martes, 24 de agosto de 2021

Juana de Arco, revisitada.

En Polaco se lee: ¡Juana De Arco Salvar Europa!

Como vemos, de Santa y Patrona de Francia ha pasado a ser discretamente un icono asociado a la lucha por la continuidad de Europa como cultura e identidad específica para algunos grupos de cristianos, más o menos católicos, que se centran más en el mensaje y la imagen que en el hecho histórico constatable de luchas por el poder y la tierra entre los francos y los anglos, siendo ambos grupos pertenecientes al mismo bondadoso y divino cristianismo, del mismo modo que actualmente, no se puede hablar de lucha, sino de ciertas discrepancias entre los tecnócratas bancarios mundialistas de Bruselas y Washington a la hora de ver el mundo en contraposición a elementos aislados socialmente que han refrendado, por activa o por pasiva,  junto al resto de ciudadanos, la deriva de sus respectivos países a lo largo de más de 7 décadas...

Tan solo Polonia y Hungría son dignos (en poco más del 50% de su población) de afirmarse como Paladines de resistencia a la entropía disgregadora multicultural que, a la otra mitad de sus poblaciones les parece atractiva o les resulta indiferente, mientras que en el resto de Europa, claro está, han acogido con entusiasmo los cantos de sirena de un mundo mejor gracias al suicidio civilizacional. Es decir que, posiblemente, antes o después, ambos países seguirán el camino establecido por la Gran Europa del Becerro de Oro.

Sería interesante saber qué opinaría Juana del rumbo actual, desacralizador y lameculista, que fervientemente practican los descendientes de aquellos pueblos que una vez creyeron en la Divinidad y la conquista del mundo para su aprovechamiento alejándolo del salvajismo.


Mejor aprovechar, mientras se pueda, de los monumentos que perduran, antes de que sean mancillados o retirados para no ofender a los que, propios o extraños, se les ha entregado el poder decisorio sobre lo que está bien o está mal en el antaño hogar común de la Cristiandad y hoy agusanado prostíbulo del planeta entero. Esas brillantes esculturas y lienzos están perdiendo, salvo para los últimos, todo su significado y mensaje de siglos en los que nadie dudaba de que había que luchar contra todo aquello que nos destruyese: los ingleses en Francia, el Diablo en las almas, la debilidad y el pecado en la carne, la oscuridad en la mente, el caos en el mundo...

En fin, Santa Juana de Arco no solo es Patrona de Francia, también lo es de las causas perdidas tal y como Europa aparece ahora. Quizá tenga todo el sentido del mundo su elección como Inspiración y Esperanza de los últimos paladines de aquel extraordinario fulgor de Europa, que hasta finales del s.XX permitió avanzar a la humanidad como nunca antes en la Historia registrada.
Ahora su brillo se apaga en la llamas de Notre Dame y la basura que alimenta felizmente cuerpos, mentes y almas del homo ocius buenissimus que ha sustituido a los humanos antes conocidos como "europeos", sin los cuales, el monstruoso y aberrante poder que hoy en día es USA, jamás hubiese existido. Pero nos está bien empleado, por renunciar a Dios y adorar al dinero y a extraños pueblos que nos aprovechan como ganado.

P.D.: Pese a quien pese, nuestra pequeña Panzer Fräulein no tenía el aspecto glorioso de la imagen de cabecera del artículo, muy adecuada para Polonia todavía hoy, peeeero... como muy bien recogen las crónicas de los que la conocieron, no era rubia ni tenía los ojos azules, no era alta ni podía cortar un caballo de un tajo de espada. Doncella con los colores de la familia sureña de bosques que llegan al Mediterráneo y no a Noruega, más bien era como ésta chica que nos regala la vista, con todo lo que, tan solo la juventud te puede dar, en este perdido lugar de la Mano de Dios...

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