IRON SKY

Tal y como Umberto Eco recogía en "El Nombre de la Rosa", citando la teórica obra de Aristóteles, la risa tiene una gran dosis de poder a la hora de usarse como un recurso dramático de gran capacidad liberadora e incluso subversiva, llegando a ser la comedia un posible medio para la liberación anímica, una excelente katarsis, en ocasiones muy necesaria ante la tensión, la desesperación o el ominoso destino inevitable. Puede que por eso España sea uno de los países más dicharacheros, chistosos y alegres del mundo. 

"Suelen las personas vulgares complacerse de sus defectos..."

- Umberto Eco -

Pero el humor, bien hecho, puede también ser una excelente herramienta de enseñanza cuando está prohibido hablar directamente sobre según qué temas / personas. Siempre ha pasado y siempre pasará, ya sea en casa, en el trabajo o en el mundo mundial.

IRON SKY (2012) es una relativamente modesta pero bastante bien realizada producción que, tras todo el humor que puede llegar a permitir el sistema sobre ciertos criterios perdidos en la noche de la historia y sin salirse de la imaginería mental e histriónica atribuida a los malos malísimos favoritos de Hollywood, nos deja de inicio a fin un montón de mensajes a leer en el espejo de la reflexión, incluido el cierre con Marte.

Como cualquier cuento puedes quedarte con lo obvio de lo que tienes delante o, entre las risas, sacar alguna más que interesante conclusión sobre lo que en realidad te están contando. Algo que sería completamente imposible de hacer en otro registro que no fuese la fábula del humor y el esperpento de la comedia. 

De forma similar le ocurrió a la adaptación al cine del libro "Ha vuelto" (2015). Ya que lo que en el "marginal" papel impreso puede "colar", en imágenes y diálogos al alcance de cualquiera sería inaceptable para el visto bueno del "mercado"; cambiaron algunas cosillas aquí y allá para que la moraleja de la impresión final fuese adecuada. Pero, posiblemente, en el subconsciente de muchos, al igual que con la cinta que nos ocupa, puede quedar la impresión de que algunas de las cosas contadas entre risas y sorna son verdad e implican más de lo que estamos dispuestos a aceptar en nuestras más que satisfactorias (aparentemente) vidas. 

La película, al igual que "Ha Vuelto", funcionó muy bien, que es lo que interesa para apartar el tufillo insoportable del fracaso y los chiflados, se encontraría disponible en Español en AMAZON y tendría una segunda parte estrenada en el 2019: Iron Sky "The Coming Race", más que doblando el presupuesto de su predecesora y llegando a los 17 millones de Euros.

Si la primera se hacía eco de las fantasías del rumor de submundo cultural que desde hace décadas propone la existencia de nazis escapados del III Reich habitando en la Luna y con ganas de revancha salvadora para poner un poco de orden y, ¿por qué no?, también perder por fin de vista el cielo de hierro de sus bases lunares, cambiándolo por el azul infinitamente curvo de la Tierra, aire fresco y agua de mar... La segunda también se hace eco de las corrientes del mundillo: reptiloides, Tierra hueca y, lógicamente, nazis otra vez.

La inspiración la tomaron de los brazos de una obra sumamente interesante, la novela de 1871 "The Coming Race / Vril" de Edward Bulwer-Lytton. Ciencia-Ficción impregnada de misticismo y, como de costumbre tras más de 100 años, sin visos de tener algo de verdad en ella por mucho que obtuviese el reconocimiento de figuras como Madame Blavatsky o Rudolf Steiner, tampoco parece que a Roerich le resultase de especial ayuda...

Quizá por eso para muchísima gente es tan necesario el humor y las risas así como la fantasía, porque aunque ambas no resistan la prueba del viento, sean breves y demasiado bonitas para ser verdad, en su justa medida resultan imprescindibles para poder soportar la pesadísima "broma" que es la vida en este horripilante mundo donde lo que hacemos es soñar y querer creer en otros mejores, nos cuesta aceptar que esto sea todo con un final de camino que acabe en la más negra Nada; y buscamos en las regiones de las religiones, en lo espiritual e intangible, conscientes de lo perecedero y efímero de todo, salvo la eterna rueda del Kali Yuga.