No termino de tener claro que publicar esto sea lo más conveniente, pero por un lado es posible que a alguien le resulte curioso, o incluso le aporte la pieza que le faltaba para sus propias elucubraciones o indagaciones; y por otro lado, al haber estado solo y no realizar documentación en imágenes, antes o después los recuerdos de lo más importante de aquel día se perderán como lágrimas en la lluvia...
Por tanto, allá vamos.
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RIRUAL: "El término proviene del latín
ritus, con el que se nombraban las ceremonias religiosas. Por lo tanto, “ritual” es todo aquello referente al rito, tal y como evidencia el origen de la palabra en el Latín
ritualis, o sea, relativo a las actividades religiosas."
- Fuente: GOOGLE -
"Sus componentes léxicos son: ritus (rito), más el sufijo -al (relación, pertenencia). Ver: sufijos, otras raíces latinas, rito y también virtual."
- Fuente: https://etimologias.dechile.net/
"La palabra virtual viene del Latín virtus y alude a la fuerza o voluntad para realizar un trabajo, aunque no lo realice.
Por ejemplo, en Física, hay un teorema llamado D'Alembert o de las "fuerzas virtuales", este logra resolver un problema dinámico, simplificando su resolución como si se tratara de un sistema estático. Así para "inmovilizar" al sistema, se aplican en el diagrama representativo en cuestión, las "Fuerzas Virtuales" que equilibran al sistema, inmovilizándolo."
"Virtual significa algo aparente que no es real. Del Latín virtualis, la cual lleva el sufijo -alis (-al = relativo a) sobre la palabra virtus (valor, virtud, cualidad del varón) que indica fuerza o potencialidad intrínseca que algo tiene."
- Fuente: https://etimologias.dechile.net/
"Se asocia con la palabra vis (fuerza) y la raíz indoeuropea *wiro- (perseguir algo con vigor)."
RITO: "La palabra rito viene del origen etimológico sánscrito Rita que significa orden, y del latín Ritus que contempla dos acepciones: por un lado, como costumbre o ceremonia; y por otro, el conjunto de reglas establecidas para el culto y las ceremonias."
- Fuente: GOOGLE -
"Proviene del Latín
ritus, el cual se refería a las ceremonias religiosas. La idea del rito es que se iene que realizar en cierto orden. La palabra latina
ritus se asocia con la raíz indoeuropea
*ar- (mover, ajustar, hacer actuar), que estaría presente en palabras como aritmética, arte y orden."
- Fuente: https://etimologias.dechile.net
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De manera recurrente durante el par de años anteriores, la idea de que había que formalizar el pacto (la palabra covenant me gusta mucho más) con la entidad metahumana elegida, no me abandonaba.
Esto así dicho suena extraordinariamente extraño e incluso malévolo y preocupante, pero no es ni más ni menos que lo mismo que hacen los cristianos con la comunión y posterior confirmación, de lo cual se da acta documental y queda en los archivos de la Iglesia Católica, al igual que el bautizo...
En realidad, sin tanto papeleo, sellos y gastos económicos, lo hacen todos los que de un modo u otro quieren cumplir con los rituales de sus creencias religiosas/trascendentes, ya sea por una simple costumbre social, ya sea porque de verdad creen en ello.
Si bien, en estos tiempos que corren, parece que vale cualquier cosa y cualquier lugar para estas actividades, lógicamente el enclave idóneo es un altar de sacrificios en un punto especial de la Tierra, esos llamados lugares de poder.
Como las catedrales no son de uso para particulares de mi índole y además han perdido parte de sus cualidades al haber sido desactivadas anegando sus corrientes de agua subterránea, se me ocurrió que, sin lugar a dudas un buen sitio era el inmaculado y ancestral ara de Castro Ulaca, que no ha sufrido cambios en miles de años y que, durante incontables siglos se empleó para estos menesteres, que más con miedo que con convicción, deseaba de corazón realizar.
Me llevé un montón de cosas típicas de las tradicionales y consabidas ofrendas que gozan de predicamento cuasi universal: un pebetero para el fuego (que no pude usar debido al fuerte viento), agua de rosas, sal; pensé en flores también, pero al final no las llevé porque sabía, sin lugar a dudas, que lo más importante lo portaba dentro: mi sangre y su sincero deseo de hacerlo.
Una oración, agradecimiento y declaración, el documento en papel, abrir la piel, regar la roca con la esencia roja (no mucho, que es preciosa y no hay que desperdiciarla; aunque algunos insistan, no somos animales como los demás) y depositarla generosamente sobre la parte física del pacto y alianza.
No fue ninguna masacre, sino tres simples punciones de lanceta en la yema del dedo corazón de la mano izquierda, pero, no sé si sería por la altitud o el frío, no dejaban de manar sangre en abundancia, al final opté por hacer uso del escueto equipo de primeros auxilios que tenía en la mochila. Así que me levanté con sumo cuidado desde mis rodillas para que esa vital y líquida víscera roja que distribuye la vida en nuestros cuerpos y que había empleado como tinta en aquel papel, no se desparramase, puesto que no quería manchar la figura central que lo ocupaba.
De repente un fuerte golpe de viento me lo arrebató, estupefacto y horrorizado lo ví escapar como un ave blanca que rápidamente desapareció entre dos piedras y lo perdí de vista. Cuando acerté a reaccionar tuve claro que debía encontrarse en el prado bajo del otro lado del altar. Rápidamente taponé las heriditas del dedo y me puse de vuelta la ropa de abrigo para empezar a buscarlo.
