sábado, 26 de febrero de 2022

TIEFSEEWASSER

 

Cuando algo se pone de moda, en especial sobre temas de salud, no es mucha la diferencia que existe entre el hoy en día de INTERNET y los vendedores ambulantes de brebajes milagrosos que pululaban por el viejo Farwest. Hasta Pfizer y otras compañías no tienen problemas en subirse al carro y recorrer los núcleos adecuados publicitando sus panaceas salvadoras...

Desde hace algún tiempo tenemos mar de fondo precisamente con la ingesta del líquido elemento procedente de tal medio que cubre el planeta Tierra. Aunque aparentemente nuevo tema, la cosa viene de finales del s.XIX, formalizándose ya en el siguiente siglo con la teoría del "Plasma Orgánico del Océano", más concretamente "L'eau de mer milieu organique" de René Quinton, 1912: donde postula una teoría no muy alejada de la más actual conocida como "Super Mar".
Resumiendo a lo bestia: como la vida se originó en el mar los organismos actuales tendrían en sus cuerpos una herencia marina en el fluido plasmático en el que viven las células que nos componen. Los desequilibrios en la composición del agua que nos llevamos a tierra de aquella originaria sopa oceánica que nos creó afectarían a la homeostasis corporal traduciéndose en enfermedades. Tomar agua de mar devolvería el equilibro haciendo remitir o desaparecer cualquier dolencia que tuviese por causa la degradación de la composición primigenia de nuestro fluido vital que llena y rodea a las células.

Bueno, la cosa tiene sentido y, aparentemente, hay a quien dice haberle funcionado bien, aunque vamos a pisar a fondo el freno y ponderar el asunto.

Composición del agua de mar a una salinidad del 3'5%

Tenemos prácticamente entera la Tabla Periódica de los Elementos, incluido el ubicuo Uranio, que es poco probable que necesite nuestros cuerpos, y que aparece en una proporción de 0'0033 partes por millón junto con el preocupante Mercurio con un porcentaje de 0'00015 ppm. Sin embargo, también aparece un interesante elemento en proporciones infinitesimales: Aurum (Oro) en 0'000011 ppm. es en su versión molecular, no monoatómico ni como ORMUS, pero resulta interesante.
Todos nacemos con cierta cantidad de oro en nuestro organismo que en la infancia se ve doblado de la media que contiene el suelo terrestre gracias a la leche materna, tal y como recoge un interesante artículo de BBC Science:


Que el oro (otro tema de moda) tenga efectos positivos sobre la salud es algo que no aparece refrendado por la ciencia, como sucede con el agua de mar. Podría ser que el ámbito beneficioso del Aurum resida en otro lado y de haber algún resultado saludable sería más bien un "reflejo" de esa otra zona.

Sin embargo, quizá la llave para entender el agua de mar no resida en sus decenas de oligoelementos, sino por un isótopo, cortesía también de los hornos alquímicos de las estrellas, que ya hemos visto previamente en el blog: el Deuterio (2H para los amigos) que se traduce en agua pesada, es decir D2O.
Todas las aguas tienen cierta cantidad de esta variante del Hidrógeno y por tanto cierta proporción de agua pesada, siendo mayor en las marinas variando entre las 155'76 ppm. (hacia el Ecuador) y las 89'02 ppm. (hacia los Polos) según el VSMOW (Vienna Standard Mean Ocean Water). - Fuente: Wikipedia -

Esto se traduce en que según las zonas el Deuterio puede aparecer en concentraciones de hasta 33 miligramos por litro de agua marina. Fuente: https://www.iter.org/newsline/167/631

Su relación con la vida y la salud ha estado envuelta en cierta polémica debido al análisis de los experimentos realizados por Gilbert N. Lewis en 1933, donde halló que el D2O podía retrasar o inhibir por completo la germinación y desarrollo de las semillas del tabaco, por lo que se entendía que la acumulación de este tipo de agua en las células podía llevarlas a la muerte de manera acelerada.

