Bueno, por fin y por motivos que no vienen al caso, los astros fueron favorables y pude ver esta película que tenía pendiente de disfrutar desde su estreno en el 2019, puesto que, como ya se comentó, al ser seguidor de la historia desde su primera publicación en España en los años 90 del siglo XX, por un lado quería conservarlo tal y como lo tenía; por otro lado hay que poder entretenerse con estas cosas como Dios manda: pantalla grande, sonido alto y, lo más importante, quedarme a solas (si acaso con Musë relovoteando alredor o anidada en el pecho), en penumbra con el dinamismo que generan las luces ambientales de PHILIPS.
Tenía mis reservas sobre la adapatación, pero debo reconocer que han hecho un trabajo excelente, tanto de producción como de dirección, siguiendo de manera bastante fiel la obra de Yukito Kishiro y, pese a las variaciones, respetando completamente el espíritu de la primera parte del autor, dejando abierta una posible continuación, aunque tras los cinco años transcurridos, parece poco probable, pese a una recaudación buena, críticas aceptables y la teórica confirmación por parte de James Cameron... Ya se verá.
Al igual que con la novela gráfica (Manga), los puristas pueden aceptar, creo yo, líneas paralelas para el personaje. A finales de los 90 tuvimos que asumir un final curioso y que dejaba al personaje a la fantasía de cada uno en su continuidad como "family girl?" o pertinaz en deportes de riesgo; ganando dinero en recompensas...
El nuevo siglo trajo continuidad y una nueva vuelta de tuerca que convertía al círculo cerrado en una espirtal por la que esta encantadora criatura con 300 años a las espaldas seguía caminando hacia los cielos, literalmente, aprovechándose la historia para la inclusión de nuevos conceptos y "perlas" culturales en un universo expandido, con una nueva fase que, finalmente, nos llevaría a Marte y sus orígenes.
Pero, volviendo a la película, me ha gustado (¡cómo no!) el entretenimiento que proporciona semejante espectáculo distópico de tecnología aún imposible, los personajes correctos, ella en especial interpreta perfectamente a la protagonista tal y como es en la mente del autor.
El resto correctos y creíbles, incluido el añadido de Jennifer Connelly; Cristoph Waltz parece interpretarse a él mismo haga lo que haga... algo un tanto alejado de lo que es el personaje de "Ido" que suele hacer honor a su significado en Español. La gran sorpresa: el archienemigo necesario lo interpreta en "cameo" un gran actor, joven todavía para la figura, pero no me cabe duda que, de tener oportunidad, hará una representación impecablemente creíble.
Sin embargo, lo que más me ha gustado son las ideas plasmadas en imágenes y su concepto: guerra entre Marte y la Tierra, 300 años y una continuidad buscando recuerdos, junto algo que por obvio se pasa por alto en todas las tramas que representan algo similar, a saber; para progresar es necesario dejar atrás lo conocido e incluso amado, de grado o por fuerza, pero o te separas de ello o nunca tendrás la oportunidad de "subir" a Salem y encontrar...
Y algo más: la luz.
Desde hace tiempo la IA y la gradación digital son capaces de generar una luz sublime, como tan solo el Sol, en ciertos y transitorios momentos de ensoñación es capaz de hacer (eso sí, grandiosamente y filtrado por la atmósfera) fugazmente, las máquinas de generación de imagen lo pueden hacer dionisicamente de manera indefinida.
Un ejemplo lo tenemos desde hace muchos años en la cúspide del ESB para la película "KING KONG", 2005, si quieren saber de lo que hablo.
Las grandes pantallas caseras, si son de calidad suficiente, se han convertido en ventanas mágicas al mundo de los sueños que disponen de esa luz sintética tan especial.
En el futuro, Dios mediante, habrá algún comentario más sobre este particular.
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