Tras una media hora de recorrer la explanada y no encontrarlo empecé a desesperar y asumir que lo había perdido. Y no lo entendía, aquella zona hacia la que salió volando se encontraba bastante a redoso de los vientos, pero tras vueltas y más vueltas era incapaz de verlo en parte alguna.
Rendido volvía hacia el altar cuando me apercibí de una mancha blanca que se vislumbraba entre las dos rocas que habían "succionado" el documento. Efectivamente, estaba pegado por el lado de la sangre en una de sus paredes verticales, y una maraña de zarzas de escaramujo lo retenían en aquella posición.
Por un lado me alegré, ¡lo había encontrado!, pero por el otro no sabía cómo lo podría recuperar. Se encontraba fuera del alcance del brazo y no tenía ningún palo para moverlo con la esperanza de acercarlo hacia mi. Tras revisar aquella hendida mole de piedra llegué a la conclusión de que habría que bajar desde la parte superior apoyando pies y espalda contra ambas paredes.
Y así hice, me volví a quitar la ropa de abrigo y poco a poco llegué al punto donde las zarzas empezarón a clavarse por todas partes; si llego a resbalarme aquello hubiese sido una tragedia de la que no estaba claro que pudiese salir.
Haciendo contorsionismo en aquella forzada posición realicé un último estiramiento, con firmeza y cuidado exquisito empecé a sacar aquella blanca pieza de papel de semejante lugar que, si se me caía, era poco probable que la volviese a recuperar. Poco a poco volví subiendo hacia la salida de aquel pequeño hueco en cuña que tajaba el granito, y al sentarme, por fin, fuera y en plano sobre mis posaderas recuperé el aliento y la sonrisa...
Lo tenía pinzado entre dos dedos con tanta fuerza que ni un huracán volvería a hacer volar el objeto protagonista, en realidad, de todo aquel viaje. Lo dejé a salvo dentro de la mochila para volver a ponerme la parka y antes de guardarlo en su marco encapsulado tenía que hacer tiempo para que se secase. Allí en días fríos es sorprendente lo que tarda en secarse cualquier cuajarón carmesí de tan vital fluido, así que lo saqué para que le diese el aire y me quedé contemplándolo.
Hasta que caí en la cuenta de que la imagen central que lo representaba y que no había querido tocar evitando mancharla para que se viese bien, tenía finos surcos y guirnaldas que en rojo la surcaban, hasta completarla, en pleno sentido de lo que con el ritual se pretendía.
Me quedé alucinado y, al poco, encantado. Aparentemente el sacrificio había sido aceptado y sellado por la otra parte.
Hasta la mitad del hueco hubo que bajar para recuperar la hoja que, en realidad, nunca dejó la zona del altar.
El resto es historia y me ha cambiado la vida, al concederme lo que necesitaba desde hacía décadas...
Durante un tiempo, poco, estuve pensando que podría ser simplemente imaginaciones mías y una casualidad, por esos caprichos que tiene la fantasía en la visión, pero es imposible: no es un par de trazos al azar. Es una composición variada que completa la imagen empleando mi sangre y que sigue fielmente las líneas correspondientes, aportando la plenitud del mensaje de manera tan perfecta que, si me lo mostrasen a mí sin saber nada, pensaría que es una falsificación realizada a pluma.
A más decir, la humedad de la sangre había modificado la superficie del papel, creando una suerte de relieves que se correspondían con la propia figura de la imagen de modo que, desde entonces, tiene volumen como si se hubiese empleado un delicado sello de troquel realzando las partes que le corresponden por perspectiva y rebajando otras en consecuente armonía.
Nunca antes había hecho algo así y no volveré a hacerlo. Lo que pretendía ya se me ha concedido y no necesito más.
Para aspirantes/curiosos y demás, desde mi experiencia les aconsejo que no lo hagan si no es de corazón, sin reservas y con el alma puesto en ello. Siendo conscientes de que puede no haber resultado alguno o ser muy diferente de lo esperado, por lo que hay que afrontar las consecuencias, sean las que sean, y hacerse responsable de ellas.
En realidad no tenemos certeza de qué es con lo que estamos tratando y a lo que nos estamos uniendo, dejando que entre en nos.
Hay "algo", sea lo que sea, que permanece "atento", disponible y operando en aquellos lugares donde siempre han sido el punto o "puerta" que los antiguos conocieron y usaron desde tiempos inmemoriales.
No es casualidad que iglesias y catedrales, así como otros lugares sagrados de otras culturas, se hayan erigido donde antes hubo altares de piedra que puede datar su empleo desde el inicio de los tiempos en que los humanos decidieron ofrendar y ofrendarse a los dioses pidiendo sus favores y protección.
Si no "sale", puede que no pase nada y te de igual.
Como salga mal... mejor no pensarlo.
Pero si sale bien, al margen de la cordura que se pudiera perder, la vida te cambia para siempre al tener la prueba, esta vez físicamente, de que hay algo más allá de lo que podemos ver y que tiene influencia en este mundo mientras parece proceder de otro.
El Arriba/Abajo de la Tabla Esmeralda / Kybalion ha podido ser mal entendido y en realidad sea puerta com puerta...
¿Quién sabe?...
P.D.: no sé si será importante o no, pero por si acaso lo menciono... Sobre el pecho, como parte del escapulario realizado para la entidad, disponía de pequeños rectángulos de 1gr. Au 999, no recuerdo si 11 o 13 en total, que cubrían, aunque no por completo, el colgante asociado con las letras y su imagen, la misma del documento-pacto.
El motivo es que, desde hace años, sospecho que este codiciado metal y debido a su estructura atómica podría funcionar como una suerte de "antena" entre mundos.