Por otro lado, en fecha reciente, ciertos estudios han llegado a obtener indicios de que el agua desprovista del Deuterio (DDW, es decir Depleted Deuterium Water) podría retrasar el desarrollo de ciertos tipos de cáncer o incluso hacerlos desaparecer, aunque se desconocen las razones para ello.

Aparece en las conclusiones del informe: 

https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/01635581.2019.1595048?journalCode=hnuc20


Y algunas posibles explicaciones para ello en:

https://dancingwithwater.com/deuterium-depleted-water-what-is-it/

El mecanismo no está demostrado ni tampoco es comprendido pese a la teoría, es más, en realidad parece ser que si bien para las células vegetales la proporción del D2O en el agua es determinante en su línea de vida, para las bacterias es sensiblemente diferente:

Fuente: https://www.slideshare.net/AlexandriaHaddad/effect-of-deuterium-depleted-water-on-life-12813261

El experimento es fascinante, se recomienda revisar atentamente las 22 hojas de la presentación, en una de ellas (la número 14) podremos observar que la ausencia del D2O afecta negativamente el desarrollo de las semillas. En la que tenemos arriba, la número 19, encontramos que con una saturación en el agua de aproximadamente el 30% de D2O el crecimiento de las bacterias es notablemente más alto aunque luego decae ligeramente por debajo del agua del grifo (DI), que al final resulta ser la mejor por un tanto. 
La peor es la que contiene un 99% de D2O seguida en los malos resultados por la carente del Deuterio (DDW). Pese a todo, la proporción del 99% D2O no resultó ser letal, a diferencia de lo acontecido con las semillas, las bacterias se adaptaron y sobrevivieron aunque con un desarrollo algo más lento.

No hay conclusiones determinantes, aunque, aparentemente (pese a los defensores del agua DDW) la cantidad normal de D2O o incluso un poquitín más parece venirle de perlas a la vida, lo que explicaría la parcial inhibición en las células cancerosas, aunque el problema es obvio: el resto de células también se verían afectadas por la falta de D2O. 
Del mismo modo y en sentido contrario, si se sustituyese todo el agua corporal por D2O al 99% posiblemente "liquidase" la células cancerígenas, pero tal proceso es bastante probable que nos llevase a la muerte también a nosotros mismos... 

Conclusiones: ninguna. 

¿Merece la pena experimentar?: Sí, pero con cuidadito...

Hay auténticos inconscientes que ni cortos ni perezosos se acercan al mar y si no directamente en la orilla, se adentran un poco en él, llenan el vaso y se lo toman tranquilamente sorbito a sorbito, con todas sus bacterias fecales y demás, microorganismos varios, metales pesados y residuos industriales, contaminación química de lo más variopinta y partículas de plástico en cantidad variable... Estas personas puede que se sientan de maravilla, pero yo de lo que me maravillo es de que no acaben en el hospital o en la tumba al segundo o tercer día de tragarse semejante mierda líquida. Por no hablar de los riesgos de entrar en fase Hipertónica, ya sea sanguínea u orgánica.

El estudio oceanográfico mundial del 2016 obtuvo resultados tan interesantes como inquietantes, uno de ellos les dejó bastante sorprendidos y preocupados: absolutamente todas las aguas del mar, ya sean en profundidades abisales como en la Antártida o donde se les antoje revisar, contienen partículas y/o micropartículas de plástico que pasa, lógicamente, a la cadena trófica y que al que se le ocurra beber directamente el agua se lo va a tragar sin filtrado alguno al estómago. Por un par de veces, seguro que no pasa nada, pero 1000 veces...

Mejor gastarse un poco de dinero y probar con algo que, si no nos están mintiendo, tiene prácticamente calidad farmacéutica: agua profunda de uno de los remolinos del Atlántico Norte Polar cerca de Groenlandia y lejos de las rutas comerciales, filtrado y retirada de microorganismos y metales pesados, control de laboratorio y salubridad de cada lote, en fin, aparentemente calidad alemana a la antigua usanza... 

https://www.biomaris.com/biomaris-meerestiefwasser

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