Reconozco que, pese a estar incluido con los tres libros en el "cofre" editado por MINOTAURO que me compré hace un montón de años, no fue hasta un tiempo después que me puse a leerlo y me resultó igual de aburrido que el SILMARILLON.
A diferencia de lo que opinan los puristas integristas, no es algo imprescindible para la trilogía, aunque si recomendable. De hecho las ediciones revisadas posteriores los incluyen como anexo al Tomo III, pero son completamente prescindibles para la historia principal; es material para curiosos que deseen completar un tanto el marco del mundo ideado por Tolkien, incluyendo alfabetos y pronunciación, árboles genealógicos, cronología específica...
Interesante todo pero no muy revelador, lógicamente, toda vez que lo principal es lo ya contado en la historia y, francamente, salvo para fans, si no lees todos los complementos que incluirían las miles y miles de páginas de "Historia de la Tierra Media", no te pierdes nada.
¿O sí?.
El autor era tremendamente quisquilloso con cada palabra empleada y los múltiples caminos que siguieron las diversas líneas de sus personajes e historias varias, hasta quedar asentada una versión definitiva y final, lista para la imprenta. Incluso su primer éxito "El Hobbit", tuvo algún accidentado malentendido en sus cavilaciones entre la primera y la segunda edición con la editorial que, por cosas de las fortunas del destino, finalmente quedó bastante coherente con la trama que años después desarrollaría para las enormemente grandes expectativas que alentarían "El Señor de los Anillos".
Y, las cosas como son, un "pegote" absurdo como Tom Bombadil era defendido de esta manera en sus propias palabras: "Es algo, lo que representa, que debe estar incluido."
No era un autor que hiciese las cosas a la ligera sin pensarlas para su forma definitiva una y otra vez hasta que, por fin, las plasmaba como palabras a difundir entre sus lectores. Así era tanto en sus trabajos como en sus cartas.
Pues bien, visto esto, vamos a tocar un misterio inescrutable incluso para los Ainur-Valar: el destino de los hombres.
De las mujeres nada se dice aunque, entendemos (y así se recoge en alguno de sus textos complementarios sobre Oesternessë¨), que las varonas estaban incluidas en la concepción de la Muerte como un Don otorgado a esta rama de los Hijos de Ilúvatar.
Antes de seguir: es de Perogrullo, pero conviene recordar que estamos hablando de una ficción inventada por un ser humano y, por tanto, no más válida que cualquier sistema de creencias que hayan plasmado en papel otros seres humanos...
Vamos a suponer que de verdad es un Don, eso de la mortalidad para los humanos en el mundo de fantasía de Tolkien; que no es una maldición, sino un auténtico regalo divino pese a la tremenda amargura y pesadumbre que implica la separación de los seres queridos.
¿Qué podía ser pues?.
Cada cual que haya tenido noticia de este destino asignado desde el mismo comienzo por el Uno, lógicamente, tendrá su propia teoría al respecto.
Musë tiene la suya y, por una curiosa razón, podría ser, que el autor hubiese dejado una pista sobre lo que pensaba o deseaba que supusiéramos aquellos que leyeran los Apéndices que, originalmente, estaban publicados en Inglés en el mismo Tomo III a modo de conclusión del "Libro Rojo de la Comarca".
Primero usemos la lógica y luego veremos el asuntillo de los Apéndices.
Sabemos: es un secreto que nadie salvo el Uno sabe; que los hombres desaparecen por completo de Arda para no volver; no ocupan estancias compartidas con elfos o enanos esperando la consumación del Tiempo para entonces contemplar el Esplendor del Final del Canto; existen innumerables estrellas y entre ellas fue creado el mundo físico que es Arda; fuera del Canto (Universo Creado) y el Tiempo sigue extiendo tanto el Uno del que proceden todos y todo como aquellas entidades que prefirieron no quedar "atrapadas" en la Creación ya que estaban advertidas que, inmortales o no, deberían permanecer en tal "plano" hasta que la Historia de él fuera acabada; en ese Origen que se encuentra fuera de la existencia donde se desarrollan los acontecimientos se dispone de una perspectiva del Todo; podemos suponer sin demasiado riesgo a equivocarse que si hay innumerables estrellas, podría ser, que hubiese por ahí algún otro mundo creado de manera material similar a Arda...
Bueno, si el destino de los hombres no es disgregarse por completo en la mas absoluta Nada de la inexistencia, en principio, podríamos suponer que o se les "trasplantaría" a cualquier otro mundo desconocido o, bastante más probablemente: siendo un Don, se les otorgaría estar donde el Uno, Ainur, Maiar y otros espíritus que eligieron no entrar en la Creación residen fuera del Tiempo; siendo posible que, en función de sus logros en vida, se les otorgase una nueva categoría de pares entre aquellos que les acogen...
En tal caso, podrían elegir esperar a los anhelados que amaron y participar de manera consciente de nuevo en otra creación ,o, permanecer con el Uno fuera de cualquier daño para Siempre, incluyendo la bendición del olvido de todo aquello que no se desee recordar, borrando así el peso de las tristezas que los años pudieron acumular...
Por comparación, aparenta perder brillo el Don de la inmortalidad, en un paraíso material del que gozan los elfos; o esperar en las salas de Mandos los enanos, estando ambos pueblos sin posibilidad de salir de tales lugares físicos hasta que se consumen los Tiempos alargados hasta parecer una eternidad.
Fuera de Arda hay una inmensidad que se podría poblar con nuevos Maiar o Ainur dispuestos a participar en crear otros mundos y una mejor canción...
Tolkien, en la cuenta de los Grandes Años que aparecen en los Apéndices del Señor de los Anillos, detalla las fechas concretas y, llamativamente, el Rey Elessar se entrega "por fin" al Sueño del mismo modo que en principio hicieron en Oesternessë: de manera serena, aceptando la separación y expectantes a recibir el regalo del Don concedido por el Uno.
Estel parte en el mismo día del año que, largo tiempo atrás, el Portador inició la travesía de la Ciénaga de los Muertos y Mithrandir se les revela en brillante esplendor, como Maia, tras haberlo dado por muerto y desaparecido en la más negra e insondable de las oscuridades...
ARS GRATIA ARTIS: Thire Sia