"Der standhafte Zinnsoldat" es un cuento tradicional de Hans Christian Andersen publicado por primera vez el 2 de Octubre de 1838. Narra la historia de un soldado de plomo al que le faltaba una pierna debido a que no había habido suficiente metal para terminarlo.
Se enamoró de una hermosa bailarina de papel y la historia empezó, y terminó... de un modo que, cuando de niño lo leí por primera vez, me dejó marcado como para no olvidar mientras tenga memoria.
Y eso tenía mucho sentido y enseñanza sobre la vida, los sueños y lo trascendente.
Pero a día de hoy la versión del cuento ha cambiado significativamente su final. Tenemos una conclusión del relato "tipo Disney" para que los niños no se traumaticen y todos contentos. De esa tendencia tan moderna no se salva nadie, basta con ver lo que ha sido el final de la serie Juego de Tronos.
Y es engañarse, no porque no pueda haber buenos y bonitos finales, sino porque toda la parte de lo trascendental, la que permanecerá grabada a fuego, se lo han quitado. La épica, la esperanza de más allá de las barreras de éste mundo ha sido desdibujada y olvidada.
Pero son precisamente las hazañas heroicas, las que hacen la Historia y marcan lo extraordinario y lo irrepetible las que se contarán una y otra vez, y serán recordadas...
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