en tiempos cavernarios se iluminaban con teas o pequeñas lámparas de grasa que poco podrían hacer retroceder a la oscuridad más allá de una limitada esfera de luz alrededor del portador.
De hecho, se especula con la teoría de que los que habitaban y exploraban los recovecos de estas formaciones hace milenios, se guiaban más por el oído, los ecos y olores que por la vista...
- Lascaux, Francia -
Así pues, ¿a qué esa manía de meterse en las tripas de la tierra?, para encontrar refugio basta con el primer tramo y la primera "sala", cosa que hasta un sujeto como yo encontraría conveniente e incluso agradable, pero ir más allá, para andar pintando en sitios bien jodidos...
Algo tenía que haber y, en efecto, parece que tuvieron sus buenos motivos.
El profesor Iegor Reznikoff ha sido el fundador de la Antropología Sonora y de la Terapia Sonora con voz. En los años 80 realizó un estudio en las cuevas de Ariege, descubriendo que un sonido realizado en la entrada resonaba coincidentemente en los espacios donde se encontraban las pinturas. Afirmando que si esta resonancia se producía en un determinado armónico (5ª y 8ª) aparecían dibujados los mismos motivos.
Esto último me cuesta creerlo, supongo que se refiere a la cimática, pero no veo cómo podría dibujarse un bisonte o un ciervo, en cambio formas geométricas (que también aparecen junto a los animales) e incluso mandalas... eso si que es posible y, sin duda, impresionante.
Muy Interesante:
https://terraeantiqvae.com/m/blogpost?id=2043782%3ABlogPost%3A238223
Este tipo de experimentos también se han realizado en la zona rupestre de Valltorta, Valencia, quedando demostrado que las pinturas se concentran en las zonas de mayor resonancia y ecos.
Esta cavernaria costumbre y ciencia encontraría su camino siguiente en ciertas construcciones megalíticas, y su refinamiento de artificio en las obras del románico y del gótico, que seguían buscando crear un impacto psicofisiológico en los asistentes a los ritos que continuaron, muchas veces, con nuevas construcciones catedralicias donde antaño hubo otros ingenios megalíticos debajo de las cuales un río corría creando una resonancia continúa.
Del mismo modo que en ciertos puntos de algunas estancias cavernarias la frecuencia de resonancia es de 110 Hz (Dos Octavas por debajo de la afinada actual a 440 Hz); construcciones humanas replican este mecanismo de origen ancestral, provocando según estudios realizados, una actividad mayor en el hemisferio cerebral derecho en detrimento del izquierdo.
- Hal Saflieni, Malta -
No solo estos sonidos afectarían al cerebro, alterando los patrones en la zona frontal y temporal del cerebro. Hay que tener en cuenta que, a diferencia de cuando escuchamos música con auriculares, el sonido impregna y atraviesa todo el cuerpo hasta los huesos, incluidos los infra y ultra sonidos que se produjesen en estas auténticas máquinas que emulan lo que los cavernícolas hallaron de manera misteriosa en las oscuras entrañas de la Tierra.
Máquinas, más o menos naturales, con una finalidad, alterar la mente y el cuerpo, a veces con ayuda de substancias de chamán o simple vino, pero siempre con la finalidad de crear una experiencia que no tiene nada que ver con lo que de manera constante tenemos día a día.
Todo esto, por mucho que insistan en que somos animales, no lo han hecho los animales jamás, es algo solamente para humanos y, en estos tiempos, para seres que son cada vez menos: los que no se han olvidado de la escalera para subir.
El resto, pueden seguir cómodamente en las orgías del lodo, como auténticos animales...
¿Quiere saber más?:
https://encuentromusicafilosofia.blog/2019/02/14/de-la-arqueoacustica-a-la-perspectiva-en-el-espacio-sonoro-y-visual/
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