lunes, 19 de diciembre de 2022

FELICIDAD HAPPENS...


La primera vez que llegó a mis oídos tenía dudas porque, ¿cómo incluir algo así en semejante documento?. Pero resulta que es verdad, allí aparece, en la Declaración del 4 de Julio de 1776.
Perseguir la Felicidad... todo un anhelo humano que raramente se ve satisfecho en esta combinación de infierno y manicomio en la que vivimos.

"Cosas que pasan"... en Inglés suele traducirse como "Actually it happens" que, curiosamente parece tener la misma raíz que "happiness".
Las lenguas procedentes del Indoeuropeo parecen tener una codificación subyacente que quizá podría ser la "lengua" del subconsciente.. ¿Quién sabe?.

La Felicidad es un concepto que expresa un estado mental asociado a un sentimiento. Todos tenemos nuestra más o menos difusa idea de lo que es "Felicidad", confundiéndola generalmente con lo que en realidad es "bienestar", por lo general material con extensión al ánimo y paz mental.
Sin embargo, la Felicidad, en mayúscula, o mayúsculas en realidad, no es algo que sea de este mundo ni para este mundo. De hecho, es precisamente la "zanahoria a perseguir", pero que por lo general lo consideramos como algo externo a "nos"; es decir, buscamos la Felicidad con una base externa: dinero en grandes cantidades, follasca intensiva, comidas exquisitas,  entretenimiento emocionante y exclusivo, drogas de calidad, ser padre / madre y dar lo mejor a la prole, demostrar nuestro virtuosismo en la vocación para la que parecemos haber nacido obteniendo reconocimiento y admiración de los demás, liberarse de la monstruosa esclavitud a la que nos someten los imbéciles de la cuna a la tumba huyendo de la sociedad y los impuestos a un estado de "no mente" como ermitaño en una cueva del desierto, la fiesta continua del jubilado de oro a los 23 años gracias a los Euromillones...


En fin, lo dicho, supongo que cada cual tendrá sus ideas sobre lo que le gustaría obtener para, supuestamente, ser feliz en esta vida y todo tiene en común una cosa: produce un alto nivel de endorfinas, de manera explosiva (sexo y drogas) o suavemente pero de forma continuada (bienestar, seguridad y tranquilidad en lo material). 

¿Es eso Felicidad?. Aparentemente podríamos responder que sí, pero, por un lado podría tener fecha de caducidad en este Valle de Lágrimas, ya sea porque no somos indiferentes a las desgracias que ocurren en este horrible lugar y enturbien ese maravilloso sentimiento (mejor no ver las noticias), ya sea porque, al depender de algo externo, siempre tenemos a la vista que podemos perder a esa persona, cantidad de dinero, Ferrari, aislamiento en la torre de marfil o que el tiempo haga finalmente temblar las manos del neurocirujano más famoso del mundo.
¿Siempre podemos encontrar alternativas a la Felicidad que nos puede ser arrebatada?.

Nuestra vida es única y, en principio, irrepetible. Todo lo que nos pasa, nos pasa a nosotros y lo que percibimos lo tenemos siempre en nuestro interior. Serán los sentidos los que nos proporcionen los datos, pero sean las cartas del Tarot, sea un DODGE Challenger R/T de 1970, siempre lo percibimos y está en nosotros aunque sea algo externo. Lo que varía es el punto de vista y lo que los sentidos que nos conectan con lo que hay más allá de nuestra piel, nos van transmitiendo de instante en instante...


En realidad, la llave a la Felicidad, que es un estado mental (no lo olvidemos), por fuerza está dentro de nosotros, no fuera.  ¿De qué sirve irse al Tíbet y encontrar esa supuesta felicidad en algún monasterio o cumbre sagrada si luego hay que volver al infierno de Madrid?, ¿te ha transformado la experiencia y ahora sabes que la felicidad existe por lo que llevas todo mejor en la celda de castigo?, pues tanto mejor, salvo por el pequeño problema de que esa felicidad alcanzada ha desaparecido, a no ser que consigas recrear en "vivo" con todo el sentimiento asociado aquella mística vivencia; claro que eso se puede hacer meditando, a ratos, cuando se pueda, si se puede... ¿eso es felicidad "transportable y recreable"?.

En el Tíbet, los más capaces tardan unos 12 años dedicándose todos los días unas 10 horas para crear una tulpa, que no deja de ser una forma y energía mental interna, y que una vez madura se supone que tiene cierta capacidad de influencia externa en el mundo llamado "material" tanto como en el mundo de lo "sensible". ¿Cuánto tardaría un occidental que solo tiene ratos libres los fines de semana en hacer algo similar?.
Con la Felicidad sucede algo parecido: puedes tener clara la idea y la experiencia, tanto como haber hallado la llave para abrir ese tesoro en el propio interior de uno, donde siempre residió, ¿pero cómo mantener "abierto" ese camino en el día a día de nuestra vida?.

Desde antiguo se viene mencionando ese viaje interno que te lleva siempre a ser albergue de lo que te haga plenamente feliz porque puede llenar todos los huecos y dar esperanza tanto como bienestar en los peores tránsitos a recorrer. 
No son las religiones, herramientas que pueden ayudar en el proceso; sino ser el cáliz de la divinidad, el reencuentro y descubrimiento del Sol en nuestro interior, algo que ilumina tanto los días en cada día como las más espesas tinieblas con ese presentimiento de que todo va a ir bien. 
Y eso es algo que, una vez iniciado, no depende de nada externo y no te podrán quitar hasta que los días se acaben y con ese último Sol, el nuestro ocupe su lugar labrado con los años entre los eones.